
"Desde 1990, Barcelona SC y Ecuador creyeron que sí se podía", afirma Miguel Brindisi
Con anécdotas y emociones intactas, el histórico entrenador torero recuerda cómo desafió la historia en la Copa Libertadores
El 10 de octubre de 1990, millones de ecuatorianos soñaban con ver a Barcelona coronarse campeón de América. Bajo la dirección de Miguel Ángel Brindisi, el Ídolo enfrentó ese día a Olimpia en la final de vuelta de la Copa Libertadores, convirtiéndose en el primer club del país en alcanzar esa instancia.
En entrevista con EXPRESO, el exentrenador argentino rememora cómo se formó aquel grupo legendario y cómo ese subcampeonato (tras caer 3-1 en el global) marcó un antes y un después en la historia de nuestro balompié, hace ya 35 años.
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- ¿Qué sabía de Barcelona antes de su llegada en 1989?
Lo conocía porque fuimos con (Diego) Maradona y Boca Juniors a jugar un amistoso en el estadio Modelo en 1981. Habíamos sido campeones del Torneo Metropolitano y Barcelona nos ganó 3-2. Se sabía que era el más grande de Guayaquil. Su gente caliente y leal siempre acudía en masa a los estadios.
- Llevaba pocos años como entrenador. ¿Le costó desprenderse del chip de jugador?
Tenía apenas tres años siendo técnico y todavía tenía al jugador dentro. Este era un desafío enorme; mientras lo recorría, no me daba cuenta.
¿Cómo Miguel Ángel Brindisi armó el histórico equipo de 1990?

-¿Qué analizó para armar a la mítica plantilla de 1990?
Me llamaron la atención cuatro jugadores del Filanbanco. El más grande y completo era Carlitos Muñoz (+). Otro polifuncional y técnico era Freddy Bravo. Otro impresionante era David Bravo y luego estaba Wilson Macías. Fueron los jugadores con los que pretendíamos pararnos en la cancha ante cualquier rival. Y así fue.
- Eliminó a Emelec en los cuartos de final de aquella Copa Libertadores, con gol de Manuel Uquillas. ¿Cómo asimiló esa euforia que se había tomado las calles?
Son recuerdos imborrables. Emelec fue el equipo más duro de toda la competencia, el gran rival. Más allá de que ellos parecían duros, invencibles y que era el Clásico del Astillero, teníamos la cabeza muy limpia y el corazón bien caliente.
- ¿Qué le dijo a Carlos Luis Morales (+) en la tanda de penaltis de semifinales ante River Plate?
Le decía que iba a ser el héroe del Ecuador. Me miraba fijo y me decía con convicción: “Profe, estoy bárbaro”. Yo me veía al lado de un gigante y me empecé a sentir chiquitito. Él parecía el increíble Hulk.
- En 2015, el expresidente torero Isidro Romero dijo que les robaron en la final ante Olimpia. ¿Usted lo cree?
En Guayaquil la consigna era mantener el orden y marcar un gol por tiempo. Con ese gol de Uquillas (anulado) hubiese sido otra historia. Después, el penalti que atajó Ever Almeida nos golpeó cuando íbamos ganando 1-0 (2-1 en el global). A día de hoy no me puedo sacar esa espina porque nos sacaron un balón que nunca se pudo ver porque la línea de área estaba llena de cintas blancas. Nunca se pudo ver si entró o no. Habría sido el empate en el global.
- ¿Qué legado dejó esa final de Libertadores para el fútbol ecuatoriano?
Barcelona puso la piedra para el crecimiento internacional y saber que sí se puede. Después continuó con Liga de Quito, con Independiente del Valle y con la selección nacional, que viene clasificando a Mundiales seguidos. Nos pone contentos haber sembrado algo más que una gran campaña.
- ¿Impactó esa final perdida para el remate del torneo nacional, en el que fueron subcampeones?
Fue un equipo al que no se le pudo reclamar nada porque dejaron todo en la cancha. Pero, ¿sabes lo que pasa? Barcelona no recuerda los subcampeonatos nacionales.
Brindisi, de inexperto a leyenda

- Dicen que usted se convirtió en un personaje igual de relevante que el presidente de Ecuador en esos tiempos. ¿Fue cierto?
Fuimos muy populares. Antes había un gran antagonismo con los equipos de la Sierra. Después de llegar a la final de Libertadores, fuimos a la Gobernación de Quito invitados para una cena y distinción. Era impresionante ver cómo la gente en la calle se sentía orgullosa y representada. Y no eran todos de Barcelona, seguramente también eran de Liga de Quito, El Nacional y otros más.
- Ingresó a la historia como uno de los cinco mejores DT en la historia del club. ¿Cómo lo toma?
Primero con agradecimiento, porque cada vez que te convocan o te contratan como entrenador, quiere decir que hay un voto de confianza, entonces se agradece. Luego me convertí y soy un barcelonista más. Sigo sus colores y a su gente.
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