Mientras la justicia para cualquiera ciudadano llega tarde o, de plano, no llega, para la familia del acusado de narcotráfico Leandro Norero todo son beneficios.

El primero llegó de la mano del juez Ronald Guerrero Cruz. El 24 de marzo decidió cambiar el grado de participación de los acusados en su auto de llamamiento a juicio. Lina Paola Romero Vargas (viuda de Norero), Johanna Maribel Zambrano Tigua y Israel Willian Norero Tigua (hermanos) pararon de autores, a cómplices.

De manera mucho más extraña levantó la prisión preventiva de Johanna Maribel Zambrano Tigua. Su argumento fue que la procesada tiene cáncer. El fallo no observó que seis jueces diferentes desconocieron tal enfermedad. De hecho, ella presentó seis habeas corpus para obtener su libertad, y siempre los jueces le negaron por la falta de certificación médica debidamente avalizada.

Luego, el juez Ronald Guerrero Cruz, en la audiencia preparatoria de juicio, ordenó que se devuelvan los bienes de Juan Sebastián Romero Vargas, cuñado de Norero. Él y Bethy Tigua (madre de Leandro Norero) fueron declarados inocentes. Pese a que la Fiscalía presentó un recurso de apelación, el juez aún no eleva autos al tribunal de alzada a efecto de que conozca y resuelva el recurso.

Mientras esto está pendiente, el Tribunal de Garantías Penales, confirmado por los jueces Alberto Churta Rodríguez (Ponente), Álvarez Rodríguez Alba Rocío, Flores Barragán Francisco Fernando, logra en tiempo récord fijar la fecha del juicio. El caso les llegó el 4 de abril de 2023 y para el 11 ya ordenaron a los procesados a presentarse en la sala de audiencias.

En los documentos judiciales constan dos fechas para el inicio del juicio. No se sabe si es un error. Lo cierto, es que el Tribunal primero llama a las partes para el viernes 14 de abril de 2023, a las 08:15, pero después pide que los sospechosos se presenten el jueves 13 de abril a las 08:30 y oficia a la Cárcel 4, de Quito, para que ese día traslade al hermano de Leandro Norero de la capital a Guayaquil, en donde está el caso.

La exfiscal, María Dolores Coloma Pazmiño aparece en la lista de testigos. Según el parte policial, ella se encontraba en casa de Norero el 25 de mayo, cuando se hizo el allanamiento. En esa vivienda se encontraron 6 millones de dólares en efectivo, lingotes de oro y armas de fuego. Los recursos, según la Fiscalía, provienen del narcotráfico internacional  a gran escala.

A esta lista de irregularidades se suma que, durante la fase de investigación, los abogados de Norero presentaron a una persona de la tercera edad que se hizo pasar por un ciudadano estadounidense. El objetivo era suplantar, por segunda vez la identidad del extranjero. La primera vez fue años antes cuando los abogados de Norero y de su esposa falsificaron la firma del estadounidense, constituyeron empresas y compraron bienes a su nombre, con el fin de camuflar las propiedades.

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