
La Casa del Hombre Doliente, un legado de fe, servicio y humanidad en Guayaquil
Desde hace más de tres décadas, esta fundación brinda cuidados paliativos a personas con enfermedades terminales
En medio del trajín urbano de Guayaquil, entre calles y edificaciones que rara vez se detienen a mirar al más vulnerable, se erige un espacio donde la compasión y la dignidad humana tienen prioridad. La Fundación Casa del Hombre Doliente nació del corazón y la fe de Margarita Arosemena Gómez-Lince, quien, al visitar hospitales con un mensaje de consuelo y esperanza, comprendió una realidad que la marcaría para siempre: muchas personas enfrentan la etapa final de su vida en absoluta soledad, sin familia, sin apoyo, sin consuelo. Esta observación llevó a la creación de un lugar donde el abandono cede paso a la atención, el cariño y la compañía.
Con el respaldo de la Iglesia católica y el impulso de Monseñor Bernardino Echeverría, en 1989 se colocó la primera piedra de lo que hoy es la Casa del Hombre Doliente. La construcción tomó cuatro años y fue posible gracias a la solidaridad de la comunidad guayaquileña, empresas privadas e instituciones educativas. Lo que comenzó como un apostolado es ahora una institución que ha asistido a más de 15.000 personas en situación de vulnerabilidad extrema.
Cuidar más allá del cuerpo
La vocera Rocío Vallejo explica que la Fundación no se limita a brindar atención médica. Su propuesta es integral. “Ofrecemos cuidados paliativos basados en las indicaciones de médicos externos, pero sobre todo brindamos compañía, amor, dignidad. Cada persona es tratada como un ser humano que merece respeto, afecto y tranquilidad, incluso en sus últimos días”, señala.
Los usuarios, en su mayoría adultos mayores, personas con discapacidad o con enfermedades terminales, reciben atención de un equipo conformado por 30 colaboradores: fisioterapeutas físicos y ocupacionales, psicóloga, trabajadora social, auxiliares de cuidado, personal de cocina y limpieza. Además, instituciones como la Universidad Ecotec, el ITB y el Hospital del Día Fundasen colaboran activamente con estudiantes y profesionales que refuerzan el acompañamiento en todas sus dimensiones.
“Para muchos, este lugar es el último hogar que conocen, pero también es el primero en el que han sido realmente cuidados”, comenta Vallejo. La espiritualidad también cumple un rol fundamental en el proceso de acompañamiento, pues permite a los usuarios reconciliarse con la vida, con su historia y con la esperanza de una partida en paz.
El valor de la solidaridad
Sostener esta obra no es tarea fácil. La Fundación se mantiene gracias a la contribución de personas solidarias y eventos que combinan entretenimiento con recaudación de fondos. Uno de los más esperados del año es el Bingo Solidario, que tendrá lugar el sábado 6 de septiembre de 2025 a las 14h00 en el Centro de Convenciones de Guayaquil. El costo de la entrada es de $20 e incluye tabla de juego, refrigerio y refrescos. Además del premio mayor de $2.000, se realizarán sorteos y actividades recreativas.
“Es un evento familiar, alegre, lleno de sorpresas. Pero sobre todo, es una oportunidad de contribuir con una causa justa. Cada dólar recaudado es una caricia para alguien que sufre”, asegura Rocío Vallejo. En paralelo, la Fundación también organiza la Cena de la Solidaridad ‘Consomé Caliente para el Alma’, colectas en centros comerciales, colegios e institutos, y mantiene habilitado un sistema de donaciones en su sitio web oficial.
Un llamado a participar
Desde la nueva administración liderada por el doctor Miguel Cardozo, se están implementando estrategias para fortalecer la imagen institucional y asegurar la sostenibilidad económica de la obra. El objetivo es claro: mantener viva esta misión de misericordia que, día tras día, ofrece calidad de vida, consuelo espiritual y atención digna a quienes más lo necesitan.
Quienes deseen apoyar pueden hacerlo a través de las redes sociales (@hombredoliente en Instagram y Facebook) o accediendo a la página web www.casahombredoliente.org.ec. Allí encontrarán diferentes maneras de involucrarse: con donaciones, voluntariado, o incluso difundiendo el mensaje.