
Crítica de Cine. La empleada, ¿thriller psicológico de lujo con grietas ocultas?
Este hriller psicológico dirigido por Paul Feig, con Sydney Sweeney y Amanda Seyfried, viaja entre secretos, lujo y obsesión
Millie Calloway (Sydney Sweeney, de la serie The white lotus, 2021-2025), joven con cierto pasado y al cual ambiciona esconder, acepta un trabajo como doméstica en la lujosa mansión de los adinerados, privilegiados, elegantes y elitistas Winchester, solo para descubrir que la familia encubre también secretos y engaños, donde nada es lo que parece.
Las fantasías de Millie se vuelven peligrosas al probarse el vestido de Nina (Amanda Seyfried). Se desencadenará un espiral de mentiras, obsesiones y una lucha por la supervivencia. Germinarán extraños procederes, fundamentalmente cuando se da cuenta de que su habitación solo se cierra por fuera.
En este peligroso enjambre figuran Andrew Winchester (Brandon Sklenar), Evelyn, madre de Andrew (Elizabeth Perkins), el jardinero Enzo (Michele Morrone) y Cecelia (Indiana Elle), hija de Nina y Andrew. Aparecerá Lexi (Hannah Cruz), amiga de Sydney.
La empleada: la crítica de Jorge Suárez
Movido thriller psicológico, en La empleada, la perfección es tan solo un espejismo y, por ende, un rompecabezas de secretos malévolos, falsedades y giros desconcertantes.
Estos sirven para demostrar que Paul Feig, con buen guion, “puede convertirse en un mejor director”, pues logra mantenerse en el esquema general de la exitosa novela escrita por Freida McFadden en 2022.
Pero Rebecca Sonnenshine (guionista del filme) pone la flecha de su labor en un círculo más abajo del blanco de tiro o diana y, en alguna forma, desvirtúa la perfección.
Sin embargo, Feig ha podido mantener el concepto que proclama el vademécum: los ricos son impúdicos; la riqueza es un viaje que puede ser virtuoso, atractivo y peligroso, que terminará mostrando los colmillos “tras una sonrisa agradable”.
El problema de La empleada es que, al escuchar sus diálogos, aparecen algunos vacíos, lo que genera la sensación de que el filme pudo ser mejor, pues algunos personajes se escapan de lo más obligatorio en este género fílmico: sus ubicaciones… ¿están en el lado bueno o en el de la maldad?
O simplemente, como escribe William Bibbiani, “es una obra pulp posfeminista” (pulp es un tipo de literatura policial, de argumentos simples, de escaso valor literario y divulgadas baratamente), pero… también eran muy sonadas por sus heroínas, llenas de sensualidad, añado yo.
Extraña su fotografía; no es luminosa, está más bien llena de tonos pasteles, donde bajo ningún concepto brota la vulgaridad o maldad, pues ellas no están en el vestuario ni en el ambiente, sino en las almas de algunos personajes.
En el campo de las actuaciones destacan Amanda Seyfried y Sydney Sweeney, glamorosas y carismáticas, pero… me quedo con Amanda, que es una actriz muy versátil. La recuerdo especialmente por Mank (2020), donde otorgó vida a Marion Davies (1897-1961) y que le mereció una nominación al Óscar.
Aquí, en La empleada, es perfecta. Obsérvenla cuando su rostro está en primer plano, su intensidad. ¿Lo más contundente? Que ella jamás pierde su clase. La última media hora es inesperada, tanto que hace olvidar lo que le falta.
Algo más: este filme, en los Estados Unidos tiene el 60 % de aprobación, 24 % opiniones mixtas, un 7 % negativo. El 9 % no opinó.
- Calificación: * * *
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