
Crítica de Cine. Camina o Muere, ¿qué esperar de esta adaptación de Stephen King?
Lee la crítica de Camina o Muere, la impactante adaptación de Stephen King dirigida por Francis Lawrence en 2025
Los Estados Unidos vive un caos: está gobernado por un régimen totalitario que va a dar inicio a una lúgubre competitividad: 50 jóvenes participarán en una prueba de resistencia. En ella preservarán una urgencia de cinco kilómetros por hora.
Bajo ningún concepto podrán caer o perder celeridad, incluso al defecar. Si bajan el ritmo, si caen, si reciben tres llamadas de atención o se detienen por completo… ¡serán ejecutados! La competencia se prolongará hasta que subsista un solo viandante. Como gratificación, ese participante recibirá un premio que le servirá para el resto de su vida.
A los copartícipes les han recordado esto: “Quienes integran la marcha fueron seleccionados a través de una lotería” (tal como sucedió cuando en los años 60 sus soldados fueron “escogidos” para luchar en la guerra de Vietnam).
Para que todos sepan cómo va su capacidad física, les han puesto en la muñeca un podómetro que les servirá para contar los pasos que den, la velocidad y la distancia recorrida. El mayor (Mark Hamill) es inmisericorde, igual que sus soldados, destacamento que va controlando esta larga jornada.
Entre los participantes figuran Peter McVries (David Jonsson), Cooper Hoffman (Raymond Garraty), Stebbins (Garrett Wareing), Arthur Baker (Tut Nytuot) y Hank Olson (Ben Wang).
'Camina o muere', la crítica de Jorge Suárez
Los dados están echados. Stephen King debe estar satisfecho. Dos de sus novelas han sido estrenadas, en este 2025, con éxito de crítica y en espera de conocer los efectos que muestren las taquillas del mundo.
Si la vida de Chuck es buena, Camina o Muere bien podría llegar a los próximos premios Óscar pues, comenzando con el guion, demuestra que su adaptación a la pantalla gana estrellas por su apego a la novela escrita en 1967 y publicada en 1979, ya que los diálogos y situaciones reflejan fidelidad con el libro en que está basado.
Antes de seguir, debo escribir lo siguiente: Este es un largometraje (1:48) que a muchos no agradará por su excesiva violencia, por los momentos en que la “piedad” es inexistente. Incluso podría resultarles repugnante.
Pero si aprecia el buen cine, esta es su carta brava, pues encontrará una obra llena de matices, humana, que deja entrever que la amistad, la esperanza, la vida, el amor y la familia siempre estarán latentes en el corazón de los seres humanos, donde se logra que el espectador vea y escuche los motivos que tuvieron para ingresar a la marcha.
Unos los exponen al comienzo del filme, otros en el camino de una vida que está por triunfar o fracasar abruptamente, y usted, cuando menos lo piense, quedará enganchado/a porque, además de penetrar en ese mundo, ha empezado a conocerse a sí mismo.
También percibirá lo que escriben foráneamente: “Es más una advertencia social que un thriller cinematográfico”.
Los actores, talentosos y desconocidos
La presencia de actores casi desconocidos genera curiosidad. ¿Están forjando con este grupo la siguiente Vía Láctea del cine? ¿Los que van a reemplazar a Jack Nicholson, Al Pacino, De Niro o Dustin Hoffman, ya en retirada?
Por lo pronto, hay cuatro: Cooper Hoffman (hijo del gran Philip Seymour Hoffman), David Jonsson, Tut Nytuot y Ben Wang. Sobresalen Jonsson y Hoffman.
Ellos, en cada secuencia o escena, actúan con emotividad, vehemencia y sus rostros son arcilla que esculpe la ansiedad, el soñar y el terror. Vean a Hoffman socorriendo al muchacho a quien se le entumecen las piernas.
A Jonsson alentando, insistiendo en el poder de la voluntad: no son actores, son seres humanos que cayeron bajo el imán de un sueño imposible. Y allí está el mayor del ejército, interpretado por un sorprendente Mark Hamill, quien con su presencia contribuye al peso de la tradición fílmica, pues llena el écran con su repertorio de execraciones.
La fotografía (Jo Williams) y sus extraños colores reflejan esas planicies que también son réplicas de la soledad que acompaña a los anhelantes peregrinos, catálogos del quemante sol, de esas rutas asfaltadas que se pierden en horizontes sin fin.
Su director, Francis Lawrence (Los Juegos del Hambre), impone a su película un ritmo que la publicidad aprovecha para añadir un “No apta para cardiacos”. No es para tanto, pero sí genera turbaciones y zozobra, especialmente cuando emergen iglesias abandonadas y sombras que muestran asesinatos y el repercutir del disparo que, en realidad, fue un tiro de gracia.
Camina o Muere ya tiene el honor de haber sido incluida en la nómina de las mejores películas de este acelerado 2025. Ahora, mientras llega el 2026, queda en la mente esa vulnerabilidad que ha permitido, al buen cinéfilo, engancharse al drama.
- Calificación: * * * * 1/2
¿Quieres acceder a todo el contenido de calidad sin límites? ¡SUSCRÍBETE AQUÍ!