
Sebastián Rulli en Ecuador: “El ego es el que te hace perder”
El actor argentino habla sobre sus personajes favoritos, la evolución del melodrama y su vida junto a Angelique Boyer
El reconocido actor y modelo Sebastián Rulli visitó Ecuador como parte de la celebración por los 30 años de la marca L’Bel, de la que es embajador. Durante su estadía en Quito, el intérprete argentino-mexicano conversó con EXPRESIONES y habló en exclusiva sobre su trayectoria en la televisión, los aprendizajes que ha dejado su carrera y la manera en que la madurez ha transformado su forma de ver la vida.
Con más de dos décadas de experiencia en la pantalla chica y recordado por sus protagónicos en telenovelas como Rubí, Teresa y Lo que la vida me robó, Rulli reflexiona sobre la disciplina, la constancia y la relación con el público que lo ha acompañado desde sus primeros pasos en la actuación.
El actor promueve un estilo de vida saludable. Se ha mantenido en forma durante toda su trayectoria, por lo que, a sus 50 años, podría ser modelo. De hecho, es imagen de campañas de belleza, aunque la actuación sigue siendo su prioridad.
Trabajar en pareja con Angelique Boyer
Sebastián Rulli y Angelique Boyer forman una de las parejas más reconocidas del espectáculo mexicano. Antes, Rulli estuvo casado con la actriz y presentadora argentina Cecilia Galliano (2007-2011), con quien tuvo a su único hijo de ahora 15 años.
Su relación con la actriz franco-mexicana Angelique Boyer se inició en 2013 y, después de varios años juntos, decidieron no casarse ni tener hijos, aunque mantienen su relación de manera estable y pública.
En esta conversación, Rulli habla sobre su carrera, la madurez, la disciplina y la relación con sus fans.
La entrevista
Se encuentra de gira por Sudamérica. ¿Cómo es el encuentro con los fans fuera de México?
Es muy divertido, porque en México podría ser más probable que te encuentres a alguien que sale en la televisión, pero en otros lugares la emoción es mucho mayor. Reaccionan de forma más sorpresiva, es como que ni se lo imaginan. No deja de darme ternura. Se acercan y me preguntan: ‘¿Eres tú?’. A veces no sé si se refieren a mí o a otro actor (risas). Pero terminamos en un abrazo. Me pasó hace poco con un taxista.
Hace poco llegó al escalón 50 de la vida. ¿Cómo se ve el panorama desde ahí?
Pues se ve igualito. No soy consciente de la edad. Es solo un número y me siento muy bien. Sigo haciendo todo lo que hacía cuando tenía menos edad. Hoy por hoy puedo dar fe de que la disciplina y la constancia son vitales para la salud y el trabajo. No hay que parar y hay que disfrutar con medida.
¿La perspectiva de la vida cambia, incluso para tomar trabajos?
Sí… Ahora puedo decirle que no a varios proyectos o cláusulas. Si no me gusta, ya no es para mí. La edad da más seguridad y certezas. Eso se refleja en más tranquilidad.
¿Hay alguna duda que se le presente a la hora de hacer un nuevo papel?
Siempre existe la incertidumbre. Hay confianza, pero no certeza, y por eso debes prepararte cada vez más. La expectativa del público es cada vez mayor. En lo personal, siempre me gusta pelear por algo más y mejor. A la edad que tengo las condiciones son más exigentes y por eso no hay que confiarse. El éxito no está comprado y debes tener la humildad de saber que eres lo mismo que antes. El ego es algo de lo que hay que hacerse amigo, pero no es el ganador. El ego es el que te hace perder.
¿Qué se siente cuando un personaje se vuelve un elemento reconocido de la cultura popular? Como el caso de Teresa, que protagonizó junto a su pareja Angelique Boyer.
Es maravilloso. Somos muy afortunados y conscientes de ello, y seguimos en el gusto de las nuevas generaciones gracias a un trabajo que se hizo hace 15 años. Eso demuestra que el melodrama es atemporal, que a todo el mundo le gusta y que son historias que dejan huella. Se agradece y todo es muy positivo. Ese proyecto no ha empañado lo que sigue, para nada. Siempre suma. Lo más interesante como artista es que la gente te recuerde por tu nombre y esa línea ya se traspasó, porque no nos reconocen solo por ese personaje. Esa es la mayor muestra de cariño.
“El melodrama no se va a acabar”
¿Cuál es el personaje que más ha disfrutado hacer?
El Dragón. Me gusta hacer personajes de acción, que tengan intriga y una vida intrigante. Ahora disfruto elegir mis roles. Pero, a nivel de carrera, hay tres personajes que me han marcado: Héctor Ferrer (Rubí), Arturo de la Barrera (Teresa) y Alejandro Altamonte (Lo que la vida me robó).
Ha podido vivir el cambio del melodrama en la televisión. ¿Cuál es su percepción actual?
El melodrama no se va a acabar. Lo que ha cambiado es la forma de verlo, por ejemplo, a través del streaming. Hoy el celular es el mejor amigo de cualquier persona, pero lo complicado es que debes atrapar al público en segundos, porque hay demasiada oferta. Es un gran conjunto de cosas que hay que saber manejar.
¿Le gustaría estar detrás de cámara como productor?
Sí, podría ser. Pero me gusta mi momento. La actuación me fascina, me permite vivir vidas paralelas al mismo tiempo.
¿Hay alguna vida que le gustaría contar?
No, ninguna en especial. Me interesa la época, viajar en el tiempo y estar relacionado con sitios totalmente alejados de mi realidad diaria. Como ser humano, lo único que nos importa es el amor. No importa la historia que cuentes, el eje central siempre está basado en él.
A la gente le gustaría ver algo de Sebastián y Angelique más allá de una telenovela. ¿Hay algún proyecto?
Tuvimos una idea para viajar y compartirlo con las personas. No sería un reality, porque no me interesa que nos juzguen. Nos gustaría mostrar ese aspecto en un futuro.
¿Qué proyecto viene?
La telenovela se llama Mi rival. Empezamos a grabarla el 22 de septiembre y filmaremos en San Luis Potosí. Estará muy intensa: madre e hija se enamorarán del mismo hombre.
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