
Cómo lograr un ‘recalentado fit’ para retomar la dieta, según una experta
La nutricionista Andrea Tenorio explica cómo aprovechar la cena típica ecuatoriana y el recalentado para retomar la dieta
En muchas mesas ecuatorianas, el cierre del año no termina con el brindis. Al día siguiente, el recalentado vuelve a reunir a la familia frente a platos que combinan tradición, abundancia y practicidad. Lejos de convertirse en un obstáculo para retomar la rutina, esas sobras pueden ser el punto de partida para una mejora fit sin sufrimiento ni desperdicio, si se abordan con criterio nutricional.
¿Cómo volver a ser fit comiendo el recalentado?
Para la nutricionista guayaquileña Andrea Tenorio, el primer paso es cambiar la lógica de restricción por una de complemento. “La clave está en complementar, no eliminar. Podemos tomar el plato base del recalentado y añadir verduras frescas o salteadas, una fuente de proteína magra y ajustar las porciones”, explica. En ese sentido, señala que, si quedó arroz o relleno, “se puede servir una porción moderada de cada una y acompañarla con ensalada fresca y una proteína magra para equilibrar el plato”.
El equilibrio del plato es central para evitar desajustes posteriores a las fiestas. “Todo está en tener un plato equilibrado que contenga carbohidrato + fibra + proteína + grasa saludable”, indica Tenorio. Detalla que, si el plato es alto en carbohidratos, conviene añadir pollo, pescado, huevo o legumbres y sumar vegetales. “Si es alto en grasa, equilibrarlo con vegetales y controlar la cantidad. Esto ayuda a mejorar la saciedad y evitar picos de glucosa”.

La creatividad a la hora de crear nuevas preparaciones
La especialista aclara que la cocina local no es incompatible con una alimentación balanceada. “Nuestra gastronomía tiene una base muy variada. Alimentos como el arroz, menestra, plátano, papas, carnes y sopas se pueden adaptar ajustando porciones, métodos de cocción y agregando más vegetales. No se trata de cambiar la comida típica, sino de mejorar el balance de lo que nos servimos en el plato”.
El recalentado también permite creatividad sin recurrir a preparaciones complejas. “El pavo, cerdo o pollo pueden usarse en wraps, ensaladas o salteados. El arroz se puede mezclar con vegetales. Las papas pueden ir al horno en vez de fritas. Incluso a las salsas comunes se pueden añadir ingredientes como yogurt griego, limón o mostaza, para evitar el exceso calórico”, sugiere.
Más allá de las porciones...

Andrea Tenorio subraya que el proceso no depende solo de medir cantidades. “Las porciones son importantes, pero no lo son todo. También influyen la calidad de los alimentos, la distribución, el movimiento y el descanso. El verdadero progreso viene de hábitos consistentes y un plan ajustado a sus necesidades”.
Uno de los errores más frecuentes tras las fiestas es intentar compensar los excesos. “El error más común es intentar compensar los excesos con restricción extrema. Comienzan a saltarse comidas, ayunar, eliminar grupos de alimentos o castigarse con ejercicio excesivo y suele generar más ansiedad, atracones y abandono del proceso, sin ningún beneficio a la salud”, advierte.
Sobre prácticas como los llamados “detox”, es clara: “No es necesario y puede ser contraproducente. El cuerpo ya tiene órganos que desintoxican como el hígado y los riñones. Lo mejor es volver a una alimentación equilibrada, hidratarse bien y retomar rutinas sin llegar a extremos”.
Retomar los hábitos y la planificación
En la mayoría de los casos, el cuerpo responde al retomar hábitos básicos. “Si hay síntomas persistentes como fatiga extrema, malestar digestivo frecuente o cambios notables en el peso, puede ser útil una evaluación nutricional. Si no, generalmente con retomar horarios, hidratarse mejor, moverse, comer balanceado y descansar, ayudará a que el cuerpo se regule solo”, señala.
El descanso, la hidratación y el movimiento forman parte del mismo proceso. “Son muy importantes porque permite al organismo a regularse sin estrés. Dormir bien regula el apetito, la hidratación mejora la digestión y el movimiento ayuda al metabolismo y a la inflamación. Sin estos pilares, incluso una buena alimentación puede no dar los resultados esperados”.
Para facilitar el inicio del año, la nutricionista recomienda una despensa funcional. “Lo ideal es tener alimentos simples que permitan armar comidas equilibradas sin complicarse. Como verduras, frutas, huevos, yogurt natural, legumbres, proteínas magras, arroz o granos integrales y grasas saludables como aguacate o aceite de oliva”.
Finalmente, insiste en la planificación como base para sostener el hábito. “La respuesta está en planificar con anticipación: definir horarios, preparar comidas sencillas respetando las porciones y llevar snacks saludables. No se busca perfección, sino constancia y organización para sostener el hábito”.
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