
¿Pasarela o Asamblea? El protocolo se quedó en casa en la sesión inaugural
Mucha piel, escotes y botas vaqueras: así se vistieron algunos asambleístas en su primer día de trabajo
El discurso político también se viste y en la primera sesión algunos, a la hora de vestir, no dijeron lo que deberían. El 14 de mayo fue la sesión inaugural de la Asamblea Nacional del Ecuador, un día clave en el que se designaron a sus nuevas autoridades. Pero en vez de destacar por su liderazgo, lo que más llamó la atención fue la vestimenta de algunos asambleístas.
Una mezcla caótica entre lo formal y lo casual marcó la jornada. El problema no es vestirse distinto, sino la falta de criterio y coherencia con el protocolo institucional.
En un espacio donde se fiscaliza al presidente y se toman decisiones que afectan a todo el país, parecería lógico que también se respetara el contexto con algo de decoro. Allí, donde se rinde honores a la bandera. Una cosa es romper esquemas, y otra muy distinta, no saber leer el momento.
¿Qué dicta el protocolo formal?
Para un evento oficial estatal, lo adecuado es vestir con este tipo de prendas: chaqueta o blazer, pantalón o falda debajo de la rodilla. El traje sastre debe estar compuesto del mismo color.
La experta recuerda que no es un evento de moda. Por eso recalca lo que no se debe usar: escotes pronunciados, colores muy chillones en trajes completos, pero sí en accesorios, como en las corbatas. El negro tampoco es un color apropiado para usar en política.

Hay que recordar también que hay asambleístas que pertenecen a comunidades indígenas y que su vestimenta formal la constituyen los trajes de su cultura tradicional.
Clásico y algo old fashion
Steven Ordoñez fue apropiadamente vestido, sin casi ningún riesgo. “Cumple con el traje sastre azul marino, aunque hubiera sido mejor si usaba un pañuelo para estar más elegante”, menciona la asesora de imagen. En cuanto a los zapatos, está utilizando un modelo muy común de los años 80 que está volviendo a ser tendencia, sin embargo, ella no los recomienda porque pueden verse muy retro.

Mucha piel
La asambleísta Jhajaira Urresta lució su buena figura, sin embargo, el traje escogido no fue -ni de cerca- el apropiado para la ocasión.
Para la asesora de moda Alejandra Paredes, el error más grande es top que tiene mucho escote y está llenos de perlas y brillos.
“Además deja ver el abdomen. Este tipo de prendas es para otro tipo de evento social. También es irrespetuoso con el saludo de la bandera que deben hacer todos los asambleístas”, continúa.
¿Otro detalle? Los zapatos, con perlas y transparentes, también son inapropiados bajo el protocolo.

Identidad sí, apropiado no
Mónica Salazar Hidalgo es una asambleísta orgullosa de la ruralidad de la provincia de Los Ríos. El sombrero vaquero y montuvio siempre es parte de su vestimenta, por una cuestión de identidad.
Sin embargo, su atuendo no fue el preciso para un día de trabajo formal y de relevancia nacional. “No cumple el código de vestuario, porque no se usan botas ni vestido con flecos. Para un evento campestre hubiera funcionado muy bien, pero no dice lo indicado”.

Azul marino, bien escogido
Niels Olsen y Mishel Mancheno, presidente y primera vicepresidenta de la Asamblea, lucieron trajes de un tono similar. “Ambos cumplen perfectamente el código de vestuario y muestran un estilo sobrio”. Los dos outfits, que no corrieron riesgos, calzan perfectamente y demuestran confianza gracias a las prendas escogidas.
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