Para adjudicar el contrato de 16,4 millones de dólares a la empresa Technomacro S.A., la Empresa Pública Metropolitana de Agua Potable y Saneamiento (Epmaps) de Quito, simuló una emergencia, evitando así realizar un proceso de contratación por concurso.

Dicho proceso se adjudicó el 30 de septiembre de 2019, en el período del entonces alcalde, Jorge Yunda. La finalidad del mismo era realizar el mantenimiento de la estación de bombeo de la planta de agua de Papallacta, en un plazo de 470 días calendario.

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La Procuraduría General del Estado, a partir de un informe de control de legalidad determinó esta anomalía y la Contraloría por su lado, también encontró un pago de 300.000 dólares que se hizo efectivo pese a que no hubo el debido sustento técnico, según señalaban los términos de referencia del contrato.

• ¿Cuál fue la supuesta emergencia y a quiénes amenazaba directamente?

Desde la actual gerencia de la Epmaps se respondió esta inquietud a EXPRESO. A través de un comunicado se reveló que el “desabastecimiento de agua potable de una porción importante de los habitantes del Distrito Metropolitano de Quito”, sería lo emergente; así como el deterioro natural de los equipos, que conforme la norma en contratación pública no se configura en una situación de este tipo.

Con respecto a una de las conclusiones que también hizo la Contraloría, relacionada con el mantenimiento que no se efectuó a los equipos que en realidad requerían de acuerdo con la real necesidad, también ratificó Agua de Quito que mientras duró el contrato no solventaron las necesidades.

“Cuando se terminó el contrato unilateralmente existía una sola línea operativa con alto riesgo de fallo. Al momento se encuentran operativas tres líneas de bombeo”, indicó la Epmaps.

Actualmente existe una cuarta línea de bombeo que está en la última fase de recuperación. Hasta mayo se prevé entre en operaciones. “Luego se comenzará a intervenir en la quinta y última línea de bombeo. Con estos trabajos se ha logrado tener un funcionamiento adecuado”, puntualizaron.

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Estos trabajos se realizan por administración directa y con un contrato de taller destinado para atenciones varias. El monto de inversión adicional que se utilizó para esto no se especificó.

Technomacro S.A todavía tiene cuentas pendientes con la Epmaps, pese a que se dio por terminado de manera unilateral el contrato. Se trata de una multa de 800.000 dólares a favor de Agua de Quito, por incumplimiento. Este beneficio fue ratificado por un juez del Guayas, donde la empresa imputada presentó un recurso que fue desestimado. “Conforme lo establece el artículo 95 de la Ley de Contratación Pública y el artículo 146 de su Reglamento General, se notificó a Technomacro del pago de los valores adeudados por concepto de multas. En caso de incumplimiento se tomarán acciones judiciales”.

Hasta el cierre de edición Technomacro S.A. no respondió el correo enviado.