
Unir al vecindario, la fórmula para frenar la delincuencia de Sauces, en Guayaquil
Residentes buscan integrarse y realizar actividades Piden respaldo de autoridades
Sauces ha vivido un 2025 marcado por el miedo. El aumento de la violencia mantiene a sus habitantes en alerta permanente. Robos a personas, enfrentamientos entre bandas criminales y episodios de extrema gravedad -como el asesinato y desmembramiento de una mujer a manos de su hija- han golpeado a este tradicional sector del norte de Guayaquil. A ello se suma el reciente crimen del futbolista Mario Pineida, ocurrido en la vía que divide Sauces y Samanes, hecho que profundizó la sensación de inseguridad en la zona.
Tal como ha publicado EXPRESO en una serie de reportajes, la inseguridad se ha convertido en la principal preocupación de los moradores. A lo largo del año, una sucesión de hechos violentos ha instalado un clima de temor permanente entre quienes viven en este amplio vecindario residencial, considerado históricamente uno de los más poblados de la ciudad.
La ciudadanía denuncia constantes ataques delincuenciales
Rogelio Morales, habitante de la quinta etapa, asegura estar cansado de que su ciudadela sea mencionada a diario a nivel nacional por los crímenes que allí se registran. “Cada semana hay asesinatos: en los parques, en las calles, en las casas, cerca de las escuelas, en los espacios públicos. Todo está decayendo en mi barrio, en mi hermoso barrio”, expresó.
Para Gino Ponce, de Sauces 6, el problema siempre han sido los robos. “Ha habido asaltos por todos lados y no se detienen, aunque muchos vecinos ya hemos optado por encerrarnos tras rejas”, señaló. Sin embargo, advirtió que la situación se ha agravado en 2025, pues la amenaza ya no se limita a la delincuencia común.
“La situación está desatada. Ahora hay enfrentamientos entre grupos de delincuencia organizada, lo que genera muertes colaterales y un sinnúmero de hechos criminales que terminamos padeciendo todos los moradores”, contó Juan Guillermo Soria, quien afirma haberse mudado varias veces dentro del sector en busca de mayor seguridad. “He vivido en las etapas 4, 8 y ahora en la 6. En todas se repite el mismo escenario, pero en diferentes escalas”, lamentó.
Este panorama se replica en otras etapas. Más allá de los crímenes violentos, los reclamos ciudadanos apuntan a delitos recurrentes como el robo a personas, el hurto de autopartes y los asaltos a locales comerciales; factores que han deteriorado la convivencia.
morador
Las extorsiones también se volvieron habituales. Algunos comerciantes han optado por borrar los números telefónicos de sus rótulos para evitar llamadas de los extorsionadores, conocidas como “vacunas”. Esta práctica ha impactado en la actividad económica, que durante décadas se caracterizó por su dinamismo comercial.
“Antes los negocios atendían hasta las dos o tres de la madrugada. Hoy, con suerte, cierran a la medianoche. El riesgo es demasiado alto. Y es que todos los días se escuchan muertes y balaceras. Vivimos en constante peligro”, reclamó Mariela Espinel, de Sauces 7.
EXPRESO solicitó a las autoridades cifras oficiales sobre los robos y homicidios registrados este año en esta ciudadela del distrito Modelo; sin embargo, hasta el cierre de esta edición, no hubo respuesta.
Pese al escenario adverso, los residentes no pierden del todo la esperanza. En varias etapas, los vecinos han comenzado a organizarse, fortalecer la vigilancia comunitaria y coordinar acciones conjuntas con el objetivo de frenar el avance de la delincuencia y recuperar, de forma paulatina, la tranquilidad que alguna vez tuvieron.

“El barrio unido no será vencido”, el lema que toma fuerza en los residentes de Sauces
Ante el incremento sostenido de hechos delictivos en Sauces y la percepción de una respuesta insuficiente de las autoridades, los moradores han optado por organizarse y promover soluciones desde la comunidad. Robos, extorsiones y muertes violentas empujaron a los vecinos a unirse con un objetivo común: recuperar la seguridad y la convivencia.
La organización barrial se ha convertido en la principal herramienta de prevención. Para Julio Martínez, residente de Sauces 8, la unión comunitaria disuade a la delincuencia. “Un barrio unido no será vencido. Una persona sola es más vulnerable, pero cuando los vecinos caminan juntos y se cuidan entre sí, la situación cambia”, afirmó, al citar como ejemplo a Sauces 1, una de las zonas con menor percepción de violencia en el norte de Guayaquil.
Las estrategias ciudadanas en Sauces
Ingrid Carrera, dirigente de ese sector, explicó que durante 2025 se ha fortalecido el trabajo comunitario como medida preventiva. Las actividades sociales, deportivas y recreativas ya no se limitan a fechas puntuales, sino que se desarrollan todo el año. “La constancia es importante. Un barrio activo es un barrio vigilado”, sostuvo.
Carrera subrayó la necesidad de involucrar a las autoridades. “Siempre solicitamos acompañamiento policial o coordinación con el Municipio. Eso envía un mensaje claro de que es un sector organizado y protegido”, dijo, al señalar que la presencia institucional contribuye a reducir el accionar delictivo.
En Sauces 1, mensualmente se realizan reuniones para planificar actividades comunitarias. Ferias, campeonatos y bailoterapia han fortalecido los lazos vecinales. “La convivencia y la participación hacen la diferencia”, aseguró Daniel Coronado.
Para Mónica Soro, moradora de la zona, la intervención urbana es indispensable. A su juicio, la delincuencia se multiplica en espacios descuidados, con iluminación insuficiente y áreas verdes abandonadas. Por ello, una estrategia integral debería incluir iluminación total de calles y parques, eliminación de puntos ciegos y mantenimiento periódico de áreas verdes. La activación de los parques con comercio ordenado y eventos familiares mantendría una presencia constante de vecinos. Las intervenciones estéticas -como murales realizados por colectivos barriales- reforzarían el sentido de pertenencia y el mensaje de que el barrio está organizado y decidido a recuperar su tranquilidad.
residente
Desde el ámbito técnico, el experto en seguridad John Garaycoa planteó articular esfuerzos entre ciudadanía, empresa privada y autoridades. Propone programas de “apadrinamiento de barrios”, en los que empresas apoyen económicamente a sectores conflictivos y contribuyan a iniciativas de prevención, orden y control. También sugiere impulsar concursos que reconozcan a los barrios con buenas prácticas comunitarias, con reglas claras y acompañamiento institucional para fortalecer la cultura preventiva.
Otra apuesta surgió de Romel Carrasco, vecino de Sauces. Para él, la tecnología puede convertirse en una aliada estratégica. Entre las medidas destaca el botón de pánico comunitario conectado a la central policial para agilizar la respuesta a emergencias; un mapa vivo delictivo para registrar robos, horarios críticos y zonas rojas; la instalación de cámaras LPR en accesos vehiculares para identificar placas; y la simplificación digital de denuncias con seguimiento en línea, a fin de reducir la impunidad y recuperar la confianza ciudadana.
En otros sectores, como Sauces 4 y 8, los moradores instalaron cámaras y restringieron accesos peatonales. Aunque inicialmente redujeron los delitos, advierten que los delincuentes modificaron sus métodos. “Al principio funcionó, pero luego se adaptaron”, comentó un residente.
En Sauces 3, la respuesta se centró en la contratación de guardianía privada y en turnos entre vecinos, especialmente jóvenes, para vigilar vehículos durante la noche ante el aumento de robos de autopartes. “Nos turnamos para cuidarnos entre todos y ha dado resultados”, explicó César Moreno, quien insistió en la necesidad de apoyo estatal.
Para los moradores, el consenso es claro: las iniciativas ciudadanas ayudan, pero son insuficientes sin respaldo institucional. “No podemos hacerlo solos. Necesitamos que la Policía Nacional y el Municipio refuercen la presencia en el sector”, reclamó Miguel Moya.

Para seguir leyendo EXPRESO sin restricciones, SUSCRÍBETE AQUÍ