
La Conaie anuncia una posible toma de Quito y reabre heridas en Ecuador
Dos exalcaldes afirman que en los dos últimos paros hubo violencia y vandalismo; según Verónica Albuja fueron infiltrados
La posibilidad de que la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie) concrete la “toma de Quito” tiene dos caras, como una moneda. Para los manifestantes, llegar a la capital trae un peso simbólico: llevar su lucha al corazón político del Ecuador, la capital, y lograr que la protesta sea nacional. Para otros, en cambio, representa el riesgo de transformar a la ciudad en un campo de confrontación violenta.
El viernes 3 de octubre del 2025, desde Nizag, en Chimborazo, Marlon Vargas, presidente de la Conaie, anunció: “Si tenemos que tomarnos la ciudad de Quito, vamos a tomarnos y a decir: Quito, Luz de América”.
Además, recordó lo que les ocurrió a otros presidentes de la República en su momento: “Debe tener cuidado. Y ver qué pasó con Abdalá Bucaram, qué pasó con Jamil Mahuad, qué pasó con Lucio Gutiérrez y qué pasó en los paros de 2019 y 2022”.
Para la ministra de Gobierno, Zaida Rovira, esa declaración fue “una amenaza”. La bancada de ADN se apuró a presentar ante Fiscalía “un acto urgente en contra de Vargas”, según detalló Mishel Mancheno.
El antecedente de violencia pesa, según Roque Sevilla
Roque Sevilla, exalcalde de Quito, señaló que en la ciudad “ya tenemos experiencia de cómo es la protesta indígena. Si fuera pacífica, evidentemente están en el derecho de hacerla. Pero las dos últimas veces no funcionó así. Se registró violencia contra personas, propiedad privada y bienes públicos, en el Centro Histórico por ejemplo”.
Además comentó: "Es un deber del Estado y del Municipio defender a la ciudad contra las agresiones violentas. Considero inaceptable permitir que se concrete una toma de la ciudad".
Lo que pasó en 2019 y 2022 sobre los combustibles
En el 2019 y 2022, los gobiernos de Lenín Moreno y Guillermo Lasso enfrentaron violentas movilizaciones, tras decidir la eliminación de subsidios a los combustibles. Del primer año se recuerdan informes que dieron cuenta de cuatro fallecidos, 15 ciudadanos perdieron un ojo y hubo más de mil detenidos, según Human Rights Watch. Hubo abuso de la fuerza pública, pero también manifestantes que agredieron a policías y vandalizaron bienes.
En marzo del 2022, la Asamblea otorgó amnistía a 60 de los judicializados. Entre otros, a Paola Pabón, prefecta de Pichincha, y a Virgilio Hernández, parlamentario andino, quienes incluso estuvieron encarcelados por el delito de rebelión.
En 2019 también se produjo la quema de la Contraloría General del Estado. Se lo llamó un acto de terrorismo, ocurrido en el marco de las protestas. Aunque en abril de 2021 la entonces titular de ese organismo, Valentina Zárate, sostuvo que los informes señalaron que la Contraloría se quemó desde adentro.
Las manifestaciones dejaron de ser democráticas, dice Paco Moncayo
En todo caso, para Paco Moncayo, exalcalde de Quito, sí hay razones para pensar que la capital podría estar en riesgo, ante un intento de toma de los manifestantes. Sostiene que a partir del 2019, las formas de mostrar la inconformidad o protestas dejaron de ser democráticas y se sometieron a prácticas ideológicas terroristas, que no tienen nada que ver con el derecho constitucional que tenemos todos los ecuatorianos de reclamar ante el gobernante de turno.
“No se puede relacionar la justísima presencia en las calles de personas que mueren porque el Estado no ha entregado recursos para diálisis, con la posición altisonante del señor Vargas que amenaza con botar al presidente Noboa. Le dice: ‘Acuérdese (de) lo que le pasó a Bucaram, Mahuad y Gutiérrez’”, expresó.
Quito no puede ser un campo de batalla
El exalcalde Paco Moncayo señaló que lo peor que puede pasar es que Quito sea “campo de batalla de extremistas de uno y otro lado. A Quito no se viene en plan de guerra”. Por otro lado, también dijo que los militares y policías tienen normas, “no pueden abusar del poder”.
La toma de Quito es simbólica: Verónica Albuja
Por su lado, Verónica Albuja, presidenta del tribunal de ética y disciplina de Pachakutik, aclaró que Quito tiene un importante número de migrantes de zonas rurales. Allí hay una generación de indígenas viviendo desde hace 10 a 30 años. Así que la toma no necesariamente vendría de fuera, sino incluso de organizaciones de barrios.
¿Por qué Quito es importante para la Conaie, si el Gobierno trasladó su sede? La toma de Quito, por ser la capital del país, es simbólica: representa la toma del poder político y de la institucionalidad. Pidió recordar lo que pasó en Cuenca, con la marcha contra la minería, donde “no solo ambientalistas, sino trabajadores y mujeres se unieron”.
La movilización podía hacerse solo en Tarqui, pero lo hicieron en la capital del Azuay, recuerda.

Albuja repitió que hubo infiltrados en las movilizaciones de 2019 y 2022, quienes generaron desmanes y justificaron así una respuesta desproporcionada.
"No solo al movimiento indígena le preocupa la crisis económica y social que vive el país, también a los trabajadores, a las mujeres. Además, los indígenas también conviven en Quito, dijo Verónica Albuja.
John Reinberg, ministro del Interior, manifestó que Vargas ha amenazado a Quito y no permitirá que alteren la paz. Añadió que los 18 millones de ecuatorianos quieren trabajar. No le preguntaron por qué hubo represión incluso a periodistas en las manifestaciones del domingo.
🚨ALERTA URGENTE | Hostigamiento militar en las comunas #LaToglla, #SanMiguelDelComún y casa del Pueblo Kitu Kara (@PuebloKitu). #ParoNacional2025 pic.twitter.com/VupnsOqaGY
— Alianza de Organizaciones por los Derechos Humanos (@DDHH_Alianza) October 7, 2025
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