
Semillas de arroz y soya de la UG fortalecen la seguridad alimentaria en Ecuador
Con métodos científicos de selección genética, la Universidad de Guayaquil garantiza semillas resistentes y alto rendimiento
La Universidad de Guayaquil ha dado un paso firme en la investigación agrícola con el proyecto “Conservación in situ de un banco de germoplasma en arroz y soya para el mantenimiento de la pureza genética”, liderado por el ingeniero Vicente Painii Montero, Ph.D., junto a los investigadores María Vivas Vivas y Cristian Durán Mera. La iniciativa, presentada en 2022 dentro del Fondo Competitivo de Investigación (FCI), se ha enfocado en rescatar y preservar recursos fitogenéticos que poseen un alto valor para la seguridad alimentaria y la sostenibilidad agrícola del país.
Desde los inicios de la agricultura, el ser humano ha buscado seleccionar genotipos con mejores características. Este esfuerzo ancestral se conecta hoy con la ciencia aplicada: en la Sede Vinces de la Universidad de Guayaquil se logró recuperar la pureza genética de dos variedades de arroz, la Vinces UG-03 y Vinces UG-10, registradas oficialmente en el Ministerio de Agricultura y Ganadería. A ello se suma la recuperación de siete líneas avanzadas de soya, inscritas en el Servicio Nacional de Derechos Intelectuales, lo que consolida un aporte significativo al conocimiento y la innovación agrícola de la región.
La metodología de estudio experimental
El proceso científico estuvo marcado por el uso de un enfoque cuali-cuantitativo. Según explica Painii, se aplicó un diseño experimental de bloques al azar y técnicas estadísticas para procesar los datos. El corazón del método fue la selección masal negativa, que consistió en eliminar las plantas con rasgos indeseables, seguida de la selección individual por surco para identificar los mejores genotipos. Estos fueron resembrados en ciclos sucesivos hasta alcanzar la pureza genética requerida.
El camino no estuvo libre de desafíos. "Conservar el material genético demanda ambientes adecuados, como bancos de germoplasma, y un plan de refrescamiento periódico para mantener la integridad de las semillas. No obstante, los resultados alcanzados permiten avizorar beneficios directos para los agricultores de la cuenca media del río Guayas: mayor disponibilidad de semillas adaptadas a la zona, sistemas productivos más sostenibles y una alternativa sólida frente a los efectos del cambio climático", aseguran los investigadores.

El impacto local y para la producción nacional
El impacto trasciende lo local. La recuperación de variedades adaptadas y resistentes no solo asegura mejores rendimientos para los productores, sino que contribuye al gran desafío global: la seguridad alimentaria. En un contexto de incremento poblacional y presión sobre los recursos naturales, contar con arroz y soya de alta calidad genética significa garantizar alimentos estables, accesibles y sostenibles para la población.
Además, este proyecto refuerza la conexión entre universidad y comunidad, pues no se queda en el laboratorio: implica capacitación, transferencia de tecnología y acompañamiento a los agricultores en el uso de estas semillas mejoradas. De este modo, la investigación se convierte en una herramienta práctica para dinamizar la economía local, fortalecer la producción nacional y posicionar a la academia como un referente en la innovación agrícola del Ecuador.
¿Cuál es el futuro del proyecto de investigación?
El futuro del proyecto contempla nuevos convenios interinstitucionales para la producción de arroz, además del registro oficial de las variedades de soya ante el Ministerio de Agricultura. A la par, la universidad prepara la difusión de los resultados mediante congresos, publicaciones científicas y jornadas de campo, con el propósito de que el conocimiento llegue a los agricultores y comunidades que más lo necesitan. “Este es un aporte para toda la sociedad”, recalca Painii, convencido de que la investigación agrícola es una inversión directa en el bienestar del país