
Lucarqui, la comunidad de Loja que está cerca de contar con servicio de agua potable
En este rincón rural, conseguir agua es una tarea diaria y agotadora; hay planes para dotarla del líquido vital
Lucarqui, una pequeña comunidad del cantón Sozoranga, en Loja, carga desde hace generaciones con una de las realidades más duras de la región: la falta total de agua potable, alcantarillado sanitario y pluvial.
El único recurso hídrico disponible es el río Catamayo, que atraviesa varias ciudades antes de llegar al lugar, trayendo consigo altos niveles de contaminación.
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En este rincón rural, conseguir agua es una tarea diaria y agotadora. Mujeres, hombres y niños recorren caminos cargando recipientes plásticos o valiéndose de burros para llevar a casa un líquido que, pese a ser sometido a métodos caseros de “purificación”, no resulta seguro para el consumo humano.
Tras años de espera, esa situación podría empezar a cambiar. El Municipio de Sozoranga gestionó un crédito de 187.750 dólares ante el Banco de Desarrollo del Ecuador (BDE), de los cuales 156.067 son no reembolsables debido al Programa de Saneamiento Ambiental para el Desarrollo Comunitario y la Corporación Andina de Fomento. Con esos recursos se levantará el sistema de agua potable.
Habitantes de Lucarqui: "Por fin dejaremos de tomar agua contaminada del río"
Wilson Sarango, presidente del Comité Pro Mejoras de Lucarqui, recordó la larga espera. “Por fin dejaremos de tomar agua contaminada del río. Este es un sueño que hemos esperado por años y que ahora empieza a volverse realidad”, dijo.
La gestión municipal también permitió obtener cerca de 320.000 dólares para construir el sistema de alcantarillado sanitario en el barrio Pénjamo, además de Unidades Básicas Sanitarias para familias de la periferia. El 85% de este financiamiento no será reembolsable.
Las obras también se extenderán a Bellavista, Catapo, Susuco y Susuco Bajo. Mercy Yangua, emprendedora de Pénjamo, habló sobre los próximos trabajos.
“Tener alcantarillado es garantizar la salud de nuestras familias y la de quienes consumen nuestros alimentos”, señaló.
En Bellavista, María Gualán, madre de tres niños, sintió la noticia como un alivio, pero espera que sí se desarrolle la obra. “Ya no tendremos que vivir con el temor a enfermedades por la falta de saneamiento”.
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En total, más de 500 familias serán alcanzadas por estos proyectos. Sin embargo, para las comunidades de Sozoranga y de gran parte de la provincia de Loja, estas obras no son un regalo ni una concesión, sino una reparación tardía a décadas de olvido estatal.
Que apenas en 2025 se empiece a garantizar agua potable y saneamiento básico en estas zonas revela la magnitud de la deuda histórica que todavía carga el país con su población rural.
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