
El DT Rabanal revela el enemigo oculto que complica a Independiente en el hexagonal
El DT español explica los motivos del frenazo de Independiente del Valle en las últimas fechas del hexagonal
Independiente del Valle tiene un enemigo silencioso, y el entrenador Javier Rabanal ya lo identificó: la ansiedad. Ese fantasma que se coló en el camerino tras los cuatro puntos perdidos y obligó a mover piezas no en la cancha, sino en la cabeza de sus jugadores. Y espera que el 28 de noviembre ante Liga de Quito no se haga presente.
El técnico español lo dijo sin rodeos, casi como quien libera una verdad que pesaba demasiado: “Es verdad que pueda haber un poquito de ansiedad en algunos momentos. El grupo lo lleva bastante bien, les he dicho que los noto más callados, pero no tienen que preocuparse. Si con 12 puntos de ventaja no somos capaces de controlar la ansiedad, no podemos aspirar a jugar finales continentales ni títulos que se juegan en los últimos minutos”, confesó.

Rabanal y su mensaje directo
Era un mensaje directo, necesario, casi quirúrgico. En IDV entendieron que tener 12 puntos de ventaja es un privilegio, pero también un arma de doble filo cuando los resultados recientes no acompañan. Por eso Rabanal ha trabajado el aspecto mental con especial atención, sobre todo con los más experimentados, a quienes les pidió levantar la voz y sostener a los más jóvenes para que, como él dijo, la ansiedad “no se los coma”.
Hoy, ante Liga de Quito, la ecuación es simple: ganar significa tocar la gloria. Y Rabanal no quiere novelas innecesarias ni suspenso para la última fecha. “Si ganamos podemos ser campeones. Ya estamos en esa situación, no le quiero dar emoción al campeonato. Quiero ganarlo lo más rápido posible porque conlleva muchas cosas, como cerrar este capítulo y que el club pueda fortalecerse para la próxima temporada”, explicó el técnico, con esa mezcla de calma y decisión que lo caracteriza.
Los goleadores de Liga de Quito e Independiente del Valle
Y, aun en medio del ruido, Rabanal pone los pies en la tierra: “No doy por ganada la LigaPro hasta que la tenga ganada. Es la mentalidad que hemos tenido desde que empezamos a coger la ventaja en la tabla. Yo quiero ganar, celebrar con el club y los míos”, remató.
El enemigo está identificado. La batalla se juega hoy. Y los Rayados quieren cerrarla a su manera: sin temblores, sin sustos, y con el título bajo el brazo.
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