
Cumbayá: peatones enfrentan caos urbano y aceras inseguras
Cumbayá: aceras dañadas, tráfico y desorden ponen en peligro a los peatones
Cumbayá enfrenta un serio problema de movilidad que va más allá del habitual caos vehicular y el deterioro de las vías. Los peatones también sufren un verdadero ‘viacrucis’ para trasladarse de un punto a otro, expuestos a riesgos y obstáculos que dificultan su desplazamiento diario.
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Noemí Olalla, comerciante del barrio San Juan, asegura que la situación en su sector es compleja. “Los moradores deben esquivar vehículos, aceras invadidas por vegetación e incluso camiones que se estacionan en las aceras para dejar mercadería. Se vuelve un caos cuando salen los estudiantes de las escuelas y también se los pone en peligro”, explica.
Vegetación, autos y basura: obstáculos para los peatones
Un recorrido de EXPRESO confirmó la problemática: San Juan es una zona comercial y escolar, pero las aceras son angostas o, en algunos casos, están cubiertas con plantas y flores que obstaculizan el paso de los peatones. Además, la falta de señalización, curvas peligrosas y vehículos que circulan a exceso de velocidad agravan la situación.
El crecimiento de la parroquia, según los vecinos, ha ocurrido sin una planificación municipal adecuada. La señalética no beneficia al peatón, y los pasos peatonales o rompevelocidades son prácticamente inexistentes. Datos de la Universidad San Francisco de Quito muestran que en 26 intersecciones de Cumbayá se contabiliza el paso de más de 100.000 vehículos diarios, con un crecimiento anual del tráfico del 7,8 %, mientras que en Tumbaco el incremento es del 4,4%.
Una encuesta realizada en 2021 a 200 personas reveló que los principales problemas al caminar en Cumbayá son la inseguridad (59,1 %), el mal estado de las aceras (27,3 %), el peligro de sufrir un atropellamiento (5 %) y el acoso (4 %). El estudio indica que aproximadamente el 85 % de las aceras no cumplen con la normativa vigente.
El problema no se limita a San Juan. En el centro de la parroquia, a lo largo de la avenida Francisco de Orellana, la construcción de urbanizaciones, plazas comerciales y otros establecimientos ha dejado tramos sin aceras o con veredas obstruidas por plantas.
Camila Echeverría, quien recorre diariamente esta avenida con sus tres perros, dice: “Debo cruzar la calle para poder continuar mi caminata. No existe un plan de movilidad que dé preferencia al peatón. Además algunas aceras están en mal estado y, en ciertos días, hay montículos de basura hasta que llega el recolector”.
La avenida María Angélica Idrobo presenta una situación similar: aceras ocupadas por comercio informal, vehículos estacionados y un estado general de deterioro. Silvia Aguirre, comerciante con problemas de movilidad en una pierna, denuncia que los huecos y grietas a lo largo de la vía representan un riesgo constante.

¿Qué dice la normativa?
Según la Empresa de Movilidad y Obras Públicas (Epmmop), la tarea de construcción, mantenimiento y cuidado de las aceras es responsabilidad de los frentistas, es decir, de los propietarios o poseedores de los predios, tal como lo establece el Artículo IV.6.107 de la normativa metropolitana. La institución interviene únicamente en proyectos de mejoramiento urbano integral, cuyo costo se recupera mediante la Contribución Especial de Mejoras.
Camila Echeverría
Actualmente, el Municipio de Quito desarrolla obras de soterramiento de cables que incluyen la rehabilitación de aceras en sectores como Ajaví, Serapio Japerabi, Cusubamba, Solanda, El Inca y Cotocollao, sumando 26 kilómetros de intervenciones concluidas en avenidas como La Patria, Calderón, La Pradera y Rodrigo de Chávez. La meta es alcanzar 100 kilómetros de soterramiento.
Karina Gallegos, miembro de la Asociación de Peatones de Quito, enfatiza que la situación en Cumbayá afecta gravemente al peatón, especialmente en zonas de alto tránsito peatonal y comercial que deberían ser peatonalizadas. “En los exteriores de urbanizaciones no hay aceras, (en) los caminos tampoco, y las que existen son utilizadas por vehículos. Esto empobrece la seguridad vial de los peatones. Se han registrado accidentes, incluso atropellamientos, especialmente en el redondel del Paseo San Francisco”, denuncia.

Gallegos agrega que a pesar de que se han realizado varios estudios, a cargo de la Universidad San Francisco junto a empresas privadas, falta voluntad política para pacificar zonas claves, como los alrededores de la universidad local.
Muchas vías se construyeron pensando únicamente en el tránsito vehicular, dejando de lado a quienes se desplazan a pie o deben acceder a sus lugares de trabajo sin automóvil. “Hay una evidente falta de seguridad para los peatones”, concluye.