
Somos Capaces: educación artística y empleo para personas con discapacidad
Producciones inclusivas con música y guiones originales rompen estigmas y generan empatía en miles de espectadores.
En un país donde las conversaciones sobre inclusión suelen quedarse en la teoría o en la obligatoriedad legal, existen iniciativas que rompen con la indiferencia y apuestan por la transformación social a través de la acción. Una de ellas es Somos Capaces, un proyecto ecuatoriano que ha convertido la discapacidad en una oportunidad para el arte, la formación y la empatía colectiva.
Su fundadora, María José Toledo, periodista y comunicadora social, lidera esta iniciativa inspirada en su hermano José Andrés, quien tiene síndrome de Down. Él, dice con firmeza, es su persona favorita, su maestro silencioso y el motor de esta causa.
“Mi hermano no es especial porque tenga síndrome de Down. Es especial porque es él, José Andrés”, afirma Toledo. Y ese enfoque, el de ver primero a la persona antes que la condición, es el corazón de Somos Capaces.
Desde el inicio, el objetivo fue claro: naturalizar las diferencias, ofrecer herramientas a personas con discapacidad para que descubran sus talentos, y brindar un espacio seguro y formativo a familias que muchas veces viven el diagnóstico con miedo, vergüenza o falta de recursos emocionales.
De plataforma digital a portal de talento
Somos Capaces comenzó como una plataforma de comunicación inclusiva que difundía contenido educativo en redes sociales sobre lenguaje adecuado y derechos de las personas con discapacidad. Con el tiempo, y en respuesta a escándalos de corrupción relacionados con el mal uso de carnés de discapacidad durante la pandemia, la iniciativa tomó un nuevo rumbo.
María José decidió transformarla en un portal de formación y empleabilidad, donde las personas con discapacidad puedan capacitarse en habilidades blandas como inteligencia emocional, oratoria, lenguaje no verbal, y preparación para el mundo laboral.
“Nuestro enfoque no es forzar a una persona a encajar en un horario de oficina, sino ayudarla a descubrir en qué realmente brilla y desde ahí construir su camino profesional”, comenta Toledo. Uno de esos caminos ha sido el arte.
El teatro como lenguaje de inclusión
En alianza con Teatrin Tin tin, dirigido por la licenciada en comunicación escénica María Paula Ortega, Somos Capaces ha desarrollado una potente herramienta educativa y transformadora: las producciones teatrales inclusivas.
Desde hace cuatro años, ambas plataformas trabajan de la mano para crear espectáculos en los que los protagonistas son artistas con discapacidad. Las obras presentadas en salas como el Teatro Sánchez Aguilar y el Teatro Centro de Arte, se han convertido en una experiencia inolvidable para miles de espectadores.
“El público a veces viene con la idea de que verá una ‘obrita’, pero sale llorando, riendo, cuestionando sus prejuicios”, dice María Paula.
Estas obras no solo son de alta calidad técnica, con guiones y canciones originales, efectos especiales y escenografía profesional, sino que también generan empleabilidad directa: los artistas reciben una remuneración por su trabajo, y los estudiantes en formación adquieren herramientas para desarrollarse en el ámbito cultural.
Impacto directo y profundo
En tres años, más de 60 niños, jóvenes y adultos han sido formados directamente en la escuela artística de Teatrin Tin tin, y alrededor de 5.000 personas han asistido a las obras. El impacto es tangible y emocional.
“Nuestros artistas vienen, muchos de ellos, de una etapa difícil después del colegio, donde sienten que se quedaron sin comunidad. Aquí vuelven a sentirse parte de algo, vuelven a encontrar un propósito”, explica Ortega.
Uno de los testimonios más conmovedores es el de Roberto Jalil, actor con discapacidad visual y auditiva. Después de una función, se sintió triste al no poder escuchar ni ver las reacciones del público.
Para él, ese momento de conexión era tan importante como la obra misma. Al día siguiente, su equipo organizó una dinámica donde niños y adultos del público compartieron sus impresiones utilizando su micrófono especial. “Eso no solo fue transformador para él, sino también para el público, que comprendió lo que significa adaptarse para incluir”, recuerda Ortega.
Educación con propósito
Además de las funciones teatrales, Somos Capaces y Teatrin Tin tin desarrollan talleres y asesorías para instituciones educativas. “Queremos que la inclusión no se quede en una salida cultural, sino que forme parte del currículo y la filosofía institucional”, asegura Toledo.
Estas asesorías, muchas veces lideradas por personas con discapacidad, promueven la accesibilidad en todas sus dimensiones: desde cómo adaptar un aula, hasta cómo comunicarse con empatía.
En este sentido, el teatro no es solo una herramienta artística, sino pedagógica. “Hemos visto cómo niños pequeños salen diciendo: ‘yo quiero ser como él’, y no lo dicen por compasión, sino por admiración. Esa es la mirada que queremos cambiar”, enfatiza María Paula.
Próximas funciones: una invitación abierta
Este año, El Hacedor de Todo, una obra que trata sobre descubrir el propósito personal, se presentará nuevamente en Guayaquil el 23 de septiembre en el Teatro Centro de Arte. Luego, el 8 de octubre, llegará a Cuenca, con funciones dirigidas a estudiantes de escuelas locales. Ambas funciones forman parte del objetivo de expandir el impacto a nivel nacional.
“Queremos llegar a más ciudades, más instituciones, más corazones. Creemos que podemos transformar la mirada hacia la discapacidad, un niño a la vez, y lo estamos haciendo desde el arte, con compromiso y calidad”, afirma Toledo.