HOSPITAL DEL GUASMO SUR
Funcionarios del hospital señalan que solo hay arreglos cosméticos en el hospital.GERARDO MENOSCAL/EXPRESO

Hospital Guasmo Sur: crisis con ‘olor’ a desatención y abandono

El personal denuncia falta de insumos y mantenimiento. Aguas servidas contaminan el entorno de la unidad hospitalaria

El Hospital General Guasmo Sur, uno de los más grandes del sistema público de salud en Guayaquil, resiste entre el olor a humedad, aguas servidas y desinfectante. Cada jornada es una prueba para quienes trabajan allí, intentando atender a cientos de pacientes en medio de un deterioro que se hace más visible con el paso del tiempo.

EXPRESO contactó al Departamento de Comunicación del Ministerio de Salud Pública (MSP) para solicitar una entrevista con el gerente del hospital y con el ministro Jimmy Martín. Sin embargo, hasta el cierre de esta nota no hubo respuesta por parte de la cartera de Estado.

Tres trabajadores del hospital, que pidieron mantener su identidad en reserva por temor a represalias, describen un panorama crítico que no mejora ni con la presencia militar. “No hay guardianes, no hay alcohol gel para desinfectarse, las sillas están destruidas y los muebles en mal estado”, relata un empleado del centro. El hospital, recuerdan, también fue intervenido por las Fuerzas Armadas, como ocurrió con el Teodoro Maldonado Carbo del IESS.

El 2 de noviembre, el ministro de Salud, Jimmy Martín, visitó el Hospital General Guasmo Sur en una jornada de trabajo junto a los gerentes de los hospitales militarizados de Guayaquil: el Monte Sinaí, el Universitario y el propio Guasmo Sur. Durante el recorrido, según informó el MSP, se abordaron temas para fortalecer el sistema nacional de salud y mejorar los flujos de atención. Sin embargo, la visita se dio en medio de las denuncias del personal por las condiciones precarias del hospital.

Aguas servidas y contaminación cruzada en el Hospital Guasmo Sur

ALCANTARILLA HOSPITAL GUASMO SUR
Las alcantarillas alrededor del hospital están colapsadas, combinando aguas servidas con los desechos de la casa de salud.CORTESIA

Los problemas de infraestructura son notorios. “Las goteras no son de lluvia, el piso pasa mojado todo el tiempo y los baños están dañados”, cuenta otro trabajador. A esto se suma un daño estructural más grave: el colapso del sistema de aguas servidas. “Eso es altamente contaminante porque las aguas del laboratorio, quirófanos y otras áreas se van a la calle. La planta de tratamiento no funciona y el agua termina en el río Guayas”, explica uno de los empleados.

En el hospital, el mantenimiento correctivo lleva años sin ejecutarse. Las bombas de agua están dañadas, las alcantarillas se rebosan y el sistema sanitario colapsa con frecuencia. “Vienen, pintan por fuera y se llevan la plata, pero nada queda arreglado. Por eso todo colapsó”, denuncia un técnico del lugar.

Los carros de curación apenas se sostienen, los pagos se retrasan y el personal se siente desprotegido. “Ahora mismo no nos pagan los recargos, dicen que no hay presupuesto”, afirma un trabajador. Pero lo que más preocupa es el riesgo sanitario. “Los compañeros que tratan a pacientes con tuberculosis no tienen las mascarillas adecuadas. Eso pone en peligro sus vidas”, añade otro empleado del hospital.

Faltan medicinas y personal alerta de problemas de salud mental

Los pacientes también se quejan. Hablan de la falta de medicinas, de insumos básicos y del calor sofocante que domina las salas sin aire acondicionado. Las condiciones, según los trabajadores, son similares a las de otros hospitales públicos de Guayaquil, como el Universitario y el Monte Sinaí, donde los problemas se repiten.

A todo esto se suma un ambiente laboral cada vez más tenso. “Nos sentimos psicológicamente afectados, porque somos civiles y no estamos acostumbrados a vivir como militarizados”, confiesa uno de los empleados. La presión y el miedo, dicen, pesan tanto como el cansancio físico.

CARROS DE CURACION HOSPITAL GUASMO SUR
Los carros de curación, desgastados y flojos, dificultan el trabajo.CORTESIA

Pese a ello, cada día el personal vuelve a sus puestos con la esperanza de que algo cambie. “Queremos trabajar bien, pero no nos dan las herramientas. Es doloroso ver cómo el hospital se cae a pedazos y nadie escucha”, lamenta un trabajador del centro.

Entre olores, goteras y reclamos sin respuesta, el Hospital del Guasmo Sur sigue funcionando, pero a un costo humano y sanitario que se siente en cada pasillo. Lo que debía ser un símbolo de atención para el sur de Guayaquil hoy respira a duras penas entre el desgaste y el olvido.

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