
Mejorar iluminación de parque en Loja exige comunidad para recuperar la seguridad
Vecinos y comerciantes del barrio Chile aseguran que la oscuridad también afecta la actividad económica del sector
En el barrio Chile, perteneciente al cantón Calvas, provincia de Loja, la falta de alumbrado público se ha convertido en una preocupación constante. Desde hace más de un año, el parque central y varias calles aledañas permanecen en penumbras por la falta de luminarias, generando un ambiente de inseguridad y descontento entre vecinos.
Hernán Masache, presidente barrial, lamentó la desatención de las autoridades. “Nuestro pedido es claro: necesitamos que se restablezca la iluminación del parque. Es un espacio central donde convergen familias, niños y adultos mayores, pero la oscuridad lo ha transformado en un punto de riesgo. En las noches llegan libadores y eso nos obliga a alejarnos de un sitio que debería ser para la convivencia”, expresó.
La problemática se extiende también a la calle Carrera Chile, donde no existe una red de alumbrado propia. Los comerciantes son de los más afectados, ya que han tenido que modificar sus horarios de atención.
“Yo antes cerraba mi tienda a las nueve de la noche, ahora lo hago a las siete porque me da miedo quedarme más tiempo. La falta de luz facilita que personas desconocidas se acerquen y eso genera temor”, comentó Rosa Jiménez, comerciante del sector.
Los moradores recuerdan que hace dos años la empresa eléctrica se comprometió a colocar cuatro postes con luminarias. Incluso, técnicos realizaron mediciones en la zona, pero hasta el momento no se han concretado los trabajos. “No pedimos nada extraordinario, solo que cumplan lo que ofrecieron. Es frustrante que sigan prometiendo y no se vean resultados”, agregó Masache.
Manuel Castillo asegura que la oscuridad ha modificado la rutina de las familias. “Antes los niños jugaban en el parque hasta tarde, ahora apenas cae la noche todos nos vamos a casa porque se vuelve peligroso. La falta de luz también aumenta la posibilidad de accidentes, sobre todo en personas mayores que transitan por la zona”, señaló.
Patrullaje policial es insuficiente en barrio Calvas
Desde la comisaría de Policía se han realizado esfuerzos por mantener el orden. Jhonn Rogel, comisario de Calvas, informó que se han intensificado los controles en las tiendas para evitar la venta de licor artesanal, logrando retirar decenas de canecas de estos productos.
La Policía Nacional también mantiene patrullajes en la madrugada para disuadir a libadores. Sin embargo, Rogel reconoce que estas acciones no son suficientes. “La presencia policial ayuda, pero el factor más importante para garantizar seguridad es la iluminación. Sin luz, el espacio seguirá siendo vulnerable”, indicó.
Ante la falta de soluciones, la comunidad ha buscado alternativas por sus propios medios. En varias ocasiones instalaron reflectores de colores y organizaron mingas comunitarias para embellecer el parque, pintando pasos cebras y promoviendo campañas contra el consumo de alcohol. No obstante, los vecinos admiten que estos esfuerzos no reemplazan una red estable de alumbrado.
María González, madre de familia, expresó su preocupación: “Uno ya no se siente tranquila de enviar a los hijos a comprar en la tienda de la esquina. La oscuridad provoca miedo y limita la vida del barrio. Queremos que nuestras autoridades entiendan que la luz no es un lujo, es una necesidad básica”.
El pedido de los moradores apunta directamente a la municipalidad y a la empresa eléctrica. Según estimaciones comunitarias, recuperar la iluminación del parque central y de las calles adyacentes no demandaría más de 3.000 dólares, inversión que consideran mínima frente al impacto positivo que tendría.
“El parque de la Madre, el Simborio y la calle Carrera Chile son puntos vitales de encuentro. Con luz volveríamos a sentirnos seguros, los negocios crecerían y los jóvenes tendrían espacios para recrearse. No pedimos imposibles, pedimos lo justo”, finalizó Masache.
La comunidad del barrio Chile espera que las autoridades escuchen este llamado y actúen de manera inmediata, porque cada día sin luz representa un riesgo mayor para la seguridad, la economía local y la vida social de Cariamanga.
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