María Emilia Quintana
"Mi mamá jugaba beach tenis a modo de hobby y como veía que yo tenía ciertas tardes libres, me invitó y desde ahí me enganché".Gerardo Menoscal

Maria Emilia Quintana: “Tuve que madurar rápido para crecer en el deporte”

A sus 18 años, esta jugadora de beach tennis acumula medallas de oro a nombre de Ecuador; logros que balancea entre el colegio y la vida personal. 

La pelota va y viene a una velocidad rápida. Desde un extremo está María Emilia Quintana ‘voleando’ con su raqueta.

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La cancha donde entrena no es de césped ni cemento; es de arena, una suave, como la de las playas.

Ahí se mueve ella; descalza usando una camiseta y shorts, con su cabello recogido y un cintillo.

Es de tarde, y como cualquier otra jornada diaria, está entrenando beach tennis. La intensidad del partido es tal que por ratos la obliga a hacer movimientos con mucha destreza. Técnicas que ha aprendido en los casi cinco años de práctica, y que la han hecho acumular medallas en nombre de Ecuador.

Las competencias más recientes fueron los V Juegos Suramericanos de playa en Santa Marta, celebrados en julio 2023. Con 18 años, fue la deportista más joven e hizo historia. Ganó el oro en la categoría de modalidad individual femenina. Y luego, en agosto, siguió alargando su racha. Compitió en el Mundial de beach tenis en Brasil, donde fue campeona singles en la categoría open.

No se queda quieta. Va por más, y, a modo de broma, dice que más pasa en un avión, porque intenta participar en la mayoría de torneos para poder mejorar su ranking. Quiere seguir haciendo historia, y por ahora nos cuenta una parte de ella.

María Emilia Quintana
"He estado pocos meses presenciales en el colegio. Al principio me costó un poco, pero he tenido mucho apoyo de las profesoras”.Gerardo Menoscal

  • Pasión por los deportes

Quizá fue la genética. O quizá el talento lo heredó en su ADN. Pero algunas cosas en María Emilia no han sido al azar, como su constancia y esfuerzo. Por eso, va con ventaja. A los 18 años, sabe perfectamente lo que quiere: y es abrir su camino en el beach tenis.

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Hija de un cirujano estético, y de una aficionada a los deportes, empezó a vincularse con la actividad física desde temprana edad; primero fue el ballet, luego la gimnasia olímpica, después el básquet, y a los 13, se familiarizó con la raqueta.

Mi mamá jugaba beach tenis a modo de hobby y como veía que yo tenía ciertas tardes libres, me invitó y desde ahí me enganché”, dice y añade que es una fusión entre los deportes de raqueta y de playa.

De ahí que, mientras estudiaba en el colegio empezó a balancear su tiempo con los entrenamientos y un año después, a los 14, se apuntó a los Juegos Panamericanos 2019, en Aruba, donde ganó medalla de oro junto con su compañera Emilia Pons. “En ese torneo dije, ‘este deporte es para mí’, me encantó”, confiesa.

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Pasado el tiempo en pausa, debido a la pandemia, volvió a los campeonatos para mostrar sus destrezas, entre esos los V Juegos Suramericanos, como también el Mundial Beach Tenis de Brasil; en ambos se colgó medallas de oro en nombre de Ecuador.

Pero no son los únicos torneos. Días antes de esta entrevista regresó de competir en Washington, y antes del cierre de esta edición se alistaba para otro en Cancún. Todo eso suma para su ranking; al día de hoy está en el puesto número 180, y busca estar lo más pronto en el top 100. “Se vienen los Juegos Panamericanos (en octubre) y tener un buen ranking así como talento ayuda muchísimo”, agrega.

  • Ampliando la comunidad

Como muchas jóvenes deportistas, a María Emilia le ha tocado hacer sacrificios. “Este año he viajado como cinco veces, y he estado pocos meses presenciales en el colegio. Al principio me costó un poco, pero he tenido mucho apoyo de las profesoras”, expresa agradecida.

La calma y concentración que aplica en los partidos los lleva a su día a día. “Tuve que madurar rápido para poder crecer en este deporte. No soy de amanecerme en fiestas, ni de comer comida chatarra.... Es toda una preparación. De hecho, desde que cumplí 18 empecé a viajar sola a los torneos. Debo cuidarme a mí misma, y ser muy responsable... Y eso lo traslado a mis amigas... Cuando estoy en Ecuador, estoy pendiente de ellas, de que estén bien”.

Tras los logros obtenidos, siente que también va siendo inspiración para otras niñas, y a modo de anécdota cuenta lo que presenció mientras daba clases en el club River Beach donde entrena cada tarde. “Yo siempre me peino con un cintillo y un recogido alto. Y un día vi a una niñita que estaba también peinada así, y le dije ‘Estamos igualitas’, y me dice, ‘sí, justamente lo hice por ti’”.

El ser joven, y estar en redes sociales, también le permite influenciar desde allí. A través de sus posteos en Instagram o las experiencias que comenta en su colegio, hace que cada vez más gente se anime a apuntarse a estas clases de pura adrenalina.

María Emilia Quintana
"Cuando viajo a los torneos llevo en mi maleta algo para pintar”.Gerardo Menoscal

  • No todo gira alrededor de la raqueta
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Cada vez que viaja o está en sus ratos libres, María Emilia se entrega a la pintura o a la lectura. “Dibujo por mi papá. Él es cirujano plástico pero desde niña recuerdo que los fines de semana acostumbrábamos a pintar cuadros. De hecho, la mayoría de los que tenemos colgados en casa, son obras de él. Por eso, cuando viajo a los torneos, llevo en mi maleta algo para pintar”, cuenta.

Mientras falta poco para terminar la secundaria, ya está mirando lo que quiere estudiar en la universidad, y todo apunta a la carrera de veterinaria. Dice que aún está analizando si viajará fuera de Ecuador, ya que busca un país donde también pueda entrenar y competir en beach tenis; por el momento, tiene a Brasil y España en la mira.

En ese camino que se va trazando, su familia es su principal inspiración para no bajar los brazos. Por eso, cuando se le pregunta por un referente, menciona a las mujeres de su hogar, con especial énfasis a su hermana, Valeria Quintana, quien es una destacada balletista. “A los 17 años, la becaron para ir a Florencia, y actualmente está en Finlandia”.

Es así como quiere contagiar a más chicas y chicos las ganas de entrenar y tener una vida activa. “Con los logros de este año, saco más fuerzas para seguir. Me da gusto ver cómo poco a poco voy sembrando una semillita”, concluye.

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