
Estudiantes del Colegio Delta ganan competencia global de tecnología en Orlando
Las jóvenes ecuatorianas viajarán a Tokio en 2027 tras ganar el primer lugar con un proyecto de colonia espacial y robótica
Un equipo de seis estudiantes del Colegio Delta, guiadas por su tutora Samantha Quintana, ha logrado lo que para muchas adolescentes parece un sueño lejano: ganar un concurso internacional de tecnología y asegurar su lugar en la competencia mundial de Coded Education que se celebrará en Tokio en 2027.
Las jóvenes, que cursan entre primero y segundo de bachillerato, viajaron a Orlando, Florida, donde compitieron con delegaciones de países como Argentina, Colombia, Guatemala y Puerto Rico, en un reto de innovación que puso a prueba no solo sus conocimientos técnicos, sino también su capacidad de adaptación y creatividad.
Durante diez días, participaron en talleres intensivos sobre programación en HTML y CSS, diseño 3D con TinkerCAD, lógica de parques temáticos, narrativa visual y robótica, guiadas por expertos como Peter Smith, un exdibujante de Marvel.
En ese entorno, desarrollaron un proyecto integral: una colonia espacial cohabitada por humanos y una especie alienígena, presentada a través de una página web interactiva con inteligencia artificial, un diseño innovador de trajes espaciales, un robot programado con JavaScript y un robot físico con sensores de línea.
“Lo que teníamos que hacer era aplicar lo que aprendíamos en los talleres, pero no durante la clase, sino en nuestro tiempo libre. Fue un verdadero reto, pero también una gran oportunidad para ser creativas”, recuerda Alejandra Martínez, estudiante de segundo bachillerato.
Más que tecnología: una experiencia transformadora
Lo que marcó la diferencia para el jurado fue cómo las estudiantes integraron múltiples habilidades en una narrativa coherente y visualmente poderosa. “Nos pintamos la cara para representar a la nueva especie alienígena y creamos una historia con sentido. No solo mostramos tecnología, sino una propuesta completa y creativa”, cuenta Victoria Azanza, una de las participantes.
Otro componente clave fue el cumplimiento de tres Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU: agua limpia (ODS 6), salud y bienestar (ODS 3), y acción por el clima (ODS 13), integrados en la narrativa y funcionalidad del proyecto.
“Uno aprende en el camino. Muchas cosas las conocimos allá mismo, como usar TinkerCAD. No sabíamos al inicio, pero aprendimos en el proceso y logramos algo impresionante”, comentó Gabriela Martínez, recordando los momentos de presión y aprendizaje acelerado.
El programa, organizado por la empresa Coded, es parte de una red de experiencias globales que buscan fomentar vocaciones en ciencia y tecnología en jóvenes de todo el mundo. El Colegio Delta, que participa por primera vez, destacó la importancia de ofrecer a sus alumnas oportunidades reales de aplicar sus conocimientos más allá del aula. “Nosotras ya veníamos trabajando en el club de robótica. Este logro es fruto de años de esfuerzo y constancia”, resaltó la tutora Samantha Quintana, jefa del área de tecnología del colegio.

Tokio en el horizonte: dos años para soñar en grande
El premio obtenido les permitirá asistir a Tokio en agosto de 2027, donde deberán presentar un nuevo proyecto tecnológico. Esta vez, a diferencia de Orlando, llegarán con un trabajo previamente diseñado. Durante los próximos dos años, las estudiantes continuarán desarrollando sus ideas con acompañamiento del colegio, con miras a representar al país en la capital japonesa.
“Esta experiencia no solo fue académica. Fue personal. Lloramos, nos estresamos, pero también nos reímos y crecimos juntas. Aprendimos a confiar en nuestro equipo y a no rendirnos bajo presión”, expresó Luciana Sarrazín.
“Yo diría a otros estudiantes que no tengan miedo al cambio ni al fracaso. Nosotras íbamos con una idea de hacer un centro de investigación, y terminamos creando una academia alienígena. Esa decisión de última hora fue la que nos hizo brillar”, compartió Arianna Villacreses, con emoción.
La lección: si lo puedes soñar, lo puedes programar
Las participantes no olvidan el mensaje que las acompañó durante el viaje. “Apenas aterrizamos dijimos: ‘Es verdad lo que dice el eslogan de Coded: If you can dream it, you can code it. Si lo puedes soñar, lo puedes programar’. Y lo hicimos realidad”, concluyó Doménica Pera.