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La fundación Tacita Caliente realiza varias actividades, como la venta de comida, para poder llevar ayuda a los más necesitados.Cortesía

Venden de todo un poco para seguir ayudando

Las fundaciones de Guayaquil tratan de enfrentar la crisis y ofrecen desde platos típicos y ropa usada hasta “pulseras con superpoderes”

En las redes sociales hay cada vez más fundaciones clamando por ayuda. Temen que su labor solidaria se frene por falta de fondos, por lo que buscan maneras de financiarse. Unas venden comida, otras piden ropa usada que les permitan realizar mercados de pulgas, también colectan tapas plásticas y ofrecen pulseras con mensajes.

Ese tipo de actividades que antes eran esporádicas para estas instituciones, se han convertido ahora en permanentes.

En la Asociación Coordinadora del Voluntariado del Guayas (Acorvol), que aglutina a casi 60 fundaciones, saben que la crisis que se ha acrecentado por la pandemia, lleva al voluntariado a buscar todos los métodos posibles para no dejar de ayudar.

“Así como muchas personas hicieron emprendimientos de venta de alimentos para sobrevivir, las fundaciones ven esto también como un medio para poder solventar sus necesidades”, explica María Delia García, vicepresidenta de Acorvol.

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En su caso, ellos también han apelado a la venta de sánduches de chancho y humitas como parte de su programa ‘Tuve hambre y me diste de comer’. Lo recaudado permite llevar alimentos a las personas de la calle.

Fuerza Dorian, que trabaja por los niños con cáncer de escasos recursos económicos, tampoco descansa en su labor.

Sus miembros han preparado empanadas de verde, ceviche y arroz con camarón. En una jornada (hacen una mensual) venden hasta unos 30 platos.

No es lo único que hacen. “Cuando se realizan las campañas de ropa usada y juguetes, hemos logrado recaudar hasta 160 dólares. También hemos juntado 80 dólares con la colecta de tapas plásticas”, cuenta Jéssica Camejo, quien dirige la fundación.

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Pero para ellos, las llamadas “pulseras con superpoderes” son las que más ingresos les han generado: cerca de 500 dólares. En todos los casos lo recaudado permite aportar con la compra de medicinas de los niños y para comprar pañales, pañitos húmedos, protectores de cama, alcohol y mascarillas.

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Fuerza Dorian organiza mercados de pulgas a bajo costo para recaudar fondos.Cortesía

Otras de las instituciones que se mantienen con actividades constantes de recaudación es la fundación María Gracia, que trabaja por los niños hospitalizados y sus familias. Ellos realizaron hace poco su tercera venta de ropa y artículos, desde 1 hasta 5 dólares. Las redes sociales fueron su principal medio de difusión y sus voluntarias no dudaron en grabar videos de TikTok para agradecer la colaboración y hacer otro llamado de apoyo.

En Tacita Caliente, que mantiene varios programas como el de dar desayunos a madres de niños hospitalizados y llevar alimentos a personas de la calle, sus voluntarios también se centran en la venta constante de ropa y artículos usados. Además, una vez al mes venden un desayuno tipo almuerzo, como un seco de pollo o ceviche de camarón con servicio para llevar y ofrecen almuerzos ejecutivos a empresas. También hay dulces.

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La doctora Rebeca Medina, directora de la fundación, dice que otra forma de autogestión es el reciclaje de productos como botellas, papeles, cartones, electrodomésticos... Los clasifican y los venden. Así estos grupos solidarios van ampliando sus opciones de ingresos ante la preocupante reducción de las donaciones.