
Crítica de Cine. 'Depredador: Tierras salvajes', ¿la más brutal entrega de la saga?
La nueva película de Dan Trachtenberg lleva la saga Depredador a un planeta extremo lleno de acción y ferocidad
Siglos futuros, en un planeta muy lejano, Dek (Dimitri Schuster-Koloamatangi, Las Panteras, miniserie neozelandesa, 2021), un joven depredador, ha sido marginado por su clan. Ahora se encuentra en territorio inexplorado.
Conoce, inesperadamente, a Thia (Elle Fanning, Un completo desconocido, 2024), con quien inicia un peligroso viaje que podría llevarlos a localizar un verdadero contrincante, ignorando que en ese mundo él no es el depredador (organismo que consume todo o parte del cuerpo de otro ser, vivo o recién muerto), sino… ¡la presa!
No obstante, se aventuran. Saben que están en el planeta más peligroso del universo, atestado de los depredadores más feroces. El dueto tendrá que tomar fuerzas para derrotar al paladín supremo.
Depredador: Tierras salvajes, la crítica de Jorge Suárez
Si vieron los tráilers en YouTube, recordarán la voz en off que dice: “¿Con que es tu primera cacería y vienes al asteroide más peligroso del universo? Quieres cazar a una criatura, a un depredador supremo”.
Ese interrogatorio sirve de base para que el director estadounidense Dan Trachtenberg (Avenida Cloverfield 10, 2016) logre que el espectador fije su atención en los avatares de Thia y Dek. Así, más que observar lo que les sucede, uno se interesa por conocer aquella extraña cultura, incluso más que la de su propio mundo.
Y eso es justamente lo que marca el contraste de Depredador: Tierras salvajes con sus antecesoras (cinco en total, sin contar el animé). Si ponemos en la balanza este nuevo episodio y las del pasado, muchos coincidirán en que no logra superarlas.
Trachtenberg apuesta por lo brutal, por una acción más trepidante, mostrando su esfuerzo por ofrecer a los entusiastas de la franquicia un espectáculo bien intencionado, aunque algo flojo y que no termina de funcionar como esperaban; por lo tanto, podría resultarles insatisfactorio.
Pero que no surja la garrocha, pues estas Tierras salvajes tienen una banda sonora que sorprende, un salvajismo y acción que entusiasman (perdón por lo del “salvajismo”), y que entretienen de principio a fin, aunque le falte un poco más de terror.
Aun así, destaca el ímpetu gráfico y un gran despliegue de efectos, tanto visuales como especiales, y… ¡eso es lo que quiere el público! Además, muchas secuencias parecen inspiradas en los videojuegos, lo que activará los sentidos juveniles de sus espectadores.
Sobre las actuaciones no hay mucho que añadir. Ahora, para ser actor no basta la capacidad histriónica: se requieren habilidades físicas para desempeñar con satisfacción roles llenos de saltos, carreras y caídas, hasta que los “dobles” tomen sus puestos.
Como tarde o temprano habrá más conversaciones sobre el tema, y escrito lo mío, transcribo una opinión estadounidense. ¿Yo? Ni quito ni pongo. Hela aquí:
“Un tremendo logro… divertida, aterradora, emocionante. Con personajes fascinantes y criaturas memorables. Con un accionar inteligentemente escenificado y una ciencia ficción que revive las fantasías del cine ochentero", considera Drew Taylor.
¿Entonces? Sea usted el juez.
- **CALIFICACIÓN: ***
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