
Chile y Argentina muestran la ruta de transformación para el sector minero de Ecuador
El rescate de la industria minería no se consigue solo atacando a las mafias, sino incentivando la formalidad
El impulso que tuvo Ecuador en 2013 para posicionarse como un destino para atraer inversión minera se frenó. Esta actividad estuvo en suspenso durante más de siete años, mientras estuvo cerrado el catastro minero; y aunque esta decisión fue ya revertida por este Gobierno, el atractivo del país va en descenso, pese a que cuenta con potencial minero.
(Lea también | Ecuador: Gobierno exige a las compañías que paguen la tasa minera)
A escala mundial esta realidad no es ajena. Con 47,78 puntos, Ecuador se encuentra a la cola en el Índice de Atractivo para la Inversión. Está en el puesto número ocho de doce, según la Encuesta Anual de Empresas Mineras 2024, elaborada por Fraser Institute (ver gráfico).
Este indicador determina que una jurisdicción es de interés para los inversionistas con base en factores de política como regulaciones onerosas, niveles de tributación, calidad de la infraestructura y otros. No se considera solo el potencial minero, precisa Fraser Institute.
“Los encuestados indican de forma consistente que, aunque el 40 % de su decisión de inversión está determinada por factores de política, el 60 % se basa en su evaluación del potencial mineral”, precisa la reciente Encuesta Anual de Empresas Mineras.
Años atrás Ecuador estaba mejor posicionado. En 2021 ocupó el segundo lugar, con 72,79 puntos, detrás de Argentina (San Juan), que todavía mantiene la posta junto con Chile y Guyana.
¿Qué fortalezas tienen Chile y Argentina en el sector minero?
Para Santiago Yépez, expresidente de la Cámara de Minería del Ecuador (CME), la distancia que existe entre Ecuador y los países que lideran el desarrollo de esta industria en la región, como Argentina y Chile, responde a que en esta nación se ha priorizado la explotación de petróleo desde la década de los setenta y no se tiene una política minera de largo aliento. “Las políticas públicas han variado de acuerdo con el parecer de cada mandatario”.
Estas prácticas han limitado el desarrollo de nuevos proyectos. Ecuador, por ejemplo, tiene en operación apenas dos proyectos de gran minería (Mirador y Fruta del Norte). No existe ninguno de mediana minería en la fase de aprovechamiento. De las minas se extrae concentrado de cobre y oro.
En contraste, Chile, líder mundial en exportación de cobre, cuenta con 17 proyectos (entre los de gran y mediana escala). Argentina tiene actualmente 25 proyectos en etapa de producción, siendo el litio, cobre, oro y plata sus principales productos. En ambas naciones, esta industria arrancó en las décadas de los sesenta y setenta.
En las naciones mencionadas, la mayor actividad de esta industria genera también ingresos superiores comparados con los de Ecuador.
El Banco Central de Chile informó que el monto de exportación de metálicos en 2024 ascendió a $50.858 millones. Esta cifra equivale el 41 % del Producto Interno Bruto (PIB) de Ecuador. Mientras tanto, Argentina alcanzó los $4.673 millones en el mismo periodo.
En cambio, las exportaciones ecuatorianas alcanzaron un valor de $3.075 millones. Esta cifra significó una reducción del 7,5 % en comparación con 2023. Esta contracción responde a la disminución de la demanda. Aunque afectaron también los cortes de energía de 2024, según indicó el Banco Central del Ecuador (BCE).
Los incentivos para las empresas exploradoras son clave
Yépez dijo también que esta diferencia obedece a que en los países referidos ofrecen incentivos tributarios para las empresas que realizan exploración. Además, las licencias ambientales y otros permisos son entregados de manera oportuna. “Chile emitió recién una regulación para mejorar los tiempos de entrega de los permisos para las actividades de exploración (…) En Ecuador aún no hemos terminado de entender cómo funciona el sector”.
También hay que considerar que en Chile se empezó a realizar minería en zonas desérticas y no hubo afectación al entorno. Así se generó confianza en la gente, argumentó Henry Troya, exviceministro de Minería, quien agregó que estos países no tienen comunidades indígenas politizadas que se oponen a esta actividad, además de que su legislación es estable y tienen una carga impositiva menor.
Para atraer más inversiones a esta industria, el gobierno de Daniel Noboa anunció la reapertura gradual del catastro minero desde el 16 de junio de 2025. La primera fase fue para la pequeña minería no metálica.
El plan oficial preveía avanzar con la pequeña minería metálica en septiembre de 2025 y luego finalizar con la mediana y gran minería metálica a inicios de 2026.
Javier Subía, viceministro de Minas, informó a fines de agosto de 2025 en el canal Pulso Minero que estaba previsto que la apertura del catastro para la pequeña minería metálica se realice en el cuarto trimestre de 2025 (octubre-diciembre). Inicialmente se estimaba hacerlo en septiembre. Diario EXPRESO buscó mayor información acerca de este tema y está a la espera de respuestas.
En el sector, sin embargo, se conoce que existen más de 200 peticiones (dentro de la primera etapa), incluso en áreas caracterizadas por tener potencial de minerales metálicos, que deben ser resueltas antes de avanzar con la siguiente etapa.
Troya mencionó que la modalidad implementada por el Gobierno para abrir el catastro y la creación de la nueva tasa de fiscalización minera evidencia que no existe interés en apostar por nuevos proyectos de minería metálica a mediana y gran escala, que son los que generan más recursos; además de que no existe estabilidad jurídica ni tributaria.
“Las señales que damos a inversionistas son bastante oscuras. Y un país que no apuesta por la minería a mediana y gran escala, que es la más tecnificada, está condenado a la minería ilegal o a la pequeña”.