Divorciarse o separarse de una relación de hecho suele ser un proceso largo, costoso y hasta tedioso para quienes acuden a la vía judicial, sobre todo si tienen hijos, lo que puede llegar a ser traumático para los menores. Una salida más rápida y no tan costosa es hacerlo mediante la mediación.

Este es un mecanismo de solución de conflictos en donde tercia un mediador para que las partes, que asisten voluntariamente, lleguen a un acuerdo.

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Aunque al principio, las parejas no puedan estar cien por ciento de acuerdo en cuánto van a pasar de pensión, o cuánto es lo legal que deben fijar; o no estén conforme con el régimen de visita, cuántas horas; quién se lo lleva los fines de semana o si se lo puede llevar de viaje…

Lo primero que deben hacer las parejas que buscan terminar la relación es acercarse a un centro de mediación y llenar un formulario, que es la solicitud de mediación. También deben entregar fotocopias de las cédulas de identidad de los adultos y de los menores de edad o sus partidas de nacimiento, con ello el mediador conocerá sobre quiénes se establecerá un régimen. En algunos sitios, la asistencia también puede ser telemática.

Una vez realizados estos primeros pasos, una persona del centro de mediación se contactará con los involucrados para coordinar el día y la hora de la audiencia. Esta audiencia será un poco más informal que la que se ejecuta en un juzgado; pero sin que eso le reste seriedad o legalidad a la reunión.

En la audiencia, con ayuda de los profesionales, las personas conversarán y discutirán los términos y sus posturas hasta arribar a un acuerdo en el que ambas partes queden a gusto, señala Tania Núñez, abogada y directora del centro de mediación Pactus.

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Cuando las personas llegan a un acuerdo suscriben un acta y este documento tiene fuerza de sentencia, es decir, tiene efecto de sentencia ejecutoriada y cosa juzgada, y se ejecutará del mismo modo que las sentencias de última instancia siguiendo la vía de apremio, según determina el artículo 47 de la Ley de Arbitraje y Mediación.

Con ello, los padres se comprometen a cumplirlo; si una de las partes no lo hace, se realiza otro proceso para que la cumpla. Pero con esta acta de mediación, en el mismo día, las personas pueden acercarse a cualquier notaría pública a suscribir el divorcio de mutuo acuerdo; caso contrario, tendrán que hacerlo por la vía judicial con el acta de mediación.

Este proceso, dependiendo de la disponibilidad de las partes, puede realizarse en un día. La dependencia también puede contactarse con la otra parte involucrada para coordinar la cita y agendarla, si es que la pareja ya no se comunica entre ellos.

Esta diligencia está incluida en la tasa inicial que se debe cancelar para iniciar el proceso. En el caso de que al final las personas no lleguen a un acuerdo, el centro de mediación no cobrará una tasa adicional, solo la hora de la mediación si se llegase a efectuar. Estos valores están regulados por el Consejo de la Judicatura. Aunque las firmas suelen hacer promociones en las mediaciones de familia y las comunican a través de sus redes sociales.

La diferencia de realizar estos pactos en un centro de mediación que en un juzgado es el tiempo, ya que en estos sitios las personas pueden fijar el día y la hora. En el ámbito judicial, no; y requerirían el patrocinio de un abogado, lo cual significaría cancelar la tarifa del jurista que decida contratar. Además, el divorcio podría realizarse, mínimo, entre seis y ocho meses. 

SIN EXPOSICIÓN DE MENORES

Debido a que la mediación es voluntaria, no es necesario que los niños sean expuestos en la audiencia; los padres pueden discutir o conversarlo sin la presencia de los menores. En el caso de que la pareja vaya a una instancia judicial, la presencia de los hijos dependerá de sus edades y si la autoridad dispone que se escuche a los menores.

Aunque existen centros de mediación públicos, estos no pueden fijar tenencia porque tienen políticas públicas que son diferentes a los centros de mediación privada. En ellos solo se pueden fijar las visitas y la pensión de alimentos. Para acceder a ellos deben coordinar una cita de acuerdo con la disponibilidad de la dependencia.

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En estos centros de mediación públicos, la mediación es gratuita si lo solicita la persona que tiene la tenencia o si existe una derivación judicial, cuando el proceso ha iniciado a través de un juicio y el juez decide enviarlo a mediación, comenta la abogada Núñez.

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