
César Salazar.Leonardo Velasco Palomeque
Noche de Reyes, el clásico de Shakespeare llega a Quito
La comedia del siglo dieciséis se presenta con un elenco exclusivamente masculino, en el Teatro Victoria
En Iliria, un territorio imaginado por Shakespeare, una tormenta parte en dos la vida de los mellizos Viola y Sebastián. Entre olas que lo arrasan todo, ambos sobreviven sin saberlo y creen haber perdido al otro para siempre. La confusión es el punto de partida de Noche de Reyes, obra donde el engaño, el deseo y la identidad se mezclan en un juego de errores que sostiene este clásico del teatro isabelino.
Viola, sola en un país desconocido, decide que la manera más segura de continuar es convertirse en Cesario y entrar al servicio del duque Orsino, quien a su vez intenta conquistar a Olivia, una condesa que ha cerrado su casa al mundo. Todo cambia cuando Cesario logra pasar su puerta y despierta un interés inesperado. Mientras Olivia se enamora del mensajero equivocado, Viola empieza a sentir algo más que lealtad por Orsino. La llegada de Sebastián completa el enredo y activa la cadena de malentendidos que vuelve célebre a esta obra escrita entre 1601 y 1602.
César Salazar, director del montaje, explica que la elección de Noche de Reyes surgió por la relación del texto con la época navideña, y su trama, que pese al paso de los siglos continúa siendo relevante. “En inglés se llama Twelfth Night, la doceava noche después de Navidad. Era una época de mucha fiesta, donde se relajaban las reglas morales. Sin embargo, los que no se sumaban a eso eran los puritanos, que estaban en contra del teatro y de que los hombres actúen papeles femeninos. Esa fricción social está en la obra, y tiene guiños más universales. Me pareció interesante poder montarla ahora”, explica.
La irreverencia de lo masculino
La puesta en escena respeta elementos históricos del teatro del siglo XVI y recupera prácticas originales que regían las funciones originales, entre ellos el uso de un elenco exclusivamente masculino, tal como en la época isabelina.
El elenco está integrado por Alfredo Espinosa como Olivia y Javier Taco como Viola/Cesario, acompañados por Pablo Aguirre, Juan Pablo Acosta, Javier Campaña, José Miguel Sandoval, Gonzalo Nuñez Caviedes, Andrés Oviedo, Isaac Montoya y el propio César Salazar. El grupo trabaja humor corporal, sarcasmo y el ritmo festivo propio de la comedia shakesperiana.
El director afirma se inspiró en un montaje del año 2000 del Teatro del Globo, donde se investigó la manera en que se representaban las obras en tiempos de Shakespeare. “Es lo más parecido que se ha logrado a nivel mundial a ver y experimentar una obra del siglo XV y XVI. Me llamó la atención que las mujeres no podían actuar, tenían prohibido ser actrices, y todos los papeles eran masculinos. En esta obra hay un personaje femenino que además se disfraza de hombre, así que el actor hace un doble desdoblamiento”, explica.

Una adaptación que mezcla dos lenguajes
Para esta versión, Salazar trabajó con dos traducciones para construir un equilibrio entre lo histórico y lo contemporáneo. “Utilicé la versión de Jaime Clark del siglo XIX cuando los personajes están enamorados, porque respeta la musicalidad original. Me gustó la idea de que cuando uno está enamorado está como poseído por un lenguaje distinto, más pomposo y rimbombante. El resto es la versión de la escritora colombiana Piedad Bonnete, más contemporánea, pensada para la escena y para los actores”, detalla.
La obra original duraba tres horas y media; esta adaptación se presenta en cinco actos que reducen la duración a dos horas.
La estética acompaña esa búsqueda histórica: maquillaje inspirado en la época, vestuario confeccionado con técnicas reminiscentes del renacimiento tardío y una escenografía fija que replica la arquitectura teatral del período. El maquillaje blanco destaca en los personajes femeninos -incluyendo a los gemelos que protagonizan la pieza- y en el personaje de Andrés de Secorrostro, figura que caricaturiza la aristocracia.

Una comedia para pensar
Las expectativas del director apuntan a la recepción del público frente a una propuesta que no es habitual en la cartelera local.
“Es una obra muy diferente a lo que se suele hacer. Es comedia, pero no es una comedia fácil ni de farsa, como era costumbre incluso en esa época. Tiene escenas románticas y, al mismo tiempo, es una comedia más intelectual, que tiene una crítica social presente”, asegura el director.
Noche de Reyes se presentará los días 13, 14, 20 y 21 de diciembre en el Teatro Victoria, en el sector del Pinar Alto. Las funciones serán los sábados a las 20:00 y los domingos a las 16:00. Costo: $ 12 y $15 según la localidad.
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