
Una consulta popular en tiempos de cólera es un disparo al aire
Análisis| ¿A quién le conviene electoralmente este ecosistema emocional de protestas? ¿El gobierno de Noboa sacará provecho?
Es casi un hecho: la campaña para la consulta popular sobre la convocatoria a una Constituyente va a realizarse en medio de una serie de focos de protestas violentas y de una brutal represión del Gobierno que, en muchas ocasiones, está reñida con los más mínimos principios de los derechos humanos y el respeto a la dignidad humana. Es decir, la campaña a favor del Sí o del No, que arranca este 1 de noviembre, estará marcada por una temperatura social condicionada por la polarización.
¿A quién le conviene electoralmente este ecosistema emocional? ¿Es el gobierno el que más provecho va a poder sacar de un clima de polarización, donde amplios sectores abominan del paro? ¿O, por el contrario, será el más perjudicado por un eventual rechazo ciudadano a la represión y un supuesto apoyo social al paro? Se trata de interrogantes que, seguramente, tienen a los expertos en comunicación política (eso que han dado en llamar la ‘compol’) dedicando sus mayores y mejores esfuerzos.
Aún es muy temprano para saber qué sector político será el más beneficiado por esta polarización. Aún no existen datos sólidos de encuestas que permitan tener una idea más o menos clara sobre cómo la mayoría del electorado está mirando este proceso electoral.
Sin embargo, hay una realidad incontestable: la campaña, así como la consulta (que se realizará el 16 de noviembre), estarán más marcadas por la temperatura social del paro y la reacción que éste produce de parte del Gobierno.
¿El paro perjudicará a Daniel Noboa en la consulta?
La tesis según la cual el paro y el actual clima de polarización van a perjudicar al presidente Noboa y a su movimiento, parte de la premisa de que lo que está ocurriendo va a producir un rechazo a todo lo que venga del Gobierno. La represión, dice esta hipótesis, ha sido brutal y eso ha generado un sentimiento de resentimiento muy fuerte en los sectores del movimiento indígena que acataron el llamado al paro hecho por la Conaie, a raíz de la eliminación del subsidio al diésel.
Esta tesis también apunta a que muchos sectores sociales, que no son parte del movimiento indígena pero que lo miran con simpatías y solidaridad, se han convertido en detractores del gobierno y, por default, van a votar por el No.
Las provincias del centro-norte del país, donde hay una alta concentración de población indígena y que en las más recientes elecciones le dieron el triunfo a Noboa, contrariando las directrices de la Conaie, esta vez podrían votar en contra del régimen, es decir a favor del No. Esta tesis, básicamente, se sustenta en la teoría del desgaste.
¿El paro podría favorecer a Noboa en la consulta?
Sin embargo, hay quienes están mirando, en cambio, el fenómeno de las protestas y la polarización como factores que van a beneficiar al gobierno. Esta tesis dice que la población se ha hartado de las paralizaciones y que abominan la violencia de los protestantes.
En Imbabura, por ejemplo, hay una población urbana en Otavalo, Ibarra y Cotacachi, que es mayoritaria y ha sido muy perjudicada por los protestantes, pues el turismo y el comercio se han visto fatalmente afectados. Este sector social, que pudo haber estado dividido antes del paro o incluso inclinado a votar por el No, ahora piensa que el gobierno de Noboa los protegió con la represión de militares y policías y mira con simpatías el Sí.
La situación en las zonas epicentro del paro
Hubo circunstancias tan fuertes como la escasez de gas y el monopolio de su venta que asumieron algunas comunidades, lo que produjo un rechazo muy fuerte en la población urbana.
La violencia de los protestantes, que muchas veces se tradujo en agresiones a los domicilios en Otavalo, también estaría jugando a favor de la propuesta del gobierno por el Sí. Estos sectores, incluso, estarían viendo con buenos ojos la represión, pues se consideran víctimas de una agresividad de la que únicamente podían ser salvados por los militares y los policías.
Quienes condenan abiertamente la represión son sectores minoritarios que tienen acceso a las redes sociales, mientras que la gran mayoría votará por el Sí, en apoyo al gobierno, aunque su voto sea vergonzante.
Las encuestas
Por lo pronto, las encuestas parecen darle la razón a esta segunda posibilidad, según la cual el que más se va a beneficiar con la consulta sería el gobierno, en detrimento de la posición de ciertos grupos como el correísmo y la propia Conaie, que harán campaña por el No.
Cedatos, por ejemplo, publicó hace una semana una encuesta según la cual el 69,1 % de la población está en contra de las movilizaciones, aunque un 50 % esté en contra de la eliminación del subsidio al diésel.
Francis Romero, de la encuestadora Click, presentará mañana o pasado mañana los resultados de una encuesta sobre el tema. Sin embargo, en conversación con este medio dijo que los primeros resultados muestran que las actuales circunstancias están jugando a favor del presidente Noboa.
“El país está buscando líderes fuertes que se planten firmemente frente a los protestantes, no como Lenín Moreno o Guillermo Lasso, quienes son vistos como débiles y complacientes”, sostiene Romero, quien asegura que la única posibilidad de que esa tendencia cambie sería que se produzcan más muertes en los enfrentamientos.
Lo único cierto parece ser, en todo caso, que el ánimo con el que el país va a ir a la consulta y luego, si gana el Sí, a la elección de los constituyentes, no va a ser el de construir un proyecto constitucional de consenso para una nueva Constitución, sino uno que más bien responda a la polarización que domina el ecosistema político.
Así, la nueva carta magna va a obedecer más a un estado de ánimo que a un proyecto meditado y consensuado de cómo debe ser la nueva ley suprema.
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