
Salario básico 2026: ¿Quién definirá el monto, tras la salida de la ministra Núñez?
El Consejo de Trabajo y Salarios debe definir el SBU, mientras la reforma de jubilación patronal espera debate en la Asamblea
La renuncia de la exministra de Trabajo, Ivonne Núñez, el pasado 17 de noviembre de 2025, fue la primera baja que sufrió el Gabinete del presidente Daniel Noboa tras el revés político del referéndum y la consulta popular, en la que las cuatro preguntas propuestas por el Ejecutivo fueron rechazadas de forma contundente.
La salida de la funcionaria se dio a conocer por su cuenta de X, en la que Núñez agradeció al mandatario la oportunidad de haber ejercido este cargo. "Gracias al Presidente Daniel Noboa por habernos permitido desde el Ministerio de Trabajo sentar las bases en legislación laboral para jóvenes, mujeres y adultos mayores", escribió. La abogada también destacó en su mensaje haber trabajado en normas jurídicas sobre igualdad salarial, acoso laboral y ley violeta.
Hasta el momento, no se han anunciado oficialmente las razones de su salida, aunque se produce en un contexto de ajustes ministeriales. El mismo día de su renuncia, desde Carondelet se informó que todos los ministros habían puesto sus cargos a disposición del presidente, un procedimiento que la vocera Carolina Jaramillo catalogó como "habitual" tras procesos electorales.
La exministra de Trabajo, Ivonne Núñez, deja dos temas pendientes
Su salida deja en el aire dos procesos críticos para el sector laboral ecuatoriano: la definición del salario básico unificado (SBU) para 2026 y la reforma de la jubilación patronal, una iniciativa que la exministra impulsó con fuerza durante su gestión.
El incremento salarial para el próximo año es uno de los asuntos más urgentes. La responsabilidad de definir el SBU recae en el Consejo Nacional de Trabajo y Salarios, un organismo tripartito integrado por representantes de empleadores, trabajadores y el Gobierno, este último representado por el Ministerio de Trabajo. "Este Consejo, que es un organismo tripartita, independientemente de la cabeza que en este caso sea del Ministerio del Trabajo, tiene que continuar con su proceso", explicó Alba Guevara, docente de la Universidad Internacional del Ecuador y experta en derecho laboral.
El proceso contempla dos sesiones en las que empleadores y trabajadores buscan llegar a un acuerdo. Si no se logra consenso, el Ministerio de Trabajo deberá fijar el SBU que regirá para 2026. "Al final deben determinar si existe o no la posibilidad de un aumento de salario, recordando además que constitucionalmente existe la obligatoriedad de buscar un aumento salarial", agregó Guevara.
Andrés Madero, exministro de Trabajo, advirtió que "es importante que esta fijación debe realizarse de manera técnica, tomando en cuenta los insumos económicos del país para que no se vea afectado aún más el empleo formal". La definición del SBU debe concretarse antes del cierre del año para que entre en vigencia en enero de 2026.
En cuanto a la jubilación patronal, la reforma que Núñez promovió tiene en realidad antecedentes más antiguos. Según reveló Madero, ya en octubre de 2019, durante su gestión como ministro, el Consejo Nacional de Trabajo y Salarios había alcanzado un consenso sobre esta reforma. "El 23 de octubre de 2019, en la sesión del Consejo Nacional de Trabajo y Salarios, se logró un acuerdo en el cual se propuso la reforma a la jubilación patronal", señaló.
Cualquier cambio en la jubilación patronal requiere un trámite legislativo. "Al ser un tema normativo que está dentro del Código del Trabajo, requiere un cambio desde la misma ley", explicó Guevara. Esto significa que la reforma debe modificar el artículo 216 del Código del Trabajo y ser discutida y votada en la Asamblea Nacional, más allá de la voluntad del Ministerio de Trabajo.
Madero insistió en que el próximo ministro debe retomar el acuerdo alcanzado hace cinco años. "Sobre ese consenso se debería seguir trabajando para dar pasos hacia adelante y no dar pasos en círculos", señaló, sugiriendo que iniciar negociaciones desde cero sería un retroceso.
Ambos expertos coiciden que la salida de Núñez no debería alterar sustancialmente los procesos en marcha. "Yo parto de la idea de que eventualmente la salida de una persona no va a cambiar el rumbo de la entidad, es decir, de los propósitos que debe tener el Ministerio del Trabajo", explica Guevara.