
Belén Montero y su audaz camino en la comedia
Con curiosidad e ingenio, esta comediante ha convertido el stand up en su forma de compartir esencia, dentro y fuera del país
Antes de subirse por primera vez a un escenario con micrófono en mano, Belén Montero (30) llevaba una vida que muchos considerarían estable: era ingeniera comercial, trabajaba en oficina y seguía un camino profesional tradicional. Pero en 2019, una vocecita interna (inquieta y persistente) le empezó a decir que algo faltaba. Fue entonces cuando decidió dar un giro inesperado a su vida.
Hace seis años, esta guayaquileña, soñadora, un poco loca y atrevida (como ella misma se define), descubrió su pasión por el stand up que, con el tiempo, se convirtió en su profesión a tiempo completo.
Desde entonces, ha hecho del humor su lenguaje más honesto y de la tarima un refugio creativo con la que no solo ha conquistado al público local, sino también el mundial al representar a Ecuador en el Festival Internacional de Stand Up en Costa Rica 2025.
El humor, su ‘zapatilla de cristal’
Durante el proceso de descubrir cuál rama del arte la apasionaba más, Belén se inscribió en varios cursos y probó distintas disciplinas creativas (como actuación, improvisación teatral, técnicas corporales, locución y doblaje de voz), con la esperanza de encontrar algo que realmente conectara con su esencia.
Poco tiempo después, ese camino la llevó a mudarse a Buenos Aires, justo antes de la pandemia, para estudiar comedia de manera profesional. “Renuncié al trabajo, compré solo un pasaje de ida, dejé mi vida en Ecuador y me fui para descubrir si esto era lo mío”, recuerda.
Y no tardó en confirmarlo. Le bastó solo una clase para darse cuenta de que estaba en el lugar correcto. “Fue como cuando a Cenicienta le entra la zapatilla de forma perfecta. Así se sintió. Como encontrar al amor de tu vida… aunque todavía no lo haya encontrado, pero creo que así se ha de sentir”, dice entre risas. Pasó nueve meses en la capital argentina, formándose no solo en la escritura e interpretación de sus textos, sino también en la producción de sus propios shows.

Sus sueños en una maleta
Los primeros años en el área del stand up fueron una mezcla de entusiasmo, aprendizaje y exploración para Belén. Comenzó a presentarse con frecuencia en varios eventos en Guayaquil y, a la par, creó su propio pódcast: Melena Suelta, un proyecto donde combinaba humor, reflexiones y una visión muy personal del día a día.
También participó en festivales virtuales, en los que hizo presentaciones online y descubrió nuevas formas de hacer reír desde la distancia. Además, su creatividad e ingenio la llevaron a recorrer Ecuador para presentarse ante cientos de personas en escenarios en los que cada función era una oportunidad para conectar con el público y seguir creciendo como artista. Quito, Cuenca, Manta, Ibarra, Montañita y Santo Domingo fueron algunos de sus destinos. “Me siento la mujer más privilegiada del mundo al conocer mi país por medio de lo que amo hacer”, dice.
Para ella, cada show ha sido una experiencia que ha fortalecido no solo su amor por la comedia, sino también por el país que la vio nacer.
México, su ‘universidad’ del arte
Luego de consolidar su carrera en Ecuador, Belén viajó a México para seguir aprendiendo en un entorno donde el stand up tiene una escena activa a diario. Aunque su estadía en 2024 fue temporal, el aprendizaje fue intenso. “Argentina me enseñó a hacer comedia, pero México fue como la universidad. Me ayudó a entender la industria desde otro lugar”.
Ahora al regresar a Ecuador, lo hace con un enfoque renovado y muchas ganas de reconectar con su audiencia. “Extrañaba todo: el encebollado, el dialecto guayaco, mi tierra. Mi público está acá y por eso volví".
Su voz en escenario internacional
En enero de este año, Belén vivió uno de los momentos más emocionantes de su carrera al representar a Ecuador en el Festival Internacional de Stand Up Costa Rica 2025. Fue la primera comediante ecuatoriana en formar parte de este encuentro y lo vivió como una mezcla de orgullo, nervios y profunda gratitud. “Estaba rodeada de personas que he admirado toda la vida y compartí escenario con artistas que han estado en Netflix. Fue retador, pero también hermoso”, recuerda.
Más allá de los aplausos, la experiencia fue un punto de quiebre en su camino profesional al compartir aprendizajes con humoristas de toda Latinoamérica: “La comedia no tiene fronteras. Siempre me he sentido orgullosa de ser ecuatoriana y al estar allá y hacer reír con mi voz, con mis historias, fue algo indescriptible. Me llenó el alma. Me encanta saber que cada vez hay más personas que saben que Ecuador tiene talento de exportación y que los comediantes ecuatorianos estamos llevando nuestro humor al mundo”.
La curiosidad es su motor creativo
Actualmente, está enfocada en hacer crecer la escena del stand up en el país, apostando por crear, producir y presentar comedia con sello propio. “Estoy invirtiendo toda mi energía en hacer reír desde mi tierra”, dice.
Cada mes presenta un nuevo show y el próximo (La curiosidad me mató al rato) se presenta el 31 de julio en Pop Up Teatro-Café. En esta propuesta, relata sus vivencias dentro y fuera del escenario, sus aciertos y errores, y esa curiosidad que, aunque a veces la ha metido en problemas, también la ha llevado a lugares maravillosos.
“Mi comedia ha evolucionado. Ahora soy más directa, ya no tengo miedo de decir lo que pienso. Soy muy atrevida… y eso se nota en cada función. Las mujeres somos muy graciosas y tenemos muchas historias por contar”.
Su visión del arte local
El stand up es para Belén una herramienta poderosa, escrita con precisión, pero viva en cada función, que permite jugar, improvisar y conectar con el público desde lo más humano: la risa.
En sus shows, la interacción es clave; conversar con la audiencia le da material, ritmo y alma a cada presentación. “Es increíble conectar con las personas a través del arte. La paga más grande es cuando los demás se divierten y ríen junto a mí. Me llena el alma, porque he puesto la comedia como un servicio para ayudar a alegrar el día de los demás”, reflexiona. Ella ve con esperanza el crecimiento de la comedia en Ecuador y celebra que cada vez más personas se animen a consumir este arte que, hasta hace poco, era poco explorado en el país. “A veces la gente va sin saber exactamente a qué se enfrenta, y salen fascinados. Es lindo cuando se dejan sorprender”.
Preguntas rápidas con Belén
- ¿Qué es la comedia para ti?
Es la vía que me ha llevado a conocerme a mí misma.
- ¿Con quién jamás compartirías escenario?
Con Donald Trump o Putín.
- ¿En quién piensas luego de cada show?
En Belén del pasado cuando estaba estudiando ingeniería y estaba frustrada porque no sabía qué hacer en la vida. Ella me inspira.
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