
Polvo y huecos afean calle de La Tarazana, en el sur de Ambato
Caminar por las calles que conectan La Tarazana con Santa Cruz, en el sur de Ambato, es un desafío diario.
En verano, el polvo se levanta como una nube que obliga a la gente a avanzar con cautela; en invierno, el lodo se convierte en un obstáculo que ensucia zapatos y dificulta la movilidad. Los vecinos aseguran que llevan años pidiendo una solución sin ser escuchados.
“Hace siete años asfaltaron las calles en Santa Cruz, pero no incluyeron el pequeño callejón que une con Terremoto ni la calle larga que conecta con La Tarazana. No entendemos por qué seguimos olvidados”, reclama Carlos Álvarez, residente del sector.
La primera vía, empedrada, nace desde la carretera a Picaihua y llega hasta la iglesia de Santa Cruz, es la más transitada. La otra, diagonal y menos concurrida por estar en mal estado, empata con la avenida Real Audiencia, pero está llena de huecos, con maleza en las orillas y tramos que aún no han sido aperturados del todo.
Según Washington Peña, presidente barrial de Santa Cruz, estas son rutas alternativas vitales para la libre movilidad. “No solo sirven para quienes vivimos aquí, sino para quienes buscan vías de descongestión hacia el sur de la ciudad. Mejorarlas sería un alivio para todos”.
Para los peatones, la situación no solo es incómoda, sino peligrosa. Leonor Acosta, vecina del barrio, advierte: “Caminar aquí representa un riesgo. Los huecos y desniveles hacen que los niños o adultos mayores puedan resbalarse en cualquier momento”.
La falta de iluminación también pone en riesgo a las mujeres en la zona
A ello se suma la falta de iluminación pública. “En las noches caminar por aquí da miedo, todo queda oscuro y uno siente inseguridad. Sería importante que además del asfaltado pongan postes de luz para que podamos transitar tranquilos”, comenta Marco Paredes, padre de familia.
Las mujeres del barrio también se sienten desprotegidas al caer la tarde. “Yo trabajo en el centro y regreso a casa cuando ya oscurece. Muchas veces debo pedir a mis hijos que me acompañen porque este sector parece un callejón sin ley. Necesitamos luz, seguridad y vías dignas”, expresa María López, moradora de La Tarazana.
El clamor ciudadano es claro: esperan que las autoridades municipales incluyan a estas calles dentro de los proyectos prioritarios de asfaltado y regeneración urbana. “Queremos vivir con dignidad, sin polvo ni lodo, y sin temor en las noches”, coinciden los moradores.
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