Deslave en Chirimoyo deja sin agua al 70% de Loja y provoca protestas ciudadanas

Un deslave de gran magnitud registrado la mañana del domingo 25 de mayo en el sector de Chirimoyo, al noreste de la ciudad de Loja, ha provocado una de las peores crisis en el suministro de agua potable de los últimos años. El movimiento de tierra, de aproximadamente 40 metros de longitud, comprometió la infraestructura principal del sistema Carigán, el cual abastece a cerca del 70% de la población lojana.

La fuerza del deslave rompió un tramo crítico de la tubería de acero de 800 milímetros de diámetro, dejando sin acceso al líquido vital a decenas de barrios en el norte, centro y sur de la urbe. Ante la emergencia, el Municipio de Loja, a través de la Unidad Municipal de Agua Potable y Alcantarillado (Umapal), movilizó a su personal técnico y maquinaria especializada al sitio afectado. No obstante, la complejidad del terreno ha dificultado las labores de reparación, que se han extendido por varios días.

Reparación urgente en zona de alto riesgo

Ángel Rentería, director de la Umapal, explicó que actualmente se trabaja en la reubicación de un tramo de 70 metros de tubería hacia una zona más estable, ya que el área original presenta una pendiente que podría generar nuevos deslizamientos. “Hemos tenido que reconformar la plataforma con maquinaria pesada. Contamos con tres excavadoras activas y se sumará una cuarta en las próximas horas. También están operando dos equipos de soldadores especializados para acelerar el proceso”, detalló.

Las autoridades estiman que la reparación total podría tomar al menos cinco días, siempre que las condiciones climáticas y del terreno lo permitan. Mientras tanto, se han activado sistemas de bypass y bombeo para garantizar un suministro mínimo e intermitente en los sectores más afectados.

Medidas temporales y creciente malestar ciudadano

Desde el lunes, varios barrios de Loja han empezado a recibir agua en horarios reducidos gracias a las fuentes alternativas que ha implementado la Umapal. Sin embargo, estos esfuerzos no han sido suficientes para cubrir la demanda de toda la población.

“Estamos priorizando la distribución con base en la vulnerabilidad de los sectores. Hemos dispuesto tanqueros y habilitado puntos de abastecimiento en zonas estratégicas”, dijo Rentería. Añadió además que, una vez resuelta la emergencia, se realizarán estudios geotécnicos para diseñar una nueva variante del sistema Carigán que evite afectaciones similares en el futuro.

Indignación y protesta en el barrio Época

La falta de agua potable ha generado un creciente malestar entre los ciudadanos. En el barrio Época, al occidente de la ciudad, decenas de vecinos salieron a las calles con pancartas, megáfonos y gritos de protesta, exigiendo soluciones definitivas. “¡Queremos agua, es un derecho tenerla!” fue una de las principales consignas que se escucharon durante la manifestación.

Jorge Cuenca, presidente del barrio, denunció que esta crisis no es nueva y que los moradores han vivido en condiciones precarias desde hace más de un año. “En Época solo tenemos agua dos veces a la semana y por pocas horas. Nos vemos obligados a almacenar en tachos, ollas o lo que tengamos a la mano. No se puede vivir así”, afirmó con indignación.

A la protesta también se sumó Jorge Álvarez, otro residente del sector, quien cuestionó el cobro de planillas elevadas a pesar del deficiente servicio. “Nos llegan facturas de hasta 50 dólares, cuando no tenemos agua. ¿Qué estamos pagando? Esto es una burla y una injusticia. Exigimos que se nos condonen esas deudas”, sostuvo.

La situación ha afectado incluso a personas en condiciones de salud delicadas, como doña Olga Castillo, una adulta mayor que, pese a estar enferma, decidió salir a protestar. “No puedo quedarme de brazos cruzados. El agua es indispensable para vivir. Necesitamos que nos envíen tanqueros con horarios claros. No podemos seguir esperando sin saber cuándo llegará el agua”, expresó visiblemente afectada.

Para más contenido de calidad SUSCRÍBETE A EXPRESO