
Estudiantes del IPAC fusionan tecnología e inclusión en proyectos con enfoque social
Iniciativas como BioCooper y la Puerta Accesible Inteligente promueven la salud y la inclusión
La Unidad Educativa Bilingüe Particular Abdón Calderón (IPAC) busca la innovación educativa al fomentar que sus estudiantes apliquen los conocimientos científicos y tecnológicos para resolver problemas reales. En la reciente exposición de proyectos interdisciplinarios, los alumnos presentaron propuestas que combinan la robótica, la biología, la programación y la conciencia social, en línea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030. Dos de las iniciativas destacadas fueron BioCooper y la Puerta Accesible Inteligente, desarrolladas bajo la guía de los docentes Ángel Severino y Víctor León, respectivamente.
Tecnología para ayudar a discapacitados
El profesor León, encargado de las asignaturas de robótica y programación, explicó que el punto de partida fue la inclusión. “Queríamos crear algo útil para las personas con movilidad reducida; de ahí nació la idea de una puerta que se pueda abrir desde el celular”, señaló.
El proyecto, elaborado por las alumnas Sabrina Robayo y Pilar Moncayo, consistió en un sistema controlado mediante mensajería instantánea en Telegram, que utiliza sensores ultrasónicos y una tarjeta ESP32 programada en Arduino IDE. “Nuestro objetivo era demostrar cómo la tecnología puede servir para mejorar la vida cotidiana de las personas en silla de ruedas o con discapacidad motriz”, explicó Robayo, mientras Moncayo añadió que el diseño fue pensado también para promover la empatía: “Queríamos que los padres y profesores experimenten lo difícil que puede ser abrir una puerta en esas condiciones”.
Durante la exposición, los asistentes pudieron observar el funcionamiento del prototipo, que combina principios de física, matemáticas y programación. La puerta se activa a través de comandos automatizados en Telegram, permitiendo abrir o cerrar sin necesidad de contacto físico. “Los chicos trabajaron tres meses en cuatro etapas, aplicando lo aprendido en cada materia hasta lograr un producto final funcional y sostenible”, puntualizó el docente León.
Esta iniciativa responde directamente a los ODS 3, 9, 10 y 11, relacionados con salud, infraestructura, inclusión y ciudades sostenibles, demostrando cómo la enseñanza técnica puede tener un sentido humano.

Tecnología para fomentar la educación en salud
Por otro lado, el proyecto BioCooper, liderado por las estudiantes Ashley Moreira e Isabella Castro bajo la guía del profesor Ángel Severino, unió la biología con la tecnología para fomentar la educación en salud. La propuesta incluyó tres productos finales: un corazón mecánico impreso en 3D, un cuadro con realidad aumentada y la aplicación del test de Cooper, utilizado para medir la capacidad aeróbica de los estudiantes. “Nuestra intención fue enseñar de forma didáctica cómo funciona el corazón y cómo el ejercicio mejora la salud cardiovascular”, explicó Moreira.
El cuadro con realidad aumentada, elaborado en Canva y visualizado mediante la aplicación Metaclass, permite observar imágenes y videos sobre el sistema circulatorio al apuntar una tablet. Mientras tanto, el corazón mecánico simula los latidos y el flujo sanguíneo en diferentes estados del cuerpo, ayudando a comprender cómo reacciona el organismo al esfuerzo físico. “Descubrí que el sistema respiratorio y el cardiovascular están más conectados de lo que creía; eso me hizo interesarme más por estudiar medicina”, comentó Castro, quien destacó el valor del aprendizaje experiencial.
Los resultados del test de Cooper sorprendieron tanto a estudiantes como a padres, evidenciando que muchos jóvenes llevaban un estilo de vida sedentario. “Los padres se impactaron al ver que, aunque sus hijos parecían saludables, sus niveles de resistencia eran bajos. Eso generó reflexión sobre la importancia del ejercicio diario”, relató Moreira. }
El profesor Severino subrayó que su papel fue ser un guía en el proceso: “Ellos buscaron, experimentaron y aplicaron lo aprendido; mi tarea fue acompañarlos para que descubrieran cómo la biología y la tecnología pueden unirse para mejorar la vida”.
Respuesta de la comunidad educativa IPAC
Ambos proyectos fueron presentados ante la comunidad educativa, despertando admiración y orgullo. Más allá de la innovación técnica, lo que destaca en estos trabajos es la capacidad de los jóvenes del IPAC para pensar en soluciones con sentido social, en un contexto donde la educación busca formar ciudadanos conscientes, empáticos y comprometidos con el entorno. “Lo importante no es solo saber programar o construir, sino hacerlo con propósito”, concluyó León.