Quito

Deslizamientos Nayón
El Municipio colocó plásticos negros como medida de protección, pero hoy se encuentran destruídos.Foto: Ángelo Chamba

Los derrumbes amenazan a las conexiones hacia el valle de Tumbaco

Los residentes exigen muros de contención ante los constantes deslizamientos

Los residentes de Nayón, Guápulo y del entorno del túnel Guayasamín viven con temor cada vez que llueve. Los recientes deslizamientos de tierra, agravados por las precipitaciones más intensas de los últimos 50 años, han dejado en evidencia la fragilidad de los taludes en varias vías clave del valle de Quito. 

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La falta de medidas estructurales definitivas por parte del Municipio ha generado críticas y preocupación entre los habitantes, quienes consideran que las acciones tomadas hasta el momento han sido insuficientes.

En la antigua vía a Nayón, Rosa Sarango, moradora del sector, relata que utiliza a diario esta conexión para movilizarse hacia el sector de la avenida Granados. Desde febrero, cuando las lluvias provocaron deslizamientos que obligaron al cierre temporal de la vía, el Cabildo colocó plásticos negros como medida de protección. Sin embargo, hoy la mayoría de estos se encuentran destruidos.

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“Ahora la erosión sigue avanzando. Se han registrado nuevos deslizamientos pequeños, y eso demuestra que el problema sigue ahí”, comenta Sarango. Para ella, la emergencia continúa, pues los taludes son inestables, incluso en época seca. “Ya es hora de que construyan muros de contención. No podemos vivir con este riesgo permanente”, reclama.

Una preocupación compartida por Sonia Carrera, otra moradora del sector. Considera que el origen de los deslizamientos también está relacionado con la falta de planificación y la continua tala de árboles en zonas vulnerables. “Se siguen autorizando construcciones en laderas sin considerar el riesgo que esto representa para quienes viven o transitan por aquí. La vía Santa Ana de Nayón es vital para conectar el valle con el norte de Quito”, enfatiza.

Las afectaciones no se limitan a Nayón. En sectores como la avenida De Los Conquistadores, Guápulo y la Oswaldo Guayasamín, los deslizamientos también han sido frecuentes. Según reportes municipales, en la antigua vía a Nayón se retiraron más de 800 metros cúbicos de escombros y se colocaron geomantos y plásticos de polietileno como medida de mitigación. Además, se instaló un sistema de vallado al pie del talud.

Trabajos en la avenida Oswaldo Guayasamín

Medidas similares se aplicaron en la avenida Oswaldo Guayasamín, donde se removió el material suelto, se emplearon geomantos y se reforzó con una malla dinámica en la parte alta para contener rocas grandes. Mientras tanto, en la avenida De Los Conquistadores se retiraron 48 árboles y se limpiaron los taludes, también con geomanto como protección.

A pesar de estas acciones, los moradores consideran que se trata de soluciones parciales. Mari Chugi, del barrio Bolaños, recuerda que tras los incendios forestales de septiembre de 2024, la tierra quedó aún más inestable. “Ahora hay deslizamientos incluso sin lluvia. Rocas se desprenden y ponen en peligro a quienes usamos esta vía”, señala.

Estudios sobre la capacidad del suelo

Patricio Calle, gerente de Obras Públicas del Municipio, explica que en el tramo entre el túnel Guayasamín y el peaje se han realizado varias evaluaciones. “Es un tramo de dos kilómetros, muy empinado. Se han colocado geomantos para evitar la erosión por lluvias y viento, además de mallas provisionales para contener rocas”, asegura.

Sobre la antigua vía a Nayón, Calle indica que los plásticos colocados se desprenden por el viento en la parte baja del talud, pero que el monitoreo y la limpieza de microdeslizamientos son constantes. “Hace algunos años se colocó una protección con hormigón, pero ya no es suficiente. Por eso estamos desarrollando estudios técnicos para determinar una solución definitiva”.

Deslizamientos Nayón
Moradores solicitan la construcción de muros de contención. Rechazan la colocación de geomantos y mallas.Foto: Ángelo Chamba

Los estudios, que analizarán la capacidad del suelo y el comportamiento de los taludes, estarían listos para el último trimestre del año. Mientras tanto, moradores y conductores siguen expuestos.

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En Guápulo, los microdeslizamientos han sido atribuidos también a la irresponsabilidad de algunos propietarios de terrenos privados, quienes descargan aguas directamente en los taludes, agravando la erosión. Según el Cabildo, aquellos dueños deben implementar soluciones técnicas y tramitar los permisos respectivos.

Con el inicio del verano, las autoridades prevén reforzar los taludes con hormigón lanzado y, según el punto, construir muros de contención. No obstante, la comunidad espera que estas promesas se materialicen.

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