
Expresiones en los Óscar: Kieran Culkin
Así fue nuestra impresión al conocer al ganador del Óscar a mejor actor de reparto
Expresiones estuvo en Hollywood para cubrir la noche mágica del cine. Las calles y aceras que rodean al Dolby están repletas de limosinas, y de ellas descienden las estrellas rodeadas por luces que semejan soles. El ambiente vibra por estar lleno de entusiasmo. Ha sido un año caótico, pero las películas han mostrado su excelencia, aunque hayan resultado ser muy controversiales.
La Alfombra Roja arde con las figuras más señeras del Hollywood actual, el que ahora forma la nueva corte de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de este siglo XXI, conformada totalmente por nuevos rostros. Tan difíciles de hermanar como cuando se llega a los años de la tercera edad, se concurre a una fiesta y se da cuenta de que, exceptuando a los anfitriones y a sus hijos… ¡no conoces a nadie! Lo mismo sucedió cuando, momentáneamente, caminé entre los nuevos actores del écran.
Sinceramente, pese a que estoy al día en sus películas, veo que han surgido figuras muy populares, pero que en Ecuador se desconocen. Allí distingo a Michelle Yeoh, la estrella mejor vestida de la noche. Timothée Chalamet es más delgado que en pantalla; viene acompañado de la sensual Kylie Jenner.
Adrien Brody no envejece y la actriz de comedias June Squibb, a sus 95 años, sigue tan campante como para disfrutar y subir al escenario del evento para anunciar ganadores. Oigo nombres, pero quedo totalmente despistado. ¿Quiénes son Lisa, Rachel Sennott, Marisa Buot, Doja Cat u Olivia Munn? ¿Estarán en la Alfombra Roja en 2026? ¿Dejarán de ser completamente desconocidas? El tiempo lo dirá.
Las cinco de la tarde está por llegar y corro para alcanzar el ascensor y ubicarme en la Sala de Prensa. He pedido un espacio frente al mini escenario y quedo a dos metros de distancia de los futuros ganadores.
¿C´ómo es la sala de prensa de los Óscar?
Visito el buffet y selecciono langostinos, algo de caviar, rollos chinos de legumbres, pequeñas empanadas y una copa de champán. La taza de café, el postre y el plato quedan en las mesas pequeñas y redondas. Me instalo y quedo admirado de la magia que representa el escenario (lo estoy viendo en las gigantescas pantallas que cuelgan de las paredes), que es un joyel y deslumbra con sus juegos de luces que diseñan ópalos, diamantes, esmeraldas, zafiros y el dorado que exponen los Óscar. Es como estar frente a un estuche que luce joyas que se pueden ver, pero no tocar. Aparecen Cynthia Erivo y Ariana Grande para cantar melodías de Wicked, del filme The Wiz y Somewhere Over the Rainbow de El mago de Oz (1939). Ariana luce tan frágil que provoca abrazarla, cuidarla, mientras notamos que Cynthia es fuerza artística. El espectáculo ha comenzado.

En la sala de prensa
En la sala de prensa hablamos de cuál película será la triunfadora y si Karla Sofía Gascón será tomada en cuenta. Nunca lo fue. Todo cesa cuando informan que Kieran Culkin está llegando.
No es alto (1.68 m) y tiene ya 42 años. El pelo, la barba y el bigote están bien cortados, y las luces permiten ver que los tonos son castaños. La periodista que está a mi lado comenta: “¡Ha tenido los ojos azules!” Yo miro el smoking: saco gris oscuro, azulado y con bordes de seda en las solapas; en una de ellas, un prendedor que semeja nueva usanza. ¿Pantalón y camisa? Negros. Al hablar, gesticula, mueve mucho los brazos, las manos, y genera la sensación de ser esa clase de persona que cae bien a todo el mundo.
Mientras arreglan el nivel del micrófono, recuerdo su discurso de agradecimiento, que resultó ser claro y muy entretenido. Se los transcribo:
No tengo idea de cómo llegué aquí. He actuado toda mi vida y he sido parte de lo que he hecho. Sé que Emily Gerson es mi representante desde hace 30 años; por ello te agradezco, porque en ti me apoyo… en todo y para todo. Así es que, por favor, no te vayas a ninguna parte. Estaría completamente perdido sin ti. Te amo.
Jessie (Jesse Eisenberg, su familiar en la película), eres todo un genio, aunque jamás te lo diría estando frente a frente y no lo volveré a manifestar. Voy a acelerar esto porque no quisiera decepcionarme (se refiere al hecho de que cuando el ganador habla mucho lo cortan con un momento musical). Debo agradecer a mi madre y a Steve por tratar de criarme. Ustedes son muy buenas personas y me dieron lo mejor de sí. Madre… te quiero. Y Jazz (su cónyuge)… ¡Te amo! Y debo agradecerte todo por haberme dado a esa gente que es mi favorita en el mundo… Lo haré muy rápido: Hace como un año estaba en un escenario como este y muy estúpidamente dije públicamente que quería tener un tercer hijo. Es que ella me había dicho que si ganaba el premio lo tendría. Ella pensaba que no lo obtendría. Después dijeron que mi actitud había generado fastidio. De todos modos, luego del espectáculo, buscábamos nuestro auto en el estacionamiento… ¡Emily, tú estabas allí… eres mi testigo! Jazz preguntó si verdaderamente lo había dicho y, al saber que sí, añadió: ‘Te daré cuatro si ganas el Oscar’. Te tendí la mano, me la estrechaste y jamás lo he contado. Por ello, ahora, tengo una sola cosa que añadir: Jazz, amor de mi vida. Sin presión alguna digo que te amo. Lamento repetirlo. Mejor vámonos a criticar a esos chicuelos (sus hijos…) ¿Qué dices?”

El encuentro con Kieran
La prensa internacional se ha puesto de pie con el fin de manifestar su satisfacción por haber sido Kieran Culkin el triunfador. Todos nos sentamos y se escucha una primera pregunta:
¿Qué tanto le enseñó el rol y la película?
¡Dios mío!, qué pregunta más difícil, pero, sinceramente… No lo sé, pero siento que he trabajado en algo muy trascendental, que he llegado a opinar, al finalizar el rodaje, que algo del héroe quedó en mí. Cada vez que la gente dice: ‘¡Oh, te pareces mucho al personaje!’, no lo creía hasta que lo sentí dentro de mí. Podría decir que ahora soy Benji Kaplan y gusto de opinarlo. Te he dado una terrible contestación. Discúlpame, pero esa es mi respuesta.
Levanto mi 182 y lanzo la pregunta, no sin antes felicitarlo: ¡Qué logro para usted! Al finalizar este rol, ¿se sintió algo más cercano a otros que haya interpretado? ¿Sintió que era una caracterización muy especial?
Pasa la mano derecha sobre sus ojos. Examina el Oscar y responde: Definitivamente, me sentí diferente. El guion era tan fresco y ligero que no quise ensayarlo. Tampoco hablar sobre él… simplemente, lo viví. Ha sido la primera vez que leía algo así. Entendí completamente al personaje y lo que ambicionaba era presentarme al minuto y emprender la marcha. Un año después, aproximadamente, estábamos viendo la película. Mi esposa se inclinó hacia mí y nos sentimos como si estuviésemos en un teatro. Ella mencionó quedamente el nombre del personaje. Tenía razón. Yo había encarnado a Benji totalmente. Esa clase de experiencia es poco usual.
- Las preguntas siguen y me limito a escucharlas. Reproducirlas sería llenar decenas de páginas.
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