Quito

Unidad educativa Quitumbe- sur de quito
Docentes. Desvinculados de unidad municipal denuncian cinco meses sin sueldos ni liquidaciones pendientes.Leonardo Velasco

“Nos despidieron y no nos pagaron”: el reclamo de docentes municipales en Quito

Denuncias de acoso, despidos y pagos pendientes sacuden a escuela municipal de Quito

Han pasado cinco meses desde que seis docentes de la Unidad Educativa Municipal Quitumbe, ubicada en el sur de Quito, fueron desvinculados de la institución. Desde entonces, aseguran que no han recibido su liquidación ni el pago del último mes trabajado, situación que -según relatan- los mantiene en una grave crisis económica, emocional y laboral.

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Docentes municipales denuncian despido sin liquidación 

La desvinculación ocurrió el 19 de agosto, de manera inesperada. Glenda Quintanilla, una de las exdocentes, recuerda que ese día acudieron a clases con normalidad. “Trabajamos toda la mañana y, cerca de las cuatro y media de la tarde, nos llegó un correo electrónico informándonos que nuestro contrato había terminado”, relata. No hubo reuniones previas, explicaciones formales ni notificación personal.

Trabajamos con normalidad y en la tarde nos llegó un correo avisando que nuestro contrato terminó.

Glenda Quintanilla

docente desvinculada de la Unidad Educativa Municipal Quitumbe

Quintanilla sostiene que, antes del despido, ella y otras compañeras denunciaron verbalmente presuntos casos de acoso laboral por parte de la autoridad de la institución. “Siempre tuvimos persecución.

 Tres docentes dimos a conocer nuestra situación al secretario de Educación y a una asesora del alcalde, pero no fuimos escuchadas. Al contrario, fue más fácil despedirnos”, afirma.

El impacto, asegura, fue devastador. “Nos hicieron pedazos. Tengo un hijo con vulnerabilidad y hasta hoy seguimos afectadas psicológicamente”, dice. Desde la desvinculación, ninguna autoridad municipal -según su testimonio- ha vuelto a contactarlas.

Despido repentino deja a familias sin sustento económico.

De las seis personas separadas de la unidad, tres eran docentes que llevaban cerca de tres años trabajando en la institución. A ellas se sumó, meses después, una secretaria administrativa que también fue separada sin justificación clara. “Todo se ampara en el contrato ocasional. Simplemente dicen que se terminó y punto”, señalan.

Las exdocentes aseguran que, pese a haber entregado más de 20 documentos exigidos para el trámite de pagos pendientes, no han recibido respuesta. “Incluso tuvimos que pagar para conseguir ciertos certificados. Es una corrupción terrible”, denuncia Quintanilla.

Dos días antes nos aseguraron que todos los contratos se renovaban y una semana después nos despidieron

Silvia Suntaxi

docente desvinculada

La falta de ingresos ha tenido consecuencias graves. “No tengo seguro, he tenido que atenderme en hospitales públicos. No he conseguido trabajo, quizá por mi edad”, añade. Su salario mensual era de 817 dólares, de los cuales recibía alrededor de 720 dólares líquidos. Sin embargo, el sueldo de agosto, los décimos y la liquidación nunca fueron cancelados.

Uno de los episodios más duros, relata, ocurrió durante una reunión con un abogado de la Secretaría de Educación. “Me dijo que si hubiese accedido a peticiones personales de la autoridad, no estaría llorando por un trabajo. Salí humillada y llorando. Mi hijo menor entró a reclamar y el señor lo empujó”, cuenta.

Otra exdocente, Silvia Suntaxi, asegura que trabajó cuatro años en la institución y fue parte del equipo que inauguró la jornada de vespertina en primero de básica. “Formamos un grupo sólido, hicimos un buen trabajo. Todo cambió con la llegada del último rector. Cada año nos cambiaban de funciones y el ambiente se volvió insostenible”, señala.

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Suntaxi afirma que, dos días antes del despido, el rector les aseguró que todos los contratos serían renovados. “Nos dijo que nadie se iba. Una semana antes de iniciar el nuevo año escolar nos llegó el correo de desvinculación. Nunca nos dieron una razón”, explica. Según su versión, siempre se les indicó que la orden venía “de arriba”, sin posibilidad de reclamo.

Ambas coinciden en que muchas de las desvinculadas son madres cabeza de hogar, con deudas y responsabilidades familiares. “No pedimos favores ni bonificaciones, pedimos que nos paguen lo que trabajamos. Es nuestro sueldo”, enfatizan.

EXPRESO consultó a la Secretaría de Educación del Municipio de Quito. Desde esa dependencia indicaron que verificarían la información con Talento Humano; sin embargo, hasta el cierre de esta edición no se obtuvo una respuesta oficial.

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