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Gabriela Larreátegui: Debo pensar en qué voy a trabajar

La asambleísta termina su periodo en mayo del próximo año. Admite su amor por AU-D y por la música para dormir

Gabriela Larreátegui junto a sus hijos.
Gabriela Larreátegui junto a sus hijos.Karina Defas

Combinar la tarea legislativa con la vida en familia no es fácil. La asambleísta Gabriela Larreátegui contesta El Cuestionario para explicar los malabares que hace para ser madre, novia e integrante de uno de los poderes del Estado.

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¿Cómo es ser asambleísta y mamá de dos adolescentes (uno de 15 y otra de 19 años)?

Al principio de la pandemia estuvo terrible porque no sé cocinar y casi incendio la casa un par de veces. Estar en las sesiones, tratar de cocinar y atender la casa fue complicado. Ahora creo que ha sido una excelente época para ser asambleísta, aunque me perdí el último año de estudios de mi hija y me habría encantado pasar más tiempo en las actividades del colegio.

Su hija (Ana Isabel) me contó que son mejores amigas. Ella está estudiando fuera, ¿cómo fue ‘perderla’?

Pude tenerla aquí durante la pandemia. Ella llegó el 15 de marzo. Fue una decisión inmediata y afortunadamente pudo llegar. Pasar esos días con ella y mi hijo fue una bendición. Cuando recién se fue, en agosto del año pasado, gracias a Dios yo tenía mucho trabajo y eso no me dejó tiempo para ponerme a sufrir o llorar. Aunque sí lloré un par de veces.

¿Lidiar con adolescentes es complicado?

Debo reconocer que mis adolescentes están muy bien. Mi hija era malgenio y tenía cara de pocos amigos, pero algo que cambió nuestra relación y la fortaleció al punto que tenemos ahora fue un viaje que hicimos solas las dos cuando cumplió 15 años. Fue abrir una caja de Pandora y desde ahí me cuenta todo. Este año teníamos que hacer lo mismo con mi hijo, pero la pandemia postergó todo para el próximo año. Él también es callado y medio bravo a veces pero, en general, han tenido una adolescencia tranquila. Los dos son cariñosos. A veces estoy en sesión y José viene, me da un beso y se va.

¿A sus hijos les molesta las críticas en redes sociales?

No. He tenido un par de ataques, a veces sí han inventado cosas pero no he tenido la necesidad de esconder nada. La verdad no se puede esconder.

¿Cómo se lidia con el estrés de las sesiones del pleno?

A mí me encanta andar en mis plantas. Me gusta arreglar las cosas. Vivo arreglando todo. También me gusta irme a la playa y a Estados Unidos. Mi hermana vive allá.

¿Eso es lo primero que hará cuando termine la pandemia?

Todo está sujeto a la finalización del periodo legislativo.

¿Qué hará el 15 de mayo (cuando termina el periodo legislativo)?

Ponerme a pensar en qué voy a trabajar.

¿No hay un plan B?

Mi papá tiene un estudio jurídico y la opción que cae por su propio peso es regresar al puesto que tuve durante siete años. Me gustaría tener un trabajo en algo de las cosas que he aprendido. Dios proveerá, como dicen.

¿Cómo equilibra su vida personal? No solo es mamá y asambleísta, también es novia.

Las primeras 100 citas fueron en el Supermaxi (risas). Era una época complicada y la cita era hacer compras juntos. Luego se involucró en la familia. Se lleva bien con mis hijos y con mis papis.

¿Qué le dice a la Gabriela Larreátegui que fue candidata a la Asamblea?

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Le digo que pierda el miedo y tome un curso de oratoria pronto (risas).

¿Qué dice su lista de lo más escuchado del año en Spotify?

Ayer nos matamos de risa con eso porque durante muchos años tuve problemas para dormir. Prácticamente después de que me divorcié. Pasé de las pastillas a los tés y descubrí la música para dormir. Mi Spotify dice que lo que más escucho es música para dormir. Ya para entretenerme me gusta la música alegre.

¿Qué artistas?

Me gusta mucho Shakira, Enrique Iglesias y Juan Luis Guerra. AU-D me encanta. Amo a AU-D.

La asambleísta Gabriela Larreátegui comparte las tareas de casa en la Asamblea.
La asambleísta Gabriela Larreátegui.Karina Defas

Lo bueno, lo malo y lo feo

¿Por qué se animó a ser asambleísta?

Por el servicio público. Es una responsabilidad con el país y aportar. Estuve siete años en el Servicio de Rentas Internas (SRI) y también trabajé en el Municipio. A partir de esa experiencia me invitaron a ser asambleísta y al principio me asusté mucho. Tuve mucho miedo pero lo hice como un trabajo para el país. Acepté el reto.

Han pasado casi cuatro años desde que inició en la Asamblea. ¿Qué es lo más divertido de esa labor?

Aprender un montón. Después de esto deberían darme una maestría (risas). En temas de niñez, por ejemplo, no sabía nada y ahora he aprendido. Lo mismo en economía y otros temas. También he podido aportar con menos subjetividad.

¿Y qué es lo feo de trabajar en una entidad que tiene poca aprobación de la ciudadanía?

La Asamblea es una representación del país. Es un país en chiquitito y lamento decirles que el país mismo tiene una aceptación del 2 %. Lo malo que pasa en la Asamblea también pasa a escala país. Claro que a veces es difícil decir que soy asambleísta, pero me siento orgullosa del trabajo que he hecho.

¿No le molesta que se generalice y se diga que los asambleístas son vagos o corruptos?

Sí me molesta. Pero creo que uno es responsable de lo que hace. Yo sí trabajo y lo hago porque mis hijos me ven. Lo que me importa es el ejemplo que les doy a ellos.

Pero sí tiene compañeros vagos y hasta sentenciados...

Por supuesto. Hay algunos que aportan menos que un mueble.

¿Qué decirle a la gente para que no vote por muebles?

Que se fijen bien. Que den el voto a personas responsables y comprometidas con el país.

¿Por qué no se lanzó a la reelección?

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En este momento tengo cosas importantes en la Asamblea y una reelección significa salir para la campaña. Además, es mentira que quienes estén para la reelección no estén en campaña ahora mismo. Es una labor que distrae del trabajo legislativo. Eso añadido a temas personales y de carrera.

¿No descarta volver a la Asamblea o hasta a la Alcaldía de Quito?

No descarto nada. He aprendido a aceptar los retos. Tendría que evaluar con quién, pero no es algo que descarte.

Cuando dije Alcaldía le brillaron los ojos. ¿Podría ser una opción?

Puede ser en algún futuro. No lo descarto, pero no lo estoy pensando en este momento.

Gabriela Larreátegui junto a su novio.
Gabriela Larreátegui junto a su novio.Karina Defas

Ping-Pong

Familia: Amor.

Quito: Mi casa.

Asamblea: Democracia.

Hija: Tesoro.

Hijo: Alegría.

Novio: Amor también.

Tatuajes: Libertad.

Sector público: Servicio.

Alcaldesa: Trabajo.

Asambleístas: Participación.

Música: Paz.