
Desesperación en el sur de Quito por falta de agua: "Los tanqueros no abastecen"
Seis parroquias del sur de Quito estarán sin el servicio de 10 días, tras rotura de tubería. Hay tanqueros, pero no abastecen
Con baldes, tinas, ollas y toda clase de recipientes, cientos de personas se congregan desde la madrugada en el parque del barrio Nueva Aurora, en el sur de Quito. La razón: una antigua vertiente de agua se ha convertido nuevamente en la principal fuente de abastecimiento para miles de familias, ante la emergencia por el colapso en el sistema de conducción Mica-Quito Sur.
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El lugar, que antes era apenas una referencia comunitaria, es ahora el epicentro de la esperanza. Bety Tumaile, líder barrial de Nueva Aurora, recuerda que esta fuente natural ya había salvado al barrio décadas atrás, cuando no contaban con agua potable.
“Las autoridades de entonces quisieron cerrarla, pero luchamos para que se mantuviera. Hoy esa lucha da frutos”, afirmó. Desde el jueves 10 de julio por la noche, la vertiente está abasteciendo a habitantes de al menos siete barrios colindantes como ciudadela El Ejército, La Concordia, Paquisha, El Beaterio, Valle Verde y Paraíso.
El caos se desató tras la declaratoria de emergencia emitida por el COE Metropolitano, luego de que un deslizamiento de tierra dañó una tubería clave que transporta agua cruda a la Planta de Tratamiento El Troje.
Seis parroquias del sur (La Argelia, Quitumbe, Turubamba, Guamaní, La Ecuatoriana y Chillogallo) quedaron sin servicio. La Empresa Pública Metropolitana de Agua Potable y Saneamiento (Epmaps) activó un plan de contingencia que incluye la operación de 30 tanqueros para abastecer a los 200 barrios afectados.
“Los tanqueros no alcanzan”
Según Tumaile, solo Nueva Aurora alberga a más de 26.000 personas, y aunque los tanqueros municipales están operando, la demanda supera ampliamente la capacidad de respuesta. Por eso, la vertiente es crucial. “No alcanza el agua para todos. Aquí cada familia viene con lo que puede cargar. Estamos colocando adoquines alrededor de la fuente para evitar accidentes. Hay tierra y barro, y la gente se puede resbalar”, comentó.

Silva Viera, otra vecina del sector, llegó con su esposo y cinco baldes. “No hay información clara del Municipio. Por eso, con lo poco que tenemos, estamos compartiendo el agua entre vecinos. Esta fuente sirve para cocinar, lavar y para lo más básico”.
Otros vecinos aprovecharon para lavar la ropa, en una parte alejada de la fuente. “Sobre todo la ropa de los niños, que es importante”, dijo una madre de familia.
En Pueblo Unido, otro de los barrios afectados, la situación es similar. Mishell Carrera, moradora del sector, asegura que la falta de información ha generado desorden y desesperación.
“No sabemos a qué hora llegan los tanqueros. Si ya estamos en emergencia, ¿dónde están los bomberos, policías o militares ayudando? Como siempre, el sur es el más olvidado”, lamentó.
Jazmín Hernández, también vecina del sector, relató que tras la noticia del corte de agua, muchos vecinos entraron en pánico. “¿Quién puede vivir 12 días sin agua? Es para cocinar, lavar, asearse… Por eso vienen con ocho baldes, y claro, eso genera más desorden”, admitió. Ayer, tomó la iniciativa de organizar filas para evitar conflictos. “Unos se querían meter, pero con gritos los hacíamos regresar. Así, poco a poco, nos organizamos”.
¿Qué provocó el corte de agua en Quito?
El alcalde de Quito, Pabel Muñoz, indicó que cerca de 400.000 personas se han visto afectadas. Se activó un plan emergente de distribución con 17 tanqueros, que se amplió a 30 desde el 11 de julio. Las prioridades de abastecimiento son hospitales, centros de salud, mercados, estaciones de transporte y terminales terrestres.

“La reparación tomará entre 10 y 12 días”, explicó Muñoz, debido a la magnitud del daño. “Hay que remover más de 600 mil metros cúbicos de tierra, lo equivalente a 18.000 volquetas”, detalló. En este momento, más de 70 obreros y maquinaria pesada trabajan en el páramo del Antisana para restablecer la línea de conducción dañada.
José Naula
El incidente ocurrió a 10 kilómetros del embalse La Mica, en una zona de difícil acceso, con terreno inestable, alta humedad y pendientes pronunciadas. La saturación del suelo, causada por lluvias intensas (que en los primeros días de julio alcanzaron el 91 % del promedio mensual), provocó el deslave que arrasó la infraestructura.
En un recorrido de Diario EXPRESO por sectores como La Lucha de los Pobres, se constató el malestar de los ciudadanos. Diego Carmona, morador del lugar, manifestó que los vecinos esperaban desde las 05:00 y que hasta las 10:00 el tanquero aún no llegaba. “Algunos se quedaron dormidos junto a los baldes. Queremos saber los horarios exactos para no pasar horas esperando en vano”.
#AHORA | Más de 400 mil habitantes de seis parroquias del sur de Quito se ven afectados por la suspensión del servicio de agua potable. La emergencia ha provocado que, desde tempranas horas, cientos de personas formen extensas filas en busca de abastecimiento. pic.twitter.com/EnH056b92Q
— Diario Expreso (@Expresoec) July 11, 2025
La distribución de agua se realiza con apoyo de las administraciones zonales Quitumbe y Eloy Alfaro, junto a líderes comunitarios. Sin embargo, las necesidades superan la capacidad operativa. En muchos sectores también denuncian que las tiendas han triplicado el precio de los botellones de agua, lo que genera malestar. Por ello solicitan a las autoridades que realicen un control mientras dure la emergencia.