
Espol inicia obra de Distrito 100: el proyecto para reactivar el centro de Guayaquil
Será un hub de innovación en Las Peñas. Con apoyo del BID, la obra de $20 millones transformará edificios en 18 meses
Entre ventanales quebrados, símbolo del paso del tiempo, y bajo las faldas de un cerro que vio crecer a la ciudad, se colocó la primera piedra de un proyecto tan ambicioso para la academia que el resultado podría ser el nacimiento de una nueva historia para el centro de Guayaquil.

Allí, en el emblemático edificio E del campus Las Peñas, la Escuela Superior Politécnica del Litoral (Espol) oficializó este lunes 8 de diciembre el inicio de las obras de Distrito 100, que promete ser el nuevo polo de innovación y emprendimiento tecnológico de la urbe.
Un sueño de una década
La ceremonia sirvió para declarar intenciones. Cecilia Paredes, rectora de la Espol, visiblemente emocionada, recordó que este sueño comenzó hace más de una década. “Apuntas a las estrellas para caer encima de la montaña”, dijo, evocando sus días de estudiante en ese mismo lugar.

Para ella, Distrito 100 es la reconexión de la ciencia con la sociedad. “Aquí construiremos el nodo estratégico donde el conocimiento se convertirá en acción, donde las ideas generarán empleo y donde el talento joven encontrará un espacio para transformar su entorno”
El proyecto, financiado con un crédito de 20 millones de dólares del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), contempla una intervención de 18 meses. El objetivo es transformar el ‘viejo’ campus en un ecosistema vivo con laboratorios modernos, espacios de coworking, incubadora de negocios y centros de transferencia tecnológica.
Pero la visión va más allá del espacio físico: Paredes sueña con “abrir el campus” a la ciudad, derribar muros físicos (y de pensamiento) para que el dinamismo académico contagie a la calle Panamá, al sector bancario y, sobre todo, al cerro Santa Ana.
Ante la consulta de EXPRESO sobre si la locación hará que la Espol mire arriba, hacia el cerro, la rectora asentó: “Ahí están los jóvenes que queremos que vengan, que pueden perderse si no hacemos algo hoy. Ese es nuestro primer foco”
Integración con el barrio y transporte
sa visión de apertura resuena en actores locales como el gestor cultural Carlos Suco, quien ve en la obra una oportunidad vital.
“Transformar el campus puede revitalizar la zona, trayendo actividad y cultura”, valoró, aunque advirtió que para potenciarlo, el distrito debe funcionar como una “bisagra” entre Las Peñas y el centro. “Debe integrarse con el barrio y mejorar la conexión con infraestructuras como la Metrovía y Aerovía, para que no sea un campus cerrado, sino un lugar que dinamice la vida urbana”, analizó.
El evento sumó el respaldo de autoridades como la ministra de Educación, Gilda Alcívar, quien en un discurso conciliador instó a “dejar a un lado los egos” y trabajar por proyectos de país que sobrepasen a las personas.
Aunque la prefecta Marcela Aguiñaga no asistió por motivos personales, su administración juega un rol clave: en noviembre firmó un comodato para gestionar un espacio dentro del distrito, enfocado en emprendimientos rurales y tecnológicos. Paredes explicó que esta alianza funcionará como un “embudo” para captar iniciativas provinciales, validarlas y luego impulsarlas hacia la internacionalización en los pisos superiores del edificio.
Con la primera piedra ya colocada, la cuenta regresiva empieza para que Distrito 100 sea, en palabras de sus gestores, el lugar donde Guayaquil sea un semillero de conocimiento y deje de exportar solo materias primas para empezar a exportar conocimiento al mundo.


