Ocio

Razones para Odiar para web
Razones para Odiar, banda de Otavalo que se está posicionando en la escena nacional gracias a su potente descarga en vivo, con el respaldo de Istriónico Records.Razones para Odiar

Istriónico Records ubica a Otavalo en el mapa musical de la región

Este sello, productora, sala de ensayos y local de conciertos nos cuenta su contribución a la escena de su ciudad y el país

Siempre la gestión y difusión es lo más complicado de la actividad artística. La gran pregunta es: ¿cómo lograr que llegue al público toda la riqueza musical que se produce en el país? Y quizás más clave aún: ¿cómo crear un entorno que permita mejorar los estándares de calidad y formar públicos con criterio?

Por eso es tan gratificante ver proyectos como Istriónico Records de Otavalo, fundado por Ricardo Esparza, que surgió como un estudio y con el tiempo ha diversificado su campo de acción, convirtiéndose en productora, lugar de ensayos y conciertos, además de casa disquera.

Tras la experiencia acumulada durante años en la escena subterránea con proyectos como Lecter, Infiltro, entre otros, fundo Istriónico como una necesidad para promocionar no solo su propia música sino la de otros artistas cuyo arte siempre corre el riesgo de quedar sumergido en una burbuja y no llegar a las audiencias.

Banda Curetaje

Curetaje presentará en Guayaquil su nuevo EP, dedicado a Paul Troya

Leer más

Y lo más importante es que ese esfuerzo ha repercutido también en el crecimiento de la escena otavaleña, al punto de que la ciudad se ha convertido en sede frecuente de las giras de varias bandas extranjeras que han visitado Ecuador. 

Es el caso de Vanegas Blues, Las Tres Piedras, Margen de ErrorDanta, Corriendo, Las Guagas de Pank (Colombia), Alambre de Púas (Chile) y más recientemente Joliette (México), que demuestran que además de Quito, Guayaquil y Cuenca, la ciudad de Otavalo se está consolidando como punto importante de la escena ecuatoriana, con fanáticos apasionados que están dando ejemplo al resto del país.

Conversamos con Ricardo sobre su trabajo con una de las productoras más serias y honestas del movimiento independiente, con un elevado nivel de profesionalismo, referente para las escenas de otras ciudades.

Ricardo, usted antes de Istriónico tenía años de experiencia como músico de la movida independiente.

Yo desde adolescente formé bandas en Otavalo y en esa época reinaba el cover (tocar canciones de otras bandas). Para nosotros era absurdo que los espacios y el publico den preferencia al cover y no se dé valor a sus propios compositores.

Su proyecto nace para evitar que toda esa riqueza se pierda.

Claro, la idea era resaltar a los compositores y a las bandas que nacen en sus nichos y a veces mueren en sus propias salas de ensayo, hacen sus grabaciones y nadie los puede ver en vivo o escuchar.

Nació tras un viaje suyo a EE. UU.

Sí. Después de la pandemia. Cuando volví tenía la idea de poner un estudio. Igual, ya había organizado eventos junto a mi hermano antes, con mis primeros proyectos musicales en Otavalo. Conocíamos ya los espacios que te abrían las puertas y también los que no. Cuando yo tenía unos 11, 12 años, me enfurecía ver cómo a pesar de tu esfuerzo, te cerraban las puertas. Y bueno, era otra generación.

Se encontró con nuevas camadas de melómanos.

Yo había estado unos años desconectado de mi ciudad, porque viví más de una década en Quito, y cuando hice mi primer concierto con Istriónico en Otavalo, llegó gente de todo tipo: emos, skaters, bikers, punqueros. Y todos ellos de 17 años para abajo. Me dije: “¿De dónde salieron?”. Por ahí llegó el metalero vieja escuela también, pero fue 1 a 10 en relación al público joven.

Usted también aprende de esta nueva generación.

Yo aprendo un montón de ellos, porque son los que me sugieren las bandas internacionales o nacionales que sueñan ver en Otavalo.

Lo ayudan a entender la escena de su ciudad.

Claro. Sobre todo, se ha matado el estereotipo de que un concierto de rock es algo rudo que necesita 800 policías para mantener el control. El público se ha educado bastante en comparación a lo que era el rock en Otavalo hace 15, 20 años, cuando todo era borracheras, tragos, puñetes. Hasta tienen consciencia de no ensuciar. Es bonito reconocer todos esos avances.

Mauro Samaniego para web
Mauro Samaniego, líder de Da Pawn y Tripulación de Osos, descargando su show como solista en Istriónico.Anka Maldonado

Emulando buenos ejemplos de la escena latinoamericana

En este camino, ha sido muy importante ver el ejemplo de otras escenas mejor organizadas en América Latina.

Con mi banda Infiltro fuimos a Perú a tocar a un festival en 2019, invitados por el sello Necio Records. Fue increíble ver la movida en Lima. Se vendían vinilos y cassettes como si fueran humitas. Y de bandas nacionales de Perú. Eso marcó mi vida. Me inspiró bastante.

Estuvo también en Argentina.

Allá me di cuenta de que las bandas se mandan unos tours de dos o tres meses, tocando en capital y en provincias. Buenos Aires es una ciudad con industria musical, todos los shows llenos, pero me preguntaba cómo será en provincia. Cogía el tren y me iba 40 minutos, una hora adentro, a ver qué pasa. Y bueno, al ser un país más grande, me encontraba con que eran ciudades igual. En provincia había una movida similar a la de capital. O sea, se llenaba, se llenaba porque se llenaba. Y yo decía, ¿por qué no podemos hacer eso?

Pese a no ser capital de provincia, Otavalo se ha sumado a giras de bandas foráneas, aparte de las grandes ciudades.

La idea es tener una ciudad cultural, donde los músicos digan: “Me voy a Otavalo a tocar porque ahí sí pagan el boleto, ahí sí me compran mi merchandise”. Aparte de que esta ciudad es súper bonita, 100% turística.

Apostar por la escena local.

Pero eso no se logra si primero la gente no adquiere esa cultura de consumo del arte local. Porque si no, siempre va a ganar Shakira o los artistas que ya están posicionados por décadas.

Buscar el beneficio colectivo

Ricardo, para crecer como productora son fundamentales también las relaciones con otros gestores culturales.

Pues claro. En ese aspecto es importante saber asesinar el ego. No tratar de utilizar todas las oportunidades a tu favor, sino saber a dónde repartir esas oportunidades. Y el trabajo colectivo es mucho mejor que el individual.

Es un ganar-ganar para todos: músicos, gestores, público...

Totalmente. Si tú hiciste algo positivo con un promotor, te aseguro que en un año te va a decir: “Oye, ya estoy trayendo bandas más grandes, armemos un negocio”. O la banda que no era tan famosa en un punto, se ha posicionado y te busca para hacer conciertos.

El crecimiento de Istriónico ha repercutido en el crecimiento de la escena otavaleña.

Mi lema es: “No nos quejemos de la competencia”. Por ejemplo, yo aquí siempre pago a las bandas, doy porcentajes, alimentación, un camerino. O sea, juego al show de MTV, y de chiste en chiste se ha convertido en algo serio. Y he visto que eso se ha replicado en otros conciertos.

También ayuda al crecimiento de las bandas locales de Otavalo e Ibarra en general.

Mira el caso de Razones para Odiar. Al inicio, les colaba en todas las tocadas que podía. A veces me decían: “Ese no es nuestro género”. Yo les respondía: “¿Qué importa? A alguien le van a enamorar, y espero que ese alguien organice tocadas”. Yo sabía que tenían ese potencial. Ahora son los más pedidos. Hasta bandas extranjeras los piden en sus shows.

¿Quieres acceder a todo el contenido de calidad sin límites? ¡SUSCRÍBETE AQUÍ!