
Reducción de asambleístas: ¿La fórmula apunta a consolidar a partidos grandes?
Enmienda de Noboa reduce a menos de la mitad el Parlamento. De las 24 provincias, 11 tendrían un solo asambleísta
El debate entre cantidad y la calidad de los legisladores vuelve a la mesa pública. El presidente Daniel Noboa propone una reducción drástica del número de asambleístas en su Consulta Popular de 2025. Sin embargo, el eventual efecto de esa pregunta podría también entenderse en el marco de otras reformas relacionadas con las organizaciones políticas.
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La propuesta de Noboa no es nueva. En la consulta popular impulsada por el expresidente Guillermo Lasso ya se llevó a las urnas una iniciativa similar. Pero la reducción que plantea el actual mandatario es mayor. La propuesta establece que se elijan 10 asambleístas nacionales, uno por cada provincia y uno adicional por cada 400.000 habitantes, según el último censo. Además, plantea que una ley determinará la elección de asambleístas de regiones, distritos metropolitanos y de circunscripciones del exterior.
El secretario jurídico de la Presidencia, Stalin Andino, ya había anticipado -antes del envío del anexo a la Corte- que con la fórmula propuesta se elegirían 71 asambleístas, menos de la mitad de la configuración actual del Parlamento.
Tres elementos para el análisis
Pero hay tres elementos claves para entender la propuesta. El primero tiene que ver con que la enmienda se suma a otras reformas electorales que, entre otras cosas, podrían concentrar la representación política en los partidos más grandes.
En la Asamblea Nacional, el oficialista ADN y el correísmo se unieron para cambiar del método de Webster al de D’Hondt para asignar escaños. Este último favorece a las mayorías. Asimismo, en las mismas reformas al Código de la Democracia se aprobó la eliminación del registro electoral de los movimientos que, tras una elección pluripersonal, no alcancen el 5 % de los votos.
Además, el Legislativo dio paso a la reforma parcial que también estará en la consulta popular de Noboa sobre la eliminación del financiamiento público a los partidos políticos.
¿Qué pasa con las provincias pequeñas?
Ahora, con la propuesta de reducción, existirían provincias que tendrían un solo asambleísta; es decir, un solo movimiento o partido que las represente.
Para el experto en temas electorales Daniel González, la propuesta de enmienda está atada al método D’Hondt. “Esto hará que las organizaciones políticas más fuertes, por ejemplo de ADN y Revolución Ciudadana, sean las que puedan cooptar la mayor cantidad de espacios. Creo que ese es un propósito”.
Por su parte, el también analista electoral Esteban Ron señala que la disminución propuesta no apunta a la representatividad, sino que responde a una coyuntura marcada por el rechazo que enfrenta la Asamblea.

“Hay una finalidad política: afianzar las estrategias de poder (no de gobierno) dentro de la Asamblea. Esto porque ya está la pregunta sobre el financiamiento, que volverá más difícil la participación política porque para ello se requiere dinero”, menciona.
Sobre la representatividad
El otro elemento tiene que ver con la representatividad. Al mantenerse la figura de los asambleístas nacionales, a nivel provincial solo las más grandes podrían lograr más de un legislador. De las 24 provincias, 11 tienen menos de 400.000 habitantes según el último censo. En esos casos, solo tendrían un representante de un solo partido.
Para el mismo González, con el modelo al que apunta el Gobierno, esas provincias serían las más afectadas en su representatividad. “El Ecuador no debe analizarse solamente desde Quito y Guayaquil. El resto de provincias también necesitan un criterio de equidad”, añade.
Pero, Dayana León, estudiosa del tema electoral, indica que la representatividad debe analizarse de forma más profunda. Apunta que actualmente existe una Asamblea deslegitimada por su falta de conexión con la realidad del país.
A eso se suma el hecho de que el origen de sus representantes son organizaciones políticas que no están en una mejor posición que la Asamblea frente a la ciudadanía. Así, la profundidad del debate no es una característica del Legislativo.
Cantidad vs. calidad
Sin embargo, la propuesta plantea visiones contrapuestas sobre su efecto en la calidad del Legislativo. Para González, mejorar la calidad de los asambleístas pasa por otras medidas, como garantizar verdaderas primarias o establecer más requisitos dentro de los partidos para la elección de sus candidatos.
Ron apunta que, al tener un número reducido de escaños, los movimientos políticos no se arriesgarán a presentar cuadros que no sean considerados los mejores. Pero advierte que, con esta medida, Noboa está perfilándose para un tercer mandato y el arrastre que pueda tener para sus asambleístas.
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