
La rebelión de las bases de la Conaie desafía el liderazgo de la dirigencia indígena
Representantes y exdirigentes indígenas reconocen la división de la Conaie. La organización reajustará acciones
La confusión e incertidumbre predominaron el 16 de octubre de 2025, luego del anuncio que hizo el ministro del Interior, John Reimberg, en Otavalo: “el paro se levanta”.
El funcionario de Daniel Noboa emitió el aviso la tarde del miércoles, tras una reunión que mantuvo con los dirigentes Martha Tuquerres, presidenta de la Unión de Organizaciones Indígenas y Campesinas de Cotacachi (Unorcac); Mesías Flores, de la Federación Indígena y Campesina de Imbabura (FICI); entre otros. Sin embargo, cerca de las 20:00, las bases salieron a pedir explicaciones sobre el anuncio, desconocieron el acuerdo, criticaron a sus representantes y se negaron a suspender la paralización.
El bloqueo de vías en Imbabura se mantuvo y exigieron una reunión pública con la comunidad indígena, en la cual la alcaldesa de Otavalo, Anabel Hermosa, manifestó que “es un proceso de diálogo. Nadie ha dicho que se ha acabado el paro”.
La Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie) guardó silencio. Pero cerca de las 11:00 de ayer, emitió un comunicado para aclarar que la dirigencia de la organización, encabezada por Marlon Vargas, no fue convocada a las mesas de diálogo. Además, hizo un llamado a las “bases a no dejarse provocar ni dividir” e indicó que “reorganizará la resistencia en el país”.
¿Por qué las bases rechazaron el diálogo con Reimberg?
El rechazo hacia el acuerdo con el régimen evidenciaría la pérdida de legitimidad de algunos liderazgos en las organizaciones que forman parte de la Conaie.
Lauro Sigcha, presidente de la Federación de Organizaciones Campesinas de Azuay, reconoce los cuestionamientos. “Fue observado por todos, los que han tenido compromisos con el Gobierno han sido cooptados y simplemente los están desconociendo sus propias bases porque están en cargos o han recibido prebendas”.
Sin embargo, atribuye que el cambio de decisión pudo deberse al agotamiento de la misma movilización. “Sin duda tienen un cansancio muy grande y es comprensible, pero lo que hemos escuchado es que no dejarán el paro. Algunos dirigentes estarán en esa cuestión, pero las bases se están yendo contra ellos”, asegura.
La líder y política indígena Koya Shugulí coincide en ese criterio. “Las bases realmente están muy cansadas, ha sido un momento muy doloroso, de mucha lucha y, en este contexto, ellas no quieren ceder. Se sienten, de cierta forma, defraudadas por los líderes que no han podido movilizar el paro en todas sus comunidades. Están decepcionados y por eso no quieren desmovilizarse”, indica.
La gestión de Marlon Vargas
Otra explicación del rechazo en las bases sería el corto tiempo de Vargas en la presidencia de la Conaie. “Le cogió recién asumiendo el cargo de la dirección del movimiento indígena, hubo observaciones, pero la autoridad debe ir ajustando y enmendando los errores. El apoyo se mantiene íntegro, el compromiso es seguir unidos. La batalla es desigual contra el Estado, que compra conciencias, pero seguiremos”, anticipa Sigcha.
Lauro Sigcha
Floresmilo Simbaña, exdirigente de la Conaie, tiene una lectura distinta. Aunque considera que la situación puede restar legitimidad a “algunos dirigentes, a quienes les han llamado la atención”, cree que la inconformidad se dio por la falta de un documento que avale los ofrecimientos. “No hay ningún compromiso en un documento, no hay nada firmado para sostener. Hubo un encuentro simbólico, pero el Gobierno debe entender que no se puede imponer a las bases”, agrega.
La Conaie revisa su estrategia
Para el analista político, César Febres-Cordero, las diferencias dentro del movimiento “no deberían sorprender. Las decisiones pueden ser consideradas inconsultas por parte de las bases, pero no es señal de debilidad de la Conaie porque este paro ha sido muy disperso”.
Los consultados coinciden en que los cuestionamientos a algunas dirigencias se dieron por una estrategia del Gobierno para elegir con quién dialoga o no.
Y si bien ha creado una división, también ayudará a la reorganización del movimiento. “Hay una especie de reacción fuerte por los fallecidos y heridos. Habrá respuestas mediatas e inmediatas para fortalecer los vínculos en las zonas rurales y en las calles”, menciona Sigcha.
“El tema que se viene es la defensa de la Constitución de Montecristi por la plurinacionalidad, los derechos del ambiente, etc. Habrá motivaciones, aparte de las divisiones internas y el diésel, para que sigan apareciendo momentos de movilización, así sean pequeños, pero que el Gobierno debería tener presente”, finaliza el analista.
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