
Giorgio Armani: adiós al hombre que marcó el lujo silencioso y la sastería
El minimalismo funcional y la estética andrógina fueron parte del legado de Giorgio Armani, diseñador fallecido a los 91 años
Giorgio Armani se fue como vivió: en silencio, trabajando hasta el último día, rodeado de los suyos. Tenía 91 años y una agenda que todavía permanecía abierta para celebrar sus bodas de oro en la moda. Lo haría con una gran exposición en la Pinacoteca di Brera.
La noticia de su fallecimiento, ocurrido el jueves 4 de septiembre, la confirmó su casa, Armani Group, con una frase que lo contiene todo: serenidad, afecto y continuidad.
No podía ser de otra manera. Armani fue, además de diseñador, un modo de entender el oficio: discreción milanesa, control absoluto y una fe inquebrantable en la elegancia sencilla.
Su última portada, publicada el sábado en HTSI, suplemento de Financial Times, lo muestra como prefería ser visto: camiseta azul marino, libro en mano, media sonrisa. Desde hace meses dirigía los desfiles por videoconferencia, atento a cada botón, a cada dobladillo.

Giorgio Armani y su estilo propio
“Mi gran debilidad es que lo controlo todo”, confesó. Esa obsesión dio forma a un lenguaje que se hizo universal: hombros desestructurados, trajes ligeros, grises y beiges que parecían respirar. El mundo aprendió a vestirse “a lo Armani”.
Nacido en Piacenza en 1934, se enamoró del cine clásico y encontró en Cary Grant la brújula de su propuesta para hombres y mujeres: autoridad sin rigidez, sensualidad sin estridencia. Hollywood lo adoptó pronto.
Richard Gere en American Gigolo convirtió su sastrería en sueño pop; luego llegaron los esmóquines en alfombras rojas y el pulso inconfundible de un guardarropa que hacía mejor a quien lo llevaba.
Los intocables selló la alianza entre el cine y ese traje que decía más por lo que omitía que por lo que mostraba.
Armani comprendió, antes que muchos, que un estilo puede expandirse sin desvirtuarse. Construyó un universo que abarca prêt-à-porter, perfumes de éxito, mobiliario, restaurantes y hoteles, y lo hizo sin perder el hilo de oro: el corte. En 2024 su grupo facturó más de 2.670 millones de dólares, en un contexto difícil para el lujo.
Su labor explica el Made in Italy como proyecto industrial y cultural. Fue uno de sus fundadores morales: respeto por el oficio, producción cercana, control de calidad. Y mantuvo, contra la marea de conglomerados, la independencia de su casa.
Ahora, con la ausencia del fundador, ese estatus se someterá a prueba. Él dejó escrito el camino: una sucesión ordenada en torno a su mano derecha, Leo Dell’Orco, y a un equipo que conoce de memoria el compás Armani.
Quienes lo trataron lo describen como un trabajador metódico, de orden impecable. Lo contó él mismo en Made in Milan, el corto de Martin Scorsese de 1990: jerséis y chaquetas azules, pantalones grises, un uniforme para no distraer de lo importante.
A Icon, de El País, en 2019, le dijo que su prenda favorita era la camiseta azul porque concentraba la atención “en mis gestos y mis palabras”.
Es la misma manera en la que operaba su moda: bajando el ruido para que resalte la persona.
"El verdadero lujo no grita, se susurra"
Giorgio Armani hizo mucho más que dejar su huella en las pasarelas. Su real legado está en su manera de entender la elegancia. El italiano fue un verdadero revolucionario en su oficio. Se atrevió a derrumbar muros y liberar conceptos.
El diseñador italiano reinventó la sastrería y enseñó que el verdadero lujo no grita, se susurra. Con sus trajes desestructurados, hombres y mujeres dejaron atrás hombreras rígidas y cortes inflexibles, y apostaron por líneas suaves y tejidos ligeros que acompañan el cuerpo sin forzarlo.
No solo Richard Gere en American Gigolo lo demostró, también la estética de Miami Vice que convirtió ese estilo en un ícono cultural. En el terreno femenino, Armani tuvo la capacidad de traducir la autoridad en prendas fluidas: pantalones y blazers que dieron confianza y presencia a una generación de mujeres en busca de libertad.
Diane Keaton, Michelle Pfeiffer y Cate Blanchett, solo por nombrar algunas, lo adoptaron como sello en su forma de vestir y en sus apariciones públicas.
Los años 90 estuvieron marcados por su visión de faldas rectas, trajes monocromos y vestidos sobrios que celebraban la caída natural de los materiales. En Emporio Armani, extendió esa filosofía hacia la moda urbana: propuso piezas versátiles y sin género que se adelantaron a su tiempo.
“La elegancia no es ser notado, sino ser recordado”, decía. Una premisa, una de las más recordadas de varias, que aplicó en todo lo que hizo, hasta convertir el ‘lujo silencioso’ en un grito de audacia y estilo.
Giorgio Armani en 10 claves
Giorgio Armani no solo fue moda. Fue como una suerte de Rey Midas que convirtió en tendencia todo lo que su imaginación, inteligencia y talento tocaron.
- Casa Armani (1975). El 24 de julio de 1975, Giorgio Armani y Sergio Galeotti fundaron la firma que cambiaría la moda contemporánea. Tras la colección masculina, lanzaron la femenina y, en pocos años, líneas más accesibles como Emporio Armani y Armani Jeans. En 1998 llegó Armani Exchange, y en 2000 Armani/Casa, que integró moda, diseño y estilo de vida, con el innovador concept store Armani/Manzoni 31 en Milán.
- Cine (1980). Su salto internacional ocurrió al vestir a Richard Gere en American Gigolo. Dos años antes ya había marcado estilo con Diane Keaton en Annie Hall. Desde entonces, Hollywood ha sido un aliado clave.
- Belleza (1982). Ese año presentó su primer perfume femenino. Sin embargo, el producto estrella de la casa sería Luminous Silk, la base de maquillaje ligera y luminosa, favorita de actrices y maquilladores.
- Llegó ‘la prima’ (1995). Ese año nació su icónico bolso, minimalista y atemporal. Una década después, Armani eliminó el uso de pieles en sus colecciones, siendo reconocido en 2016 por PETA.
- Gourmet (2002). La gastronomía también forma parte de su universo. Tras inaugurar en 1998 su primer restaurante en París, abrió Armani/Dolce en 2002. Hoy cuenta con 26 espacios, entre ellos el prestigioso Armani/Nobu de Milán.
- Deporte (2004). Con EA7, Armani llevó su visión al mundo deportivo. En 2008 adquirió el equipo de baloncesto Olimpia Milano y en 2012 vistió a la delegación italiana en los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de Londres.
- Alta Costura (2005). Giorgio Armani Privé debutó en París y cumple ya dos décadas siendo la máxima expresión de su libertad creativa y su sello de elegancia.
- Hoteles (2010). Armani llevó el lujo al ámbito hotelero. Su primer hotel abrió en el Burj Khalifa de Dubái y un año después llegó el de Milán. A estos se suman residencias en ciudades como Nueva York, Estambul y Bombay.
- Arte (2015). Al cumplir 40 años de carrera inauguró Armani/Silos, un espacio expositivo en Milán que refleja su legado creativo y su visión de la moda como arte.
- Celebrities, sus musas. Entre sus inspiraciones han estado Eugenia Silva, Rosario Nadal, Cate Blanchett y Antonia Dell’Atte. Todas han contribuido a consolidar la estética Armani: sobria, elegante y eterna.
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