
Del café a la acción: idea de Juan Baquerizo para hablar del futuro de Quito
Este ciudadano, nacido en La Mariscal, propone juntar a líderes de la capital, para pensar en cómo sacarla adelante
Todo comenzó el 17 de agosto del 2025, con una invitación pública de Juan Baquerizo a reunirse y a tomarse un café para hablar de cómo sacar a Quito de la tristeza, en una publicación de EXPRESO. Eso se ha transformado en una propuesta más seria, ya que en los días posteriores ha recibido varias llamadas y se ha encontrado con interesados en asistir.
¿Por qué la iniciativa del café por Quito? "Se necesita una conversación seria que involucre a todos los quiteños que tienen opinión, argumentos, poder de decisión y responsabilidades", respondió Baquerizo.
¿Qué le pasa a la ciudad? Señala que, "la ciudad ha ido perdiendo su alegría, producto de que no hay liderazgo. El gobierno local ha perdido esa condición de gobierno amplio, con un alcalde y concejales. Como dice Andrés Vallejo, se han vuelto empleados municipales. No hay planes de largo plazo que generen esperanza".
Baquerizo suele hablar de gobernanza ciudadana. ¿Quito debería ir hacia un modelo así? "En términos pragmáticos, aquí tenemos una megaalcaldía, que de alguna manera tiene que resolver problemas en el último espacio del sur de la ciudad, hasta lo que pasa en el otro extremo o en los valles", dice.
"En otros países se han implementado las alcaldías menores, con un alcalde mayor. En Quito hay administraciones con un poco de autonomía, pero tampoco alcanza. La propuesta es que la ciudadanía participe más".
¿Cómo?
Un barrio organizado podría encargarse de temas cotidianos como cuidar que no se produzcan faltas menores en su espacio, fundamental para no avanzar a situaciones de inseguridad. Además, encargarse de la siembra y cuidado de árboles, del reciclaje del barrio, de que fachadas y frentes luzcan bien.
Sin un formalismo, ya pueden hacerlo.
Un problema es que nos dejamos robar la ciudad y la ciudadanía. Nos ubican en cajones identitarios, nos dividen y terminamos siendo solo lugareños. La condición de ciudadano la tenemos al reunirnos alrededor de un burgo, al que deberíamos hacer más vivible.
Lo planteé en el Hábitat III (Conferencia de la ONU sobre Vivienda y Desarrollo Urbano Sostenible 2016), pero (Mauricio) Rodas (entonces alcalde) se molestó porque sintió que perdía poder. Incluso la BBC tituló: ‘La Mariscal, barrio latinoamericano que quiere independizarse de su alcalde’.
¿Qué buscaban?
Que el alcalde designe recursos. No íbamos a hacer el alcantarillado, queríamos que nos den la posibilidad de dibujar la ciudad en donde queríamos vivir, desde el barrio. Generar sinergias.
¿Qué tenían?
La Operación Urbana Sostenible (OPUS) La Mariscal, con vecinos arquitectos, policías, políticos, pensadores. El plan fue premiado, promovía una gobernanza distinta, era un ‘barrio reserva apache’. Teníamos un convenio de cooperación con la Alcaldía.
Ya hemos hablado de lo mal que está La Mariscal, pero volvamos al pasado. ¿Qué se logró durante la Alcaldía de Paco Moncayo?
Moncayo hablaba del tema. La capital no tenía un espacio cosmopolita. Aceptó establecer una entidad de decisión que se llamó Comité de Desarrollo de La Mariscal, con seis personas nombradas por él y seis de la sociedad civil, para tomar decisiones. Surgió la necesidad de abrir una oficina, que fue la génesis de la Administración Zonal, que dependía de la Norte. Estuve a cargo.
¿Los logros?
Se hablaba de ‘acupuntura urbana’. El primer punto donde se ‘pinchó’ fue lo que se conoció como Plaza Foch o El Quinde, en la Reina Victoria y Mariscal Foch. Era ‘Sodoma y Gomorra’. Cuando se quitó la maleza, abajo de eso, en la caja de revisión, vivían 12 o 13 niños. Lo convertimos en un espacio icónico para el turismo de la ciudad, del país.
Juan Baquerizo
Se generó productividad, creció la plusvalía. En el 2002, el metro cuadrado de alquiler valía un dólar; dos años después, 63 dólares. Se acabó en el 2009. (El entonces alcalde Augusto) Barrera terminó con el comité.
¿Un modelo de gobernanza local nos vendría bien?
Absolutamente. En el 2000 había optimismo; hoy el pesimismo se ha exacerbado. Ahora más que nunca se requiere pensar en nuevos modelos de gobernanza que requieren de voluntad política, más lo que vengo promoviendo: la unión de gente con peso específico en la ciudad.
He visto sus entrevistas, hay que involucrar a personas con pensamiento, pero también hay que lograr que el alcalde Muñoz participe. Le he enviado un mensaje de WhatsApp. No responde.
¿Es oportuno reunirse para hablar sobre la ciudad?
Hay que generar el espacio para que surjan las ideas, tener la sensibilidad de escucharnos para dibujar entre todos una ciudad; no para el mes que viene, sino para los siguientes 20 años. Que nos comprometamos a aceptar esas ideas, al final es generar espacios para combatir ansias de poder. La situación del país no es buena. Esa miseria económica es un caldo de cultivo para el populismo.
¿Busca ser candidato?
No y no quiero dejar espacio para que haya dudas. Siempre he estado y estaré participando de la política de mi ciudad. Los griegos llamaban ‘idiotas’ a quienes no participaban. Sería un idiota si viviera alejado de lo que me rodea. Honestamente no me veo en una lista de un partido político. Vivo de lo que trabajo. Me es difícil abandonar lo que hago con pasión.
¿Para cuándo el café?
Debería ocurrir antes de la (fiesta de) fundación de Quito. Se dice que las fiestas se han perdido. Quizá el café sea el inicio de un acuerdo, para tener algo que celebrar en la ciudad. Sería el inicio de varios cafés al mes a los que vayan los partidarios de la ciudad, no de un partido (político).
Contexto
Promueve la gobernanza ciudadana. En los primeros días de agosto, el arquitecto Diego Hurtado, entrevistado por este medio, lo mencionó al recordar cuando La Mariscal estuvo mejor, con más participación de la comunidad y cuando se inauguró la Plaza Foch. Plantea que hay que tomarse un café para conversar sobre Quito.
¿Quién es Juan Baquerizo?
Mariscaleño de 62 años. Ingeniero en Computación por la Universidad Simón Bolívar de Venezuela. Profesor invitado en el MBA de la USFQ. Trabajó en Oracle y SAP en distintos países, por dos décadas. Está dedicado actualmente a la industria de restaurantes y su oficio preferido, la cocina. Fue el primero en liderar la oficina que dio origen a la Administración La Mariscal. Estuvo al frente de la Operación Urbana Sostenible (OPUS).