Contaba el tiempo que le faltaba para disfrutar de su jubilación luego de más de 30 años de trabajar y aportar al Seguro Social, pero un accidente doméstico lo obligó a acelerar su solicitud y ahora lo tiene recluido en su casa. A Miguel Cuesta Santos, de 63 años, le amputaron la pierna derecha en octubre del año pasado luego de que un golpe en el pie que sufrió al subirse a limpiar el techo se le infectara y complicara. Desde entonces está a la espera de una prótesis que le ayude a recuperar su autonomía para movilizarse. “Es importante para mí, sin eso no puedo trasladarme, ni en mi casa y peor exteriormente”, afirma.

Recluido, porque es conocido que Guayaquil no es una ciudad amigable con las personas con movilidad reducida, Menos aún si viven en una angosta calle peatonal de una ciudadela, que ahora tienen puertas de rejas debido a la inseguridad. Además, tuvo que colocar láminas metálicas a manera de rampas sobre las zanjas para aguas lluvias.

De allí que es su hermano, Luis Vizuete Santos, quien durante este tiempo se ha ocupado de los trámites de Miguel en el hospital Teodoro Maldonado Carbo, del IESS, donde lo operaron el año pasado. Lo irónico es que antes siempre fue al revés, pues Luis tiene también movilidad reducida y camina con muletas debido a una poliomielitis en la niñez.

Aun así, afirma que había estado acudiendo cada mes al hospital, cumpliendo la respuesta que le daban (‘Regrese el próximo mes’). Hasta que llegó el sexto y cansado de eso decidió protestar. “Entonces me dijeron que nosotros solo llevábamos seis meses esperando y que iban a despachar primero a los que llevaban tres años”, asegura Vizuete.

“Mi hermano se deprimió. Era una persona activa y ahora está encerrado en su casa y en una silla de ruedas”, dice.

La actual administración del hospital lleva tres meses en el cargo. Este Diario le consultó a través de sus encargados de Comunicación, cuántos pacientes están en espera de prótesis, si hay disponibilidad de ellas y si tienen previsto adquirir otras. La entidad pidió el envío de un correo formal para después responderlo.

Quien sí respondió fue otro paciente, Magno Barrera, quien asegura que son más de 200 en espera, algunos desde 2018. Relata que anteriores administraciones les han hecho ofrecimientos que no cumplieron. Y lamenta que la condición física que sufren les impida hacer plantones como otros afiliados y pensionistas.

Y ahora existe un temor adicional: “Tenemos conocimiento que si el hospital no realiza la compra en este año, nos tocaría esperar atención hasta la mitad del próximo, porque no están considerando nuestras prótesis en el Plan Anual de Compras del 2023 y eso nos tiene extremadamente preocupados a todos”.

PROBLEMA

Como parte del servicio médico y de salud, el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS), a través de sus hospitales, debe contemplar la adquisición de prótesis para entregarlas a sus afiliados y jubilados que han sufrido alguna discapacidad física. Hay pacientes que tras ser operados, reciben terapia de rehabilitación, pero no las prótesis.

SOLUCIÓN

Como parte del servicio médico y de salud, el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS), a través de sus hospitales, debe contemplar la adquisición de prótesis para entregarlas a sus afiliados y jubilados que han sufrido alguna discapacidad física. Hay pacientes que tras ser operados, reciben terapia de rehabilitación, pero no las prótesis.