Carlos Andrés Vera | ¿Y los ciudadanos?

¿Cómo salvas algo que ya no existe? La democracia no debe ser salvada, debe ser restablecida
Estamos cayendo en el error de juzgar la salud de la democracia solo desde la perspectiva del juego político. Y bajo ese único prisma, nuestra democracia está moribunda hace rato: en los últimos 18 años, el sistema de partidos, la legitimidad de las representaciones y el Estado mismo -desde sectores como la salud hasta la fuerza pública- han sido cooptados por mafias o convertidos en su botín. Cuando eso ocurre, la ciudadanía pierde representación y se rompe el principio esencial de la democracia. Muchos gritan que hay que salvarla, pero el dilema es: ¿cómo salvas algo que ya no existe? La democracia no debe ser salvada, debe ser restablecida. Y ese proceso no pasa solo por el juego de la política. ¿Dónde está la sociedad? ¿Dónde están los ciudadanos?
Restablecer la democracia es también responsabilidad de los ciudadanos comunes y de la sociedad civil organizada. En el pasado reciente, la mafia política fraccionó y cooptó sindicatos, organizaciones indígenas, de maestros o de trabajadores, hasta debilitarlos o desaparecerlos. Los paros criminales de 2019 y 2022 demostraron que el crimen organizado incluso logró cooptar la protesta. Ahí la sociedad tiene tarea: las organizaciones sociales deben modernizarse, cohesionarse y actuar sin ser extensión de ningún interés criminal o político.
Nuestro rol como ciudadanos también está en crisis: hemos confundido redes sociales con activismo, reduciendo nuestro verdadero poder transformador en nuestros círculos reales. ¿Cuál es la agenda de los ciudadanos en el país? ¿Y qué estamos haciendo para posicionarla ante quienes nos representan como autoridades?
Con el tiempo, la organización social y la calidad del debate público se han degradado por una ciudadanía que ha perdido foco, cambiando el chaleco de ciudadano por el de militante. La mayoría no tenemos por qué ser partidistas, pero sí ciudadanos alertas, conscientes y movilizados. La democracia se restablece también cuando la sociedad reconstruye un tejido que la defienda, que la represente y que la proteja. Y ese tejido no se teje solo: empieza en cada uno de nosotros, cada día. Asuma su metro cuadrado.