
¿Quién fue Paulina Tamayo y por qué es considerada la ‘Grande del Ecuador’?
Su elegancia, su voz y su amor por el pasillo la consagraron como 'La Grande del Ecuador'
Ecuador despidió a una de sus artistas más queridas. Paulina Tamayo, conocida como La Grande del Ecuador, falleció el 21 de octubre de 2025, a los 60 años, dejando tras de sí más de cinco décadas de carrera artística, una voz inconfundible y un legado que forma parte de la identidad nacional.
Su funeral en la Basílica del Voto Nacional reunió a más de 2.000 personas. Afuera, cientos más entonaban sus canciones entre lágrimas. Su hermano, Paúl Tamayo, la recordó no como estrella, sino como el pilar de su familia: “Fue papá y mamá para nosotros. Siempre alegre, pendiente de todos. No solo fue artista, fue una hermana ejemplar”.
De niña prodigio a símbolo nacional
Paulina Tamayo nació en Quito el 14 de abril de 1965. A los cinco años ya cantaba en escenarios, y a los siete ingresó a la compañía teatral de Ernesto Albán, donde permaneció 12 años. Su voz potente, dulce y emocional la convirtió pronto en una figura destacada del arte nacional.
A los 15 años, el público empezó a llamarla 'La Grande del Ecuador', un apodo que surgió espontáneamente tras verla ganar el Rumichaca de Oro, uno de los premios más importantes de la época. Desde entonces, su nombre quedó ligado al orgullo y la elegancia de la música ecuatoriana.
Elegancia, identidad y respeto por la música nacional
Tamayo siempre defendió la autenticidad del folclore ecuatoriano. En una entrevista con Diario EXPRESO, afirmó: “La música nacional no va con los escotes. No necesita mostrar el cuerpo, sino el alma”.
Su estilo sobrio, sus trajes confeccionados por artesanas quiteñas y su amor por los colores patrios reflejaban una coherencia entre arte, identidad y respeto. Para ella, cada presentación era una forma de rendir homenaje al país.

Una carrera con huella internacional
La intérprete de Avecilla, Morena la ingratitud y No hago falta a nadie llevó el pasillo, el sanjuanito y el albazo a escenarios de Argentina, Perú, Colombia, México, Canadá y Estados Unidos. Compartió escenario con artistas como Juan Gabriel, Rocío Dúrcal, Roberto Carlos, Alci Acosta y José Luis Rodríguez, ‘El Puma’.
Grabó más de 15 discos, participó en giras internacionales y fue reconocida por su voz poderosa, su impecable interpretación y su cercanía con el público.
“El mejor Grammy que he recibido es el de la gente”, solía decir entre risas.
Un adiós multitudinario
Su despedida fue una de las más masivas que ha vivido Quito en los últimos años. El velorio se realizó en el Teatro Nacional de la Casa de la Cultura, escenario que ella misma eligió para su adiós. La misa en la Basílica del Voto Nacional fue un acto de fe, música y gratitud.
“Hoy perdemos una grande, pero nace una leyenda”, dijo su hermano Paúl, mientras los aplausos y los gritos de “¡Viva Paulina Tamayo!” llenaban el templo.
El legado de la ‘Grande del Ecuador’
Paulina Tamayo fue más que una voz: fue una embajadora cultural. Su música unió generaciones y su ejemplo inspiró a artistas a mantener viva la tradición nacional sin perder elegancia ni autenticidad.
Su hijo, Willie Tamayo, también cantante, resumió su partida con un mensaje que conmovió al país:
“Tu voz, tu arte y tu luz quedarán para siempre en la historia del Ecuador. Te amo, mi Grande del Ecuador, ahora eres La Grande del Cielo”.
A partir de ahora, su voz seguirá resonando en cada pasillo, en cada albazo y en cada corazón ecuatoriano que recuerde con orgullo a Paulina Tamayo, la eterna Grande del Ecuador.
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