
Patinadores de Samborondón visualizan un entorno urbano amigable con un skatepark
Se busca activar espacios inutilizados en La Puntilla. Parque Bicentenario sería una alternativa, dice funcionario municipal
Rodar, saltar, crear arte con su cuerpo. Es el anhelo de la comunidad que patina en Samborondón y que ha propuesto un espacio adecuado y seguro en la zona urbana del cantón.
Ya en 2022, el Municipio construyó en el malecón del Buijo Histórico (La Puntilla) un skatepark, que fue pedido de la ciudadanía, tal como recogió entonces EXPRESO.
Ahora, la necesidad de contar con un lugar así en la zona urbana ha llevado nuevamente a la agrupación Transformando Espacios a proponer que se haga una obra similar.
Para esto, han realizado proyecciones, utilizando inteligencia artificial, de cómo se vería un skatepark en al menos tres puntos ubicados en los dos accesos que tiene el cantón.
Primera propuesta: bajo un paso a desnivel
El primero está en los bajos del puente que une a Samborondón con el norte de Guayaquil. Ahí, el Cabildo, liderado por el alcalde Juan José Yúnez, hará el denominado bosque de bolsillo, en un espacio donde actualmente hay piedras.
Consultado sobre la posibilidad de construirlo ahí, el director de Fiscalización del bosque de bolsillo, Juan Carlos Córdova, dijo a EXPRESO que no es viable porque “ya está consolidado el proyecto” del bosque.
Se propone aprovechar espacios al ingreso de Samborondón
Otros dos lugares propuestos son el redondel del viaducto que está al inicio de la avenida Samborondón, donde se encuentra la escultura de cuatro niños agarrados de las manos, y los bajos del puente que está junto a la sede del ECU-911.


“Lo que se busca fue lo que pasó en el primero, en el Buijo: alentar a que la zona despierte, haya más movimiento, atracción turística, sobre todo en Samborondón, donde nos rodea el cemento, puro mall, tráfico y carros. No hay sombra”, dice Álvaro Fernández, de Transformando Espacios.
Él valora que se haya creado un primer skatepark en el cantón, pero cree que es necesario que haya un espacio similar en la zona urbana, donde los patinadores practican en las ciudadelas cerradas o en la vía Samborondón los domingos, cuando se peatonaliza para andar en bicicleta o patines.
Con él concuerda David Rojas, quien patina en La Puntilla, en Samborondón, pero también en espacios de Guayaquil, como el skatepark de la avenida Juan Tanca Marengo y Francisco de Orellana.
“El skate es un deporte de la calle y no hay un espacio asignado. Para ir al Buijo necesitas transporte, tomar bus, y es un tramo largo para llegar. Es chévere la iniciativa, pero se necesita crear un espacio público que sirva a la comunidad”, señala.
Por eso, él visualiza un lugar donde “se pueda generar comunidad, hacer un concierto o exposición de arte, con fácil acceso para todo”.
Parque Bicentenario, posible opción para skatepark
Esa accesibilidad es la que Córdova no ve viable en la zona del redondel o el ECU-911 porque está junto a una vía rápida.
“Se lo puede hacer, pero hay una infraestructura consolidada y hecha”, explica el fiscalizador, quien señala que “debería ser implementado en un lugar donde no exista” algo construido.
Por eso, él sugiere que el skatepark sea una realidad en una segunda fase del parque Bicentenario, inaugurado hace un año en la entrada a la urbanización Ciudad Celeste.
En este punto, el fiscalizador municipal ve viable hacer el skatepark
“Me parece que es una propuesta bastante buena (la de hacer un skatepark), ya que no hay muchas áreas que tengan vida en Samborondón, más que el parterre del centro (de la avenida Samborondón), que tiene palmeras. Todo lo demás es propiedad privada o tienes que salir de Samborondón si quieres encontrar un lugar para patinar o salir a un parque con tus amigos o pasear con tu perro”, menciona Enrique Marques de la Plata, quien tiene unos tres años practicando skate.
Obra debe contar con la participación ciudadana, dice urbanista
Ese requerimiento de contar con espacios públicos para hacer deporte o tener actividades artísticas se refleja en este tipo de propuestas. Para la urbanista Daniela Hidalgo, es bueno que salga desde la ciudadanía.
“Lo interesante de esta propuesta es que la piden los jóvenes, la comunidad, porque hay una necesidad. Vemos actividades que se hacen en el espacio público, pero no hay el lugar para que ellos puedan disfrutar de este deporte”, manifiesta.
Por eso, la docente de urbanismo cree importante que “los que practican el deporte sean parte de la propuesta, desde el diseño hasta la ejecución”.
Más allá del proyecto, Hidalgo considera que los cambios urbanos en Samborondón deben manejar el concepto de ciudad caminable y priorizar al peatón en las aceras, para que “todo tipo de persona pueda transitar con libertad”.
Mientras estas ideas se consolidan, la comunidad de rollers continúa soñando con lograr más piruetas y acrobacias, y con un lugar donde poder hacerlas realidad, con seguridad, inclusión y equidad.
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