
Quito: Plaza de espectáculos en el Bicentenario entra en fase de estudios
El Municipio adjudicará estudios técnicos para definir el alcance real de la arena de eventos en el parque Bicentenario
Han pasado 13 años desde que el antiguo aeropuerto Mariscal Sucre dejó de operar en el norte de Quito y el Parque Metropolitano Bicentenario quedó como una de las mayores reservas de suelo urbano de la ciudad. Desde entonces, la “repotenciación” del parque ha sido un concepto recurrente en los discursos municipales, pero con pocos resultados tangibles.
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Proyecto de plaza de espectáculos en el Parque Bicentenario
Ahora, el Municipio asegura que ese proceso finalmente tomará forma con la construcción de una gran plaza o arena de espectáculos. Sin embargo, más que certezas, el proyecto abre una serie de interrogantes técnicas, económicas y urbanas.
De acuerdo con el portal del Servicio Nacional de Contratación Pública (Sercop), este 16 de diciembre está prevista la adjudicación de los estudios técnicos para la implementación de la Plaza de Espectáculos de Quito en el Parque Bicentenario, por un monto de 242.000 dólares. El contrato se asignará, bajo régimen especial, a la Empresa Pública Hidroequinoccio, adscrita a la Prefectura de Pichincha, que será la responsable de definir el alcance real y los estudios de una obra.
El alcalde Pabel Muñoz ha defendido la iniciativa como una apuesta estratégica para posicionar a Quito dentro del circuito internacional de grandes conciertos y eventos culturales. Durante el enlace ciudadano “Frecuencia Quiteña”, transmitido el 10 de noviembre, explicó que el nuevo espacio tendría una capacidad base de 15.000 personas, ampliable hasta 35.000 o incluso 50.000 asistentes, dependiendo del tipo de espectáculo.
Los términos de referencia revelan que la propuesta se emplaza junto al antiguo terminal de pasajeros, un lugar que contempla una explanada de más de 21.000 metros cuadrados, un escenario aproximado de 1.500 m² y un patio de maniobras de al menos 4.550 m², dimensiones pensadas para eventos de gran escala.
Uno de los elementos más visibles del diseño es la llamada cubierta icónica, una tenso-estructura de cerca de 9.000 metros cuadrados que evoca un avión en despegue, como guiño al pasado aeroportuario del lugar.
Contratación de estudios marca inicio del proyecto cultural
Más allá de su valor simbólico, el documento técnico no transparenta aspectos clave como costos de mantenimiento, vida útil o comportamiento ante lluvias intensas y vientos, condiciones habituales en Quito y determinantes para una estructura de estas características, aunque con la consultoría que prevé realizar Hidroequinoccio todas estas dudas deberán ser solventadas.
El plan también incluye zonas VIP para 6.800 personas, áreas comerciales, camerinos modulares y graderíos móviles, cuya implementación quedaría sujeta a decisiones posteriores. Esta lógica de componentes diferidos deja abierta una pregunta central: ¿Cuánto del proyecto está realmente definido y cuánto dependerá de futuras contrataciones, ampliaciones presupuestarias o rediseños?

Plan de seguridad y accesos en la futura plaza de eventos
En materia de seguridad y accesos, se plantea un sistema de flujos diferenciados para público general, áreas exclusivas y producción, además de un cerramiento perimetral y un centro de mando para emergencias. Aunque estos elementos responden a estándares internacionales, el documento no aclara cómo se integrarán con la dinámica cotidiana del Parque Bicentenario, un espacio público de uso permanente, ni cómo se evitará que la infraestructura para eventos masivos termine restringiendo su carácter abierto.
Expertos en turismo coinciden en que, para activar a Quito turísticamente, es clave atraer eventos masivos de talla internacional. El reciente concierto de Shakira, que se extendió por tres días, es citado como un ejemplo concreto de cómo este tipo de espectáculos puede dinamizar la economía local.
“Eso demuestra que sí se puede mover la ciudad”, afirma Juan Fernando Rueda, gerente hotelero, quien añade que la apuesta no debe limitarse a conciertos, sino incluir ferias internacionales, festivales gastronómicos y encuentros culturales de gran escala.
El referente regional más mencionado es Bogotá. En 2024, la capital colombiana consolidó su posición como un polo para eventos culturales, artísticos y deportivos, con un impacto económico estimado en 338 mil millones de pesos, impulsado en gran medida por sus arenas de espectáculos y una oferta turística articulada.