
Masacres carcelarias exponen fallas: ¿Qué pasará en la del Encuentro?
Ecuador registró masacres en la cárcel de Machala y Esmeraldas. Expertos recomiendan una estructura integral desde cero
En menos de una semana, Ecuador ha sido sacudido por dos nuevas masacres carcelarias: una en Machala y otra en Esmeraldas, que dejaron un saldo de 33 personas asesinadas. Las imágenes de cuerpos mutilados, explosivos detonados y pabellones tomados por bandas criminales reactivaron una pregunta que parecía haber quedado en pausa: ¿ha perdido el Estado el control de sus cárceles?
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Para muchos expertos, la respuesta es contundente. “Claro que no hay control y sigue fallando el sistema. Y seguramente va a seguir sucediendo. Lo que sucede es que nuestros sistemas carcelarios y penitenciarios históricamente han sido completamente descuidados”, afirma Hugo Acero, experto colombiano en seguridad, defensa y justicia.
Luis Padilla, urbanista y analista en temas de seguridad, coincide en que el problema va más allá de lo estructural: “El SNAI ha demostrado ser incapaz de manejar los centros penitenciarios. Mientras no se construya una institucionalidad sólida, las cárceles seguirán siendo escenarios de violencia”.

El Gobierno avanza en la construcción de la Cárcel del Encuentro
En este contexto, el Gobierno del presidente Daniel Noboa avanza en la construcción de la Cárcel del Encuentro, una prisión de máxima seguridad ubicada en Santa Elena. Con una inversión de $52 millones, el centro penitenciario promete ser el más moderno del país: contará con seis torres de vigilancia, murallas de nueve metros, celdas individuales, tecnología biométrica y monitoreo con inteligencia artificial. El objetivo es claro: aislar a los cabecillas de bandas criminales y evitar que sigan operando desde prisión.
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Sin embargo, los especialistas advierten que el problema no se resuelve con medidas temporales ni con intervenciones militares esporádicas. “La cárcel de Machala está donde antes funcionaba el aeropuerto, que ahora se ha convertido en un gran parque. Fue una instalación pensada para otro contexto, cuando no enfrentábamos el nivel de violencia que tenemos hoy. Actualmente hay un hacinamiento del 20 al 30 %. Cárceles como esta deben salir de las ciudades y ubicarse en zonas despobladas”, sostiene Wagner Bravo, exjefe del Estado Mayor del Ejército.
Lorena Piedra, investigadora en temas penitenciarios, agrega una mirada crítica sobre la falta de enfoque técnico: “No hay voluntad política para abordar el problema de forma técnica. La crisis carcelaria en Ecuador tiene un tinte anacrónico y deshumanizante. No hay rehabilitación ni resocialización. Nunca se retomó el control, solo se hacen procesos estéticos”.
El Gobierno asegura que la Cárcel del Encuentro será diferente. El ministro del Interior, John Reimberg, ha señalado que el centro contará con un sistema de control integral, inspirado en modelos internacionales como el de la prisión ADX Florence en EE. UU. y el Cecot de El Salvador. Además, se ha prometido que los reos más peligrosos estarán completamente aislados y monitoreados las 24 horas.
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Pero los antecedentes generan dudas. En diciembre de 2024, un atentado con explosivos paralizó temporalmente la obra. Comunidades cercanas han expresado su rechazo al proyecto, y trabajadores han denunciado temor por su seguridad.
Acero considera que la mejor alternativa es construir desde cero un sistema penitenciario que garantice seguridad y reinserción social, respetando principios fundamentales. Entre los aspectos claves, señala la necesidad de estructuras que impidan fugas e intromisiones externas, además de estrictas medidas de seguridad tanto técnicas como humanas.
El especialista enfatiza la importancia de contar con personal de guardia y administrativo altamente capacitado, evitando recurrir a los mismos funcionarios que actualmente operan. “Ellos ya están contaminados por la corrupción y carecen de profesionalismo. Es indispensable formar nuevos equipos de manera paralela a la construcción”, advierte. Asimismo, recomienda establecer protocolos para la operación del personal de seguridad y administrativo.
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