Martín Pallares | Todo es culpa de Noboa
No hay que olvidar que las dos elecciones de Godoy fueron escandalosas, ya sea por todo lo que se hizo para elegirlo...
Daniel Noboa es el principal responsable de que Mario Godoy haya sido nombrado presidente del Consejo de la Judicatura. Todo lo que ocurrió para colocar a Godoy al frente de ese organismo -ya sea para su primera elección (producto de un pacto con el correísmo) o para su reelección- fue posible por voluntad del presidente de la República. Todo lo que pasó, incluida la vergonzosa participación del presidente de la Corte Nacional de Justicia y del presidente del Cpccs, fue posible únicamente gracias a sus órdenes o, en su defecto, a su complacencia.
Aquí no hay duda: se movió cielo y tierra, se torció la ley y se aplastó la ética pública para coronar al personaje de marras como regente de la justicia y entregarle la facultad de hacer y deshacer lo que se le antojara. Si no hubiera sido por la Corte Constitucional, que suspendió la Ley de Integridad Pública, Godoy ya habría tenido la facultad de mover, remover o nombrar jueces a su voluntad, lo que habría significado que el sistema de justicia terminara en manos de jueces con las mismas cualidades de sus asesores y amigos: todos chuecos.
No hay que olvidar que las dos elecciones de Godoy fueron escandalosas, ya sea por todo lo que se hizo para elegirlo o por su manchada hoja de vida. Lo denunciaron medios como EXPRESO, lo dijeron columnistas y periodistas, y las redes sociales estaban llenas de alarmas por la llegada de un perfecto impresentable. Así que Daniel Noboa sabía perfectamente de quién se trataba.
No se puede asegurar -porque no hay evidencias- que el presidente Noboa haya estado complotado con la red de mafiosos que ha actuado y se ha beneficiado bajo el paraguas de Godoy, aunque es casi imposible pensar que, por ejemplo, no haya estado al tanto del operativo del pendrive, en el que se entregó a la jueza Nubia Vera una sentencia redactada en contra de Verónica Abad.
La única forma en que el presidente Noboa podría aclarar que no estuvo coludido con el narco y las mafias es decidiendo echar abajo todo lo construido alrededor de Godoy: que ordene a sus asambleístas que lo enjuicien políticamente, que le pida la renuncia al presidente de la Corte Nacional y al del Cpccs, y que se solicite a una comisión internacional de prestigio la reestructuración del aparato de justicia. Y eso es, precisamente, lo que no está pasando. Al menos por ahora.