
Ejecutivo vs. Corte Constitucional: Daniel Noboa encontró a su enemigo ideal
El ataque del Gobierno Nacional pone a la consulta popular como una vía para legitimar su liderazgo
Lejos de concluir, el presidente Daniel Noboa profundizó aún más su conflicto con la Corte Constitucional. Desde la perspectiva del Gobierno, ese organismo se ha convertido en el enemigo a vencer, al punto que el nuevo cuestionario para la consulta popular incluye dos preguntas que buscan modificar las reglas del juego en favor del Ejecutivo.
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Existen dos enfoques para entender por qué Noboa ha escogido a la Corte Constitucional como su antagonista. El primero es jurídico: la alta corte ha actuado como contrapeso a sus decisiones.
Actualmente, dos de sus leyes urgentes -Solidaridad Nacional e Integridad Pública- tienen artículos suspendidos mientras se resuelve el fondo de las acciones públicas de inconstitucionalidad. Una tercera norma, la Ley de Inteligencia, impulsada por ADN en la Asamblea, también cuenta con artículos que, de forma provisional, no pueden aplicarse.
El inicio del conflicto Ejecutivo-Corte
Tras esas resoluciones, el Gobierno emprendió una campaña contra la Corte. El primer enfrentamiento se dio con el anuncio de las primeras siete preguntas para la consulta popular prevista para finales de 2025. En ellas, Noboa propuso que los jueces de la alta corte puedan ser sometidos a juicio político, es decir, planteó que la Asamblea ejerza control sobre la Corte Constitucional.
La Corte rechazó esa pregunta, argumentando que el enjuiciamiento político comprometía la independencia judicial. Además, señaló que la propuesta “rompe el equilibrio del sistema de pesos y contrapesos”.
En medio del cruce entre el anuncio de las preguntas y la respuesta de la Corte, Noboa inauguró una nueva estrategia de presión: las marchas. El 12 de agosto encabezó una movilización en Quito hacia la sede del máximo órgano de interpretación constitucional.
Hasta la fecha, no se ha esclarecido cómo se financió esa marcha, que incluyó buses provenientes de distintos puntos del país, refrigerios y la instalación de vallas con los nombres de los nueve jueces de la Corte bajo el título: “Estos son los jueces que nos están robando la paz”.
Dos nuevas preguntas con dedicatoria
Una segunda ofensiva se dio con la presentación de nuevas preguntas para la consulta popular. Esta vez, Noboa dedicó dos directamente a la Corte Constitucional. La primera propone una reforma a la Constitución para que las decisiones sobre la inconstitucionalidad de sus leyes, decretos o estados de excepción requieran seis votos del Pleno de la Corte, en lugar de cinco (mayoría absoluta).

La segunda es una pregunta plebiscitaria, es decir, no implica cambios constitucionales. Sin embargo, Noboa plantea consultar a la ciudadanía si está de acuerdo con la expedición de una ley de garantías jurisdiccionales y control constitucional que, en la práctica, reestructuraría la organización y atribuciones de la Corte.
Para el experto en Derecho Constitucional José Chalco, “una consulta popular no puede tener un destinatario, con nombre ni apellido de persona o institución alguna”.
Chalco sostiene que ambas preguntas son indebidas e incorrectas, y que no consideran los precedentes de la propia Corte. En cuanto al número de votos para declarar la inconstitucionalidad de leyes del Ejecutivo, señala que la propuesta genera un desbalance. “¿No decíamos que queríamos desmontar la Constitución hiperpresidencialista? Hoy la estamos fortaleciendo con esta propuesta”, afirma.
Pamela León Andriuoli
Gonzalo Muñoz, también experto en Derecho Constitucional, considera que no existe fundamento para diferenciar entre leyes o decretos del Ejecutivo y los de otras instancias. “Es un sin sentido que debería caerse por la forma porque está mal formulada”, señaló.
Muñoz argumenta que, por ejemplo, el presidente pretende que se defina con seis votos si una consulta popular es inconstitucional. “La Corte no declara la inconstitucionalidad de iniciativas de consulta popular de nadie. Solamente se pronuncia sobre si proceden o no”, añadió.
Más allá de lo jurídico, Muñoz advierte que el fondo del asunto es la intención de posicionar a la Corte como un enemigo. “La Corte está obligada a revisar todos los actos que puedan constituir un exceso de poder del presidente de la República y de otros órganos del poder público”, concluye.
Lo político de la pugna
El segundo enfoque para entender la confrontación es político. En su discurso, el Gobierno ha responsabilizado a la Corte de impedirle enfrentar la crisis de inseguridad del país.
“Nosotros seguiremos luchando todos los días por mejorar las vida de los ecuatorianos. Ellos luchan para mantener las cosas igual (…) Quieren estar de lado de los violadores, narcotraficantes y criminales. No podemos permitir eso”, dijo Noboa al cerrar la segunda marcha convocada por él, realizada en Guayaquil el jueves pasado.
Aunque esta vez no mencionó directamente a la CC, la alusión fue evidente. Habló de quienes están del lado de los violadores, justo después de que ese organismo rechazara la pregunta sobre la castración química a sentenciados por ese delito. Lo hizo sin la más mínima referencia a las razones por las cuales la entidad no le dio paso.
Según la consultora política Pamela León Andriuoli, Noboa lo eligió por tres razones. La primera: es el único contrapeso real que limita su agenda.
“La Asamblea, hoy con mayoría oficialista, no representa un freno para Noboa. La única institución que ha bloqueado decretos, suspendido leyes urgentes y tiene la facultad de rechazar preguntas de consulta es la Corte Constitucional. Por eso, la ve como el obstáculo principal a su poder”, explica.
La segunda razón es que representa un blanco fácil ante la opinión pública. “La mayoría de la ciudadanía no entiende con claridad el rol de la Corte. Aparece como un órgano lejano, elitista y técnico. Esto facilita que Noboa la pinte como un grupo de jueces que se oponen a la voluntad del pueblo”, menciona.
Y como tercer elemento, la confrontación le permite al Ejecutivo convertir la consulta en un plebiscito de poder. “Entonces, Noboa elige a la Corte como enemigo porque es el único contrapeso real, porque es fácil de atacar ante la ciudadanía y porque le permite cargar de emoción y plebiscitar su liderazgo a través de la consulta”.
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